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Esto Nunca Pasó [Harry Potter & Draco Malfoy] [NC-17]

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oliver.espectro

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Esto Nunca Pasó



Segundo año en Hogwarts y las cosas siguen estando complicadas para nuestro protagonista, el estudiante de magia hechicería: Harry Potter. Esta vez es otra amenaza la que se presenta en el colegio, la amenaza de que el heredero de Slytherine ha abierto nuevamente una legendaria cámara, conocida como “La Cámara de los Secretos”.

- Obligadamente, el heredero debe ser Draco. – Le comentaba su mejor amigo Ron mientras subían por aquellas escaleras movedizas, camino al dormitorio de Gryffindor. – Solo piénsalo... Salazar Slytherine odiaba a los “sangre sucia” al igual que Draco. Él viene de una familia de sangre “pura”, está en la casa de Slytherine ¡y encima, sabes lo que nos dijo cuando apareció el mensaje y la Sra. Norris petrificada!. ¡Fue una amenaza!.
- No lo sé Ron. – dijo Harry con paciencia. – Yo no creo que Draco tenga la capacidad ni el poder para maquinar algo tan grande...
- ¿Entonces quien?... –

Hasta ahí siempre solían llegar las conversaciones, incluso cuando Hermione se encontraba presente. Si acaso podían agregar a Severus Snape, el profesor de Pociones como otro sospechoso, pero Dumbledore confiaba en él, no tenía caso, ni tenían pruebas de nada.
Pero los ataques continuaban... y cada vez, habían mas alumnos petrificados. Y las sospechas para con Draco incrementaban... parecía suceder un ataque justo cada vez que él era “humillado”.

La derrota en el partido de Quidditch pudo haber sido una, el duelo que les mandaron a tener en la clase de Defensa contra las Artes Oscuras pudo ser otra, de cualquier manera, era sumamente sospechoso.

- Ni creas que todo se quedará como está. Potter. – le amenazó una tarde cuando lo encontró al fin solo en un pasillo. Definitivamente no estaba tranquilo con sus continuas vergüenzas. – Te aseguro que no podrás reírte en el próximo duelo que tengamos. Claro está... si no te acobardas antes y te atreves a tenerlo.
- Acepto Malfoy. – Dijo inmediatamente el chico de cabellos negros viendo al rubio directamente a los ojos, con suma furia. No había nadie a quien detestase mas que a Draco, exceptuando al que-no-debe-ser-nombrado.
- Bien. – dijo Malfoy arrastrando la palabra y con una sonrisa victoriosa en su rostro. – Te espero en el salón de trofeos a las 3 AM... el Señor Filch no nos molestará, está ocupado vigilando a su... querida Sra. Norris... – casi escupió las palabras. Se dio media vuelta pero enseguida se recordó de algo más y volteó a comunicárselo. – Ve solo...
- Ahí estaré.

Ron no aprobó que Harry fuese solo a encontrarse con Malfoy. A Hermione ni siquiera se le comentó, pues ella no solo no lo aprobaría sino que no lo permitiría. Ron insistió en acompañar a Harry pues Malfoy no era de fiar y seguramente él bajaría con sus dos mastodontes, Crabbe y Goyle para darle una golpiza. Después de mucho insistir, finalmente Harry aceptó, pero él bajaría con la capa de invisibilidad, no quería quedar como un cobarde, y si no había nadie mas en el lugar se iría a la primera señal de Harry.
Ron aceptó.

Así fue como a las 3 AM, ambos bajaron las escaleras sin mayor dificultad que esquivar a unos cuantos prefectos que quien sabe qué hacían despiertos a esas horas. Con sigilo entraron al salón de trofeos donde pudieron ver a Malfoy con el rostro algo arrugado por los nervios, sin saber que ambos se encontraban en el salón.
Mas aparentemente sí, se encontraba solo.

Harry salió de la capa de invisibilidad detrás de una estatua para que no lo viese aparecer.

