Reto 3 Aioros y Lune

La noche era algo lúgubre y fresca como si algo estuviera rondando a quizás asi lo sentia por la pelea que tuve con aioria de nuevo, no entendia ese desmesurado odio que sentia por mi.

Camino lentamente en dirección a la pequeña posada del pueblo que tiene cantina, no suelo tomar pero esta noche me apetece perder el sentido, mis pasos son pesados como el peso muerto que me siento en este momento sin el amor de mi propia familia, siendo despreciado por mi misma sangre, mis topas son de civil terminé mi grardia por los alrededores del santuario hace un rato y he quedado libre de responsabilidad.

Entro a la cantina y me siento descuidadamente en la unica mesa con un lugar libre observando a un muchacho apuesto frente a mi no se si de mi edad, creo que es menor pero su tez pálida y sus cabellos platinados le dan un aspecto etereo.

- ¿Te molesta que te acompañe esta noche? - Pregunto mientras llamo a la mesera para que me traiga un trago de lo que sea pero bien servido.

Me alivió escuchar que no era una molestia, por alguna razón esta noche no quiero serlo, ya bastante tengo con saber que mi propia sangre me desprecia.

Pido la misma bebida que mi acompañante la cerveza estará bien, hace tiempo que no bebo nada con alcohol casi nunca lo hago pero creo que tengo una buena tolerancia.

-Parece que tuvo usted un mal día, descuide pronto vendrán mejores. -

Las palabras de mi acompañante me hacen observarlo de frente con una ligera curvatura en mis labios, sus palabras de aliento logran hacerme sentir un poco de paz sabiendo que tiene razón y que no debo dejarme llevar tanto, aunque no quitan del todo el peso en mi corazón.

Mis ojos recorren su expresión tan serena y etérea, es alguien muy elegante de finas facciones, nada comparadas con las mías, mas toscas y su piel es tan blanca que contrastaría con lo bronceado de la mía, es un hombre enigmático quien tengo enfrente y ahora que le presto atención, su cosmos indica que es uno de los espectros.

Mis orbes se fijan en sus ojos lavanda, que demuestran una gran pureza pese a lo que es, le sonrió suavemente mientras extiendo mi mano hacia él en además amistoso, creo que al menos por esta noche podemos olvidar que el es un espectro y yo un santo de Athena.

- Soy Aioros, espero podamos hacernos compañía esta noche. - Explico esperando que acepte pasar esta noche como personas normales y charlar un poco.

El tacto de su mano es cálido y suave, a pesar de que ambos somos hombres la suya es mas pequeña que la mía, le observo retirar su mano para que la mesera coloque nuestro pedido y le hago espacio también.

En cuanto el tarro es colocado sobre la mesa lo levanto y doy un largo sorbo silencioso mientras escucho sus palabras, su formalidad hace que sienta mi malestar se vaya desvaneciendo poco a poco, son pocas las personas que conozco tan educadas como él, dejo el tarro sobre la mesa mientras le observo con un poco mas de ligereza y amabilidad deseando infundirle confianza.

- El gusto es mío por entero Lune, gracias por aceptar mi invitación, pero por favor... tutéame. - Pido deseando que tome confianza mientras le observo beber un poco también y mis ojos no se despegan de los suyos.

Sus palabras me hacen reír por primera vez en el día de forma suave pero sincera. - Tienes razón hay muchas cosas que me gustaría decir y me alegra haberme encontrado contigo esta noche, me gustaría conocerte Lune, saber que te gusta y que haces todo el tiempo, escucharte, porque creo que esta noche estabas algo aburrido. - Expongo sinceramente.

- Mis problemas son con mi hermano menor, me odia aunque no entiendo su motivo, creí que con este regreso a la vida, podría estar con él, pero tal parece que eso será imposible, no me deja acercarme, dice que soy muy blando por perdonar a mi supuesto asesino. - Respondo antes de dar otro trago a mi bebida. - ¿Qué te trae a ti por aquí? - Cuestiono algo curioso. - Me gustaría que pudieses relajarte conmigo esta noche, olvidándonos de todo. - Propongo sin dejar de observarle.