La espada que juzga...

Vendran aqui ya que me citaron para hablar de cierto tema, un tema que no se como abordar porque desconozco su naturaleza pero eso si...aqui se acabaron las mentiras o el ocultarme informacion, puedo ser breve o muy extenso de todos modos mi pareja Afrodita de piscis me espera.

Observando por la ventana espero a que llegue quien tenga que llegar...

Había sido un día complicado en el coliseo, arreglando algunos asuntos con los aprendices y asuntos que el Patriarca me había ordenado, y lo único que quería, era tomar un baño vespertino, recostarme y perderme entre la literatura de Julio Cortázar; sin embargo, al llegar a Acuario me encontré a Shura esperándome, sabía que estaba ahí porque pude sentir su cosmos desde antes de pisar el templo.

Caminé desde la entrada hasta el sitio donde él se encontraba, y cuando lo vi, lo saludé con un gesto cordial al levantar mi mano.

—Buenas tardes, amigo.— Sé que mi saludo era demasiado propio para dos personas que se tenían respeto y confianza, pero siempre he sido de esa forma. Tal vez debería dejar de ser tan propio. —¿Qué te trae a Acuario?

Sabia que podia estar aqui, es mi mejor amigo es mi derecho entonces al diablo con las formalidades, le sonrio y solo atino a esperar que se acerque.

-Hola Camus, espero que te haya ido bien, y bueno sabes que vengo aqui como si nada, tu templo me respeta ya.

Sonrio y camino a la ventana

-Habiamos hablado ya de cierto tema, no se como vayas, no se que tan enamorado estes - lo rodeo- pero camus he tomado una decision la cual se que es la correcta, porque tu no eres cualquier pueblerino enamorado.

Me coloco delante de el y serio le digo.

-No apoyare tu relacion con Ikki, yo... no lo creo acertado para ti, tu eres un caballero dorado, el no... tu eres superior, el no... si quisiera algo...entonces, debe venir a verme a mi, soy tu guardian Camus, has eso o no lo considerare digno de ti, que venga a mi presencia entonces.

"¿Enamorado?"

Mi ceja derecha se arqueó, pero no comenté nada al respecto. Relajé mi postura y le observé acercarse a mí sin hablar o sin moverme, pues no estaba en mi naturaleza interrumpir a los demás cuando hablaban.

Sus palabras me hicieron parpadear perplejo, pues eso si que no me lo esperaba.

—¿Estás hablando enserio?— Pregunté, iluso.

Meneé la cabeza y sonreí de forma extraña.

—Pero no sé de qué hablas... él y yo... Ni siquiera hemos tocado ese asunto y... ¿Para qué quieres hablar con él?

No era normal que mi voz sonara de esa forma, pero es que Shura me habia tomado por sorpresa.

Serio le respondo

-Si Camus tan en serio como nunca, asi que te aconsejo que lo hagas pronto, porque como forastero del santuario no puede quedarse aqui mucho tiempo.

Me mira como si bromeara

-Por favor deja de verme asi y hazlo, sere como algo bueno para ti, te deje solo mucho tiempo asi que sera algo bueno, hablo muy en serio Camus y si dices que no han hablado los dos,...pues hoy sera ese dia.

Me quedo un instante pensativo, analizando lo que acaba de decir.

Realmente me causa un poco de gracia y me desconcierta lo que está diciendo, porque hasta apenas nuestro encuentro pasado, parecía muy convencido y animado por apoyar mis decisiones, y sobre todo, porque me diera una oportunidad con Ikki.

No lo dice en forma de broma y sus ojos oscuros me lo aclaran.

—No lo haré..— Respondo de forma seria mientras le doy la espalda y me interno en el templo en busca de ir a mi habitación y dejar el tema por la paz. —No lo he visto en varios días y no iré a buscarlo por algo tan vergonzoso... ¿Por qué no vas tú a Japón? Dale mis saludos a Athena...

Me exaspera y camino deprisa tras el, sabia que odiaba que me diera la espalda y me ignorara, lo tome del brazo para girarlo y que me viera de frente.

-Que rayos te pasa??... ya te dije lo que haras, no me obligues a hacerlo idiota, no quiero golpearte, me importas de verdad estupido, asi que hazlo de una maldita vez.... llamalo y deja de hablarme como a cualquier idiota que no lo soy.

Ya sabia como es Camus, pero tambien sabe como soy yo, que no me dejo de sus modos riduculos.

-Si no lo haces.... esparciré la noticia de tu romance con alguien de bajo nivel, no quedras que nadie sepa que caiste bajo el embrujo de un caballerito de bronce o no... la gente puede pensar que el gran camus cayo ante los encantos de un don nadie, no es digno de ti ser asi, estas comportandote como un adolescente, quienes el adulto aqui entonces?

La precipitación de Shura me obligó a virar tempestivamente contra su cuerpo, incluso a colocar la mano sobre el pecho para hacerme espacio y no irme de lleno.

Recurrí a mi calma para no comenzar a reclamar por su falta de cuidado, y por la forma en que de pronto comenzaba a atacarme.

La verdad no me importaba lo que decía, pero no quería que mi “relación” con Ikki fuese un tema que corriera de boca en boca, porque así como respeto la intimidad de mis compañeros, esperaba que el resto lo hicieran, y no me veía caminando por el coliseo y siendo blanco de habladurías sin sentido y chismes de barrio.

Me tentaba la idea de retirar mi brazo bruscamente, pero aguanté sobre mi lugar mirando de forma desafiante a Shura.

— ¿Lo harías? ¿Tú traicionarías mi confianza? Eso es desleal, Shura…

-No es desleal Camus... simplemente te obligare a venir a este mundo y dejar tus posturas que no te llevan a nada bueno...

Lo miro de la misma forma que el..sin temor, sin arrepentimiento.

-No quiero que se burlen de ti Camus... nadie, que jueguen contigo, que te hagan menos, quiero asegurarme que te ama y que tiene buenas intenciones contigo, que no eres uno mas...

mi mirada no cambia

-No soy desleal, mas bien...me hace alguien aun mejor y no quiero jugar sucio contigo

Sus palabras me hacen pasar con dificultad, mientras escucho el sonido de mi manzana de Adán apretarse contra la garganta cuando la saliva cruza de forma más espesa de lo normal.

Sé que lo hace porque me quiere cuidar, y quizá es porque no estoy acostumbrado a esa clase de atenciones que me niego, sin embargo, que lo haga precisamente Shura me incómoda un poco.

A pesar de eso tengo un poco de curiosidad por empujar sus deseos afuera y saber qué es capaz de hacer para convencerme. Sé que será arriesgado, pero quiero hacerlo.

—No, no lo haré. No puedes meterte en mis decisiones, ni en mi vida privada. No iré por el fénix y…— Me zafé de su brazo. —Mejor vete.

Me esta desafiando... muy mal echo Camus...

-De verdad es tu decision?... muy bien, entonces pagaras por esto.

Enciendo mi cosmos y viene un soldado, bajo a la entrada y me acerco a su oido a susurrarle algo, observa a Camus con los ojos muy abiertos y sale corriendo.

Lo observo y sonrio.

-No me creiste capaz amigo, yo no juego ni hablo por hablar...

Observé sus movimientos y supe cual era su siguiente acción sólo con esto. Conocía a Shura desde que apenas era un aprendiz, y sabía de sus tacticas y mañas, pero realmente esperaba algo más.

Me quedé quieto, serio y expectante a la reacción del otro, y entrecerré los ojos cuando el guardia me miró con sorpresa. Casi pude sentir un ligera línea de rubor atravesar mi rostro.

Alcé la nariz y le di la espalda.

—Me parece que acabas de lanzar diez años de amistad por las escaleras. Buenas noches, Shura.

Furioso corri tras el y como no parecia llegar a mas tuve que usar el metodo que odiaba usar con mis amigos...pero no me deja opcion.

De sorpresa le tomo del brazo y le doy un puñetazo lanzandolo al suelo para correr y quedar sobre su cuerpo.

-ESCUCHAME CAMUS...¿QUE NO ENTIENDES? QUE NO SABES LO QUE PUEDO HACER PARA OBTENER LO QUE QUIERO...SOY CAPRICORNIO POR DIOS Y SABES QUE LO OBTENDRE, PERO TU...TU NO ME DEJAS OPCIONES POR TU MALDITO MUNDO CERRADO, ABRELO PARA MI, NO QUIERO CAER MAS BAJO...HAZLO YA..

Estaba furioso y ofuscado

-FENIX VEN AQUI...CAMUS LLAMALO..MALDITA SEA...

Ni siquiera estaba enojado con Shura, pues toda esa situación me parecia demasiado exagerada.

Coloqué las manos en la pretina del pantalón y movi mi cuello para desestresarme de un lado hacia a otro, de camino hacia la habitación. Shura no comprendió que queria dejar el asunto por la paz y me siguió, aunque la situación dio un giro que realmente no me esperaba.

De un golpe caí contra el suelo, con el cálido sabor de mi sangre manchando mi papila. Miré a Shura colocarse sobre mi y comenzar a gritar como si estuviera sordo.

Esto definitivamente ya me habia cansado.

Fruncí el ceño con molestia, tomé sus brazos y apliqué mi poder sobre la piel para inmovilizarlos; hice acopio de mis fuerzas con las piernas y nos volteé en el suelo déjandome arriba con las piernas puestas a cada lado de su cuerpo y mi cosmo frio intentando inmovilizarlo.

—No me provoques Shura... Conozco todos tus puntos débiles.— Mi cabellera bañó nuestro cuerpo mientras mis ojos le retaron una vez más.

¿Por qué demonios era tan importante? Si no desistia definitivamente me iba a convencer de traer a Ikki para que me dejara en paz.

No sabia que hacer...me estaba hartando mucho...

-Tambien va para ti Camus... ya te conozco y sabes que congelarme no es buena idea...Afrodita te mataria de inmediato, entonces deja de jugar y deja de provocarme, quiero ver al fenix... quiero saber que estaras bien, idiota me preocupo por ti...

Mi cara luce enojada, furica y desesperada, tenia que ver al fenix, pero este acuariano salio mas terco que nada.

-Que quieres a cambio? tu traes al fenix y luego??... quieres platicar con Dita para que jamas me deje hacer esto de nuevo? habla...

Como pocas veces en la vida decidi apagar mi cerebro y tentar mi suerte, inclinando mi rostro peligrosamente al suyo, sin la intensión de hacer nada, solamente retarlo. Pegué mi mejilla contra la suya y le susurré al oido de una forma que su livido reaccionara.

—Ten cuidado, porque Afrodita podría creer que estas celando a otro hombre...— Mi lengua rozó el arco de su oreja, pero mi cuerpo se levantó de un salto y comenzó a alejarse escaleras abajo. —Iré por él, pero ¡déjame en paz de una vez!— Mi voz se esuchó tan clara como el eco de mis pasos desapareciendo escaleras abajo.

¿Y ahora como voy a encontrar a Ikki?

Me estremecí por su toque, y el calor que siempre siento en mi abdomen bajo salio...rayos, eso no debe pasar...no si no esta Dita cerca, maldito camus....

-No creo, el sabe bien lo que quiero y no me juzgara, sabe que eres mi mejor amigo y ya

Le veo salir... he ganado, solo debo esperar a que regrese con el fenix

-Aqui estare.

Me siento en el piso, para esperar y levantarme a la ventana...

Sabe que Camus lo llamó, aunque no sabe la razón, llega hasta la puerta y entra, no esta acostumbrado a los protocolos así que simplemente se hace presente en aquella habitación, esperaba encontrar a el caballero de acuario pero se topa de frente con capricornio, simplemente entorna los ojos

─Pensé que Camus estaría aquí─ le dice sin ningún reparo al presente antes de ver con detenimiento aquel lugar, lo han hecho venir y se encuentra con la persona con la que ha tenido varios conflictos los últimos tiempos, así que se encuentra algo molesto, pero vino por Camus así que saca toda su paciencia hasta que aparezca quien lo convocó

Un cosmos un tanto agresivo se hace presente, sin embargo pues a mi no me hace nada, solo sonrio y ya.

-Vaya bienvenido seas caballero, que bueno que viniste porque necesito platicar contigo ¿donde esta Camus? estar los 3 sera mejor.

Le observo sonriente, puede que venga con su cara de pocos amigos pero pues a mi no me intimida ni me hace sombra...

-por favor ponte comodo, estoy pensando si decirlo o no, o esperar a que el venga tambien, tu que dices caballero de bronce?

Apenas crucé la puerta, de inmediato me arrepentí de volver a poner un pie en la onceava casa de Acuario. Exhalé pesadamente y me rasqué el cuero cabelludo con los dedos para masajear mi cerebro, mientras pensaba que Shura hablaria de más y que yo ni siquiera había vuelto a ver a Ikki en un "largo" tiempo... Y que ahora lo vería solamente para que mi disque mejor amigo no estuviera en ese plan.

Suspiré nuevamente y me perdí unos instantes en el templo, antes de ir directamente hacia Ikki y Shura, donde podía sentirse la tensión desde una distancia larga.

Meneé la cabeza y finalmente hice acto de presencia sin mirar a uno o a otro, aunque sentir a Ikki cerca e inhalar su salvaje olor me hacia sentir deseoso...

—Gracias por venir.— Le dije sin siquiera mirarlo, pasando después mis ojos hacia Shura. —La cabra quiere decirte algo, no sé qué sea...— Fingí ignorar el tema.

Le observo y de inamediato un aura de incomodidad surge en el y un poco en mi, pero eso no me importa, tengo que saberlo todo

-Fenix, tu sabes que Camus es como mi hermano, lo quiero y somos los mejores amigos aunque el lo dude y la verdad no le preguntare nada, solo quiero saber si...tus emociones van en serio con él, sabes por demas que soy un hombre demasiado elitista, egocntrico y muy creido y no me importa, pero lo que si quiero es saber ¿hasta donde piensas llegar con él?

Camino a su alrededor

-La verdad me tiene muy sin cuidado si la gente me cree un exagerado o que si me creo su padre, y la verdad no, simplemente quiero que este bien con un hombre que ame, que lo traten como se merece y que puede disfutar con alguien, si te preguntas por que me meto es... porque quiero, porque se me antoja cuidar de Camus y me preocupo por él, Camus lo puede hacer solo , pero ponerle mas gente no hace daño.

Sonrio y cruzo mis brazos

-que tienes que decir?

Su atención estaba en Shura hasta que la aparición de Camus lo hace perder un momento esa tensión para ser substituida por el ardiente deseo que siente cada vez que ve aquella pálida piel que desea devorar en cada encuentro, es impulsivo y por tanto poco le importa que la cabra esté ahí, se acerca con descaro al dorado que domina el hielo y esperar permiso acerca su nariz a aquel hermoso cuello y aspira el aroma del hombre que lo ha cautivado en muchos sentidos.

Es la voz del caballero de capricornio quien lo hace salir de ese estado de satisfacción, se aleja con cierta reticencia de aquel cuello pero como si fuera lo más natural del mundo se apropia de los labios del peliceleste. Su ceja se levanta ante las palabras del capriano

─Así como a ti no te importa mucho lo que piense, así a mi tampoco me importa mucho lo que llegues a pensar de mi─ su mirada se desvía hacia Camus, y eso lo mantiene en silencio unos momentos, su ceño se frunce al tener una pequeña pelea mental con él mismo, no le interesa dar explicaciones al otro dorado, pero por otro lado la expresión de su amante lo hace contenerse de dejarlo con la palabra en la boca, al final termina hablando

─¿por qué debería contestarte?, solo porque te sientes su hermano, no creo que sea suficiente para mi, que tengo que decir..., que eres demasiado entrometido como para decirte que es lo que pienso y siento por él,  el que aun no te haya partido la cara aún debe ser la respuesta que quieres sobre que tanto me importa este hombre ─

Fénix se mantiene erguido y desafiante, está listo y preparado para cualquier respuesta

La tensión que mora en la habitación comienza a drenar mi calma y mis energías, y provoca un dolor leve en mi cabeza.

Sé cual es el caracter de ambos, y me preocupa que la situación entre los dos se complique cada vez más, hasta el grado de hacerme decidir un bando. Shura es mi amigo, mi mejor amigo; con él he compartido cosas que dificilmente compartiría con Milo. Con Milo he llevado una relación incluso de cama, pero con Shura ese límite no ha sido tocado; exceptuando por el beso de nuestra última cena.

Evité suspirar y abstraerme demasiado, aunque mis méritos no fueron necesarios cuando Ikki se acercó. Mis ojos se situaron en los suyos sin siquiera notarlo, fue como un impulso magnético que no pude resistir; incluso mi semblante se relajó y mis labios adquirieron una suave y fugaz sonrisa. Mi cabeza se movió ligeramente, y él se acercó un poco... Sentí la tibieza de su respiración demasiado cerca, y eso me obligó a cerrar los ojos, incluso a darle un poco más de espacio para entregarle un tanto más de mi piel como en otras ocasiones.

La voz de Shura nos obligó a notar que el templo de Acuario no era el mejor sitio para repetir ningún encuentro; incluso me hizo notar que mi comportamiento y estado habían cambiado, y que me sentia mas seguro y relajado ahora que él estaba cerca. Sentí un cosquilleo en la mano y me di cuenta que deseaba tomar la suya para sentir y sostener la calma que a distancia me había inyectado.

Desvié la vista a Shura y no pude evitar un remolino de culpabilidad tras haberlo tratado mal, y pensar, decir y actuar de una forma que lo alejaba y tajaba nuestra amistad, aún cuando él sólo queria cuidarme y protegerme.

Senti ganas de disculparme y realmente lo habría hecho si Ikki no hubiera respondido lo que Shura deseaba; robándome nuevamente la atención y haciéndome sentir enormes deseos por abrazarle y agradecerle su honestidad, aunque esa última frase me había hecho un hoyo en el estómago:

"Sobre que tanto me importa este hombre".

Suspiré y tuve el impulso de besarlo; pero yo no soy de impulsos, y frente a Shura no me siento cómodo haciendo este tipo de demostraciones.

Sonreí suavemente y dejé mi posición para acercarme a mi amigo capricorniano y colocar una mano sobre su hombro.

--Te Agradezco mucho tus atenciones, disculpa lo horrible que me porté hace un rato.- Lo dejé y me fui donde Ikki, conteniendo todas las ganas que tenia por tocarlo al morderme suavemente el labio. --Valoro mucho que contengas tu sangre caliente por mí...-- Decir todo lo que pensaba y queria en ese momento resultaba muy dificil... Demasiado... Ni siquiera había contemplado lo que queria exactamente con ese hombre, aunque anhelaba y añoraba profundamente tener una relación como la que Shura tenia con Afrodita, no estaba seguro si Ikki era la persona adecuada para ello; pero deseaba y mucho, que realmente lo fuera.

Mis puños se cierran al oírle.... Por eso los Caballeros de bronce no duran, por habladores me extraña que Camus no le haya dicho no advertido nada..

-parece que quedaras soltero de nuevo Camus, tienes un amante que habla mucho pero hace poco.

Mi cosmos se extiende al momento mientras lo desafío de forma visual.

-todo esto mi pequeño fénix, es solo una sutil advertencia, porque sabes se que ustedes los caballeros de bronce solo son niños con hormonas calientes sin control y bueno no quiero que Camus sea una víctima de tus calenturas...-camino hacia ellos mirándolo de forma desafiante- porque quedaras castrado y de seguro como prostituto barato...así que te lo advierto, tu haces una estupidez y te mueres.

Observo muy serio a Camus, furioso con el...

-no puedo creer que hayas rechazado las ofertas doradas por uno de bronce, incluso te aceptaría un espectro un juez pero un bronceado...pero si es tu felicidad que así sea amigo.

La sangre del Fénix de por si fluye caliente por sus venas, y por tanto no se necesita mucho para hacer que hierva en su interior, sus puños se cierran mostrando su creciente irritación ante las palabras del dorado bajo el signo de capricornio. Un obvio sonido de inconformidad sale de sus labios, al oir las palabras del mayor

─Acaso estás diciendo que Camus, un dorado y uno de los mejores no es capaz de defenderse de un niñato como yo?─ una mirada de creciente odio se refleja en sus ojos ─El es lo suficientemente hombre como para matarme si lo traiciono, no necesita a una pilmama que lo trate de defender─

incluso cuando su voz parece tranquila todo si cuerpo está en tensión y listo para el combate, y las palabras del capricorniano no ayuda en nada para mantener la paz

─No eres lo suficiente hombre para poder castrarme, tal vez es algo que deseas que te hagan a ti─

Ikki observa a Camus, desea saltarle encima a capricornio y darle unos cuantos golpes, pero no es tan estúpido para hacerlo de esa manera, sin embargo, su frustración no se quedará sin salida. Sólo se puede sentir el calor alrededor de él, seguramente Acuario, como señor del hielo lo notará al instante, en verdad quiere ver sangre, pero aun el hombre a su lado lo retiene,  la mirada de aquellos ojos celestes lo mantiene casi a raya. 

Se puede sentir el calor abrazando el aire, la bola de fuego sale de su mano en dirección a Shura, se puede percibir el olor a cabello quemado mientras se acerca al rostro del mayor, un golpe con intención de advertencia, pero con la fuerza suficiente para lastimar.