- Acá estoy Draco. – Comentó haciendo sobresaltar al chico, quien buscó disimular su susto colocando una de las creídas sonrisas que le caracterizaban.
- Vaya Potter... pensé... que ya no ibas a venir. – comentó muy lentamente, pasando el pequeño susto.
- Pues acá me tienes como pediste. –

El chico de la cicatriz en forma de rayo sacó su varita sin apuntar.

- Pero no quiero perder demasiado tiempo contigo, así que apurémonos de una vez. –

Draco sonrió burlón mientras también sacaba su varita.

- No creas, yo también tengo prisa en dejarte bien claras las cosas. – le comentó mientras se le acercaba con pasos decididos y la vista fija en los ojos azules de él chico que vivió. – Demostrarte que aunque tengas mucha fama no eres la gran cosa, Potter... – Fue bajando la voz y arrastrando las palabras y cuando casi sus narices chocan, Draco levantó su varita en señal del saludo protocolar y una ceja al ver que Harry se tardaba en hacerlo.
Pero igual lo hizo.
Harry levantó la varita en saludo también y se dio media vuelta mientras Draco hacía lo mismo, para tomar los tres pasos de distancia. No había Harry terminado de darlos cuando Draco se volteó a traición.

- ¡Expelliarmus! –
Un rayo de luz salió de la varita de Draco y le pegó a Harry en la espalda haciéndolo volar por los aires mientras que su propia varita se le salía de la mano y caía al suelo. Draco sonrió.
- Ya eres mío, Potter...
- ¡Eres un traidor!. ¡No habíamos terminado de...!
- ¿Qué?... ¡Soy Harry Potter y me pongo a llorar si no se sigue el protocolo! – se burló. – Que estupidez...

Harry apretó los dientes muy molesto mientras se levantaba y no llegó a escuchar las siguientes palabras de Draco, solo sintió como era elevado en el aire y era movido a merced del rubio a donde le diese la gana. Chocándolo una y otra vez con la pared.

- Jajajaja... ¡Que bien Potter!... jaja... a ti definitivamente la fama, el causar escándalo es lo que te hace actuar ¿no?, ¡Vives para eso!. –
- ¡Cállate Malfoy!. –
Dijo mientras tomaba un trofeo de una de las estanterías altas y trataba de acertárselo lanzándoselo en la cara a Draco. Si él hacía trampa, no iba entonces a tenerle consideración. Pero igualmente el trofeo vino a parar en el suelo, pues ni tocó al Slytherine.
- ¿No íbamos a jugar con magia Potter?
- ¿No íbamos a jugar sin trampa Malfoy?
- Yo nunca dije eso... – dijo con sinceridad Malfoy, doblemente pedante.

Mientras Harry se chocaba contra la pared y las estanterías elevado en el aire buscando con qué sujetarse. Intentaba recordarse algo de un hechizo convocador que alguna vez Hermione le abría comentado, pero era inútil ni siquiera podía recordarlo, no tenía como recuperar su varita.

Draco tomó la varita de Harry del suelo mientras que con su propia Varita hacía ascender a Harry hasta el techo. El cual era alto, muy alto...

- ¡Bájame Malfoy!.
- ¡Tienes miedo... ¿Potter?!...
- ¡Te dije que me bajarás!.
- ¿Y por qué habría yo de...?!

No pudo hablar porque algo le golpeó en la cabeza y luego seguidamente, un cuadro chocó con su varita haciéndola volar de sus manos.
Ya no había quien manejase ni sostuviese a Harry.

- Oh Dios... – comentó apenas mientras caía repentinamente desde tan alto.

El intento rápido de Draco incorporarse y agarrar la varita fue en vano, pues nunca llegó, sino que a la vez fue el colchón que impidió que Harry se llevase un buen golpe contra el suelo.

- ¡Auuu!... – Gimieron los dos.

Harry había caído en la espalda de Malfoy, quien se lamentaba con el rostro arrugado de un dolor en sus costillas. Mientras que Harry se quejaba pero de sus pies, quienes había recibido el impacto de la caída. Algo tarde, fue cuando ambos se dieron cuenta de cómo se encontraban...

- ¡Bájate de mí, Potter!. – Exclamó el chico mas pálido. Pero a Harry le dolían las piernas y de momento, le importaba muy poco lo que dijese Malfoy. - ¡Bájate!. – Insistió el muchacho tratando de salirse de entre sus piernas, pero Harry a la vez buscó encarcelarlo entre ellas. Sentía que no podía moverse pero tampoco le permitiría a Draco hacerlo y tomar su varita.

En busca de alguna posición en la cual poderse escapar, Draco dio media vuelta quedando boca arriba. Y moviéndose apenas un poco quedaron en una posición que dejó a ambos desconcertados mirándose...
...O talvez no fue la posición, sino lo que por un momento “notaron”.

- ¡Déjame, Potter! – Comentó Draco ahora repentinamente mas desesperado.
Harry dejó de sobarse las piernas, ya pasaría, afortunadamente no fue demasiada la caída gracias al “acolchamiento” de Draco. Pero ahora sentía algo... que le hizo perder los pensamientos. Algo que no entendía y que no hubiese esperado de Draco.
Algo que podía tantear con su cuerpo sentado sobre el del rubio, incluso por debajo de su túnica. Un músculo que se prensaba tornándose duro.

Draco miró a Harry ahora obviamente asustado, temeroso ante aquel nuevo descubrimiento. Harry tenía una cara de no entender, Draco sospechó que sería la burla de todos si lo dejaba entonces salir con vida de ahí.

- ¿Estás...?
- ¡Tengo ganas de orinar!. ¡Eso es todo!.
- ...Mentira... – Susurró apenas Harry y Draco se calló de repente intimidado, pensando en qué excusa dar, que responder, qué decir.

Pero entonces el silencio volvió, al igual que el gesto consternado en la cara de Harry. Quien de repente dijo algo que Draco no pudo entender.

- Bueno al menos ya estoy completamente seguro de que puedo contigo y que viniste solo. Menos mal que no vine con NADIE porque no me hace falta... –

Si Ron aún se encontraba por allí debía entender.
Pasaron unos segundos más y Draco seguía sin comprender el por qué Harry no hacía ni decía nada, hasta que una idea descabellada pasó por su cabeza.
Descabellada... pero con sentido...

Temeroso, movió su mano lentamente por la pierna de Harry, quien no dijo absolutamente nada y entre la túnica buscó el entre pierna de Harry para entonces tantear y darse cuenta de qué era lo que sucedía: él se encontraba en su mismo estado.

- Potter. – Exclamó sorprendido, para lo cual no recibió respuesta. Solo un profundo silencio que le desesperaba. – No sabía que tú...
- Ni yo tampoco...

Mas silencio, estaban demasiado confundidos.
- ¡Yo te odio!.
- Y yo también – le contestó Harry, pero a la vez fue aflojando sus piernas y Draco pudo salir. Ya sin ganas de buscar la varita.

Se miraron unos instantes respirando cansados, en la oscuridad, en silencio. Era Malfoy quien mas se desesperaba con el silencio y por tanto quien volvió a romperlo, mientras lentamente se acercaba a Harry.

- Que esto no salga de aquí... Potter... –
El chico de cabellos negros negó con la cabeza, mientras Draco ubicaba su rostro entre sus piernas y comenzaba a besar lo que iba destapando de debajo de las ropas con hambre Harry se acostó en el suelo, sorprendido y agotado. Sintiendo como el rubio lentamente bajaba su cremallera, tanteaba su ropa interior y la bajaba, quedándose contemplando su hombría durante unos instantes... y sin decir nada, se lo metió a la boca.

¡LA GLORIA!.

- Ohhh... –
Todo el cuerpo de Harry se estremeció no pudo resistirse, nunca había sentido nada igual a lo que le estaba haciendo Draco. Tanto era así que hasta estaba moviendo las piernas adoloridas sin darse cuenta, en su desesperación por encontrar algo a que aferrarse, sus manos encontraron el lugar ideal en la nuca de Draco, en donde se encargaron de continuar incentivándolo en la tarea...
Sentía que no podría resistir mucho si seguía así.

- Quédate quieto Potter... – dijo en un momento Draco sacándose el miembro de la boca para poder lamer los alrededores. Algo desesperado porque el chico le estaba halando los cabellos.
- Me... me voy a... a...
- ¡Todavía no!. – Advirtió Draco separándose de momento de aquel miembro para evitar que sus palabras se cumpliesen, entonces sintió repentina vergüenza por haber mostrado aquella momentánea desesperación, pero... la verdad, es que quería hacer algo, antes de que Harry terminase con todo...
Comenzó a desabotonarse el pantalón, Harry por instinto y por curiosidad, se echó para adelante cuando este al menos pudo bajarse parte de la ropa inferior y degustó también el miembro sexual excitado de Draco, quien lo agradeció de la misma forma y entendió la desesperación por la cuál Harry le había halado los cabellos, él también lo estaba haciendo...

- ...Draco.
- ¡No!. ¡No!.

Draco se levantó de golpe y se incorporó, Harry por un momento se sobresaltó. ¡Draco no podía dejarlo así!.

- ¡¿Qué pasa?!. ¿No vamos a...?
- ¡Claro que si!. – Aclaró Draco mientras de golpe se terminaba de quitar todo la parte baja de la túnica quedando ahora si, cómodamente desnudo, con cuidado buscó ubicarse bien sobre las piernas de Harry y apuntó bien, para que lentamente Harry entrase dentro de él...

- ¡Argghh!!!...

¡LA GLORIA PARTE 2!

Al menos para Harry, quien esta vez solo pudo encontrar seguridad sujetándose de las caderas de Draco, mientras este comenzaba unos movimientos en ascenso y descenso, asciendo que su mayor enemigo entrase hasta lo mas profundo de él.
Al comienzo arrugaba el rostro pues le dolía y ardía un poco... pero no quería parar, muchas veces había soñado con esto y ahora había que lograrlo a como diese lugar. Tomó una de las manos de Harry ubicadas en su cintura y la obligó a sostener su propio y olvidado miembro, el cual Potter muy amablemente comenzó a estimular.

- Ha... Harry...
- ...Malfoy...

Menos mal que el Sr. Filch estaba ocupado y que los prefectos finalmente se fueron a dormir. Pues duraron un buen tiempo en esa actividad, bajando e incrementando la velocidad algunas veces a medida que se acoplaba y se acostumbraban a tan maravilloso ejercicio... Hasta que finalmente Harry fue el primero en ceder ante aquel calor que le apretaba derramándose dentro del Slytherine y este a su vez, no aguantó mas y su líquido blanco salió disparado hacia arriba, cayendo finalmente en el pecho de un jadeante Harry...

Los jadeos continuaron unos instantes más, para finalmente terminar rápidamente como todo había empezado: en silencio. Ambos observándose consternados por lo que habían hecho en ese profundo, intenso, silencio...

- Esto no pasó nunca... Potter... – aclaró Malfoy en un susurro aún entre jadeos observándole a los ojos, Harry negó con la cabeza.
- Nunca. – se quedó de acuerdo.

Se levantaron y ambos comenzaron a vestirse. A Harry ya se le había olvidado por completo el dolor de piernas... se vistieron con sigilo, acomodaron el desastre y salieron del salón de trofeos a sus respectivos salones con mucho cuidado de no ser vistos. Nunca dirían ni comentarían nada de lo que esa noche había sucedido, algunas veces incluso trataron de borrarlo de sus memorias a pesar de que se admitían lo habían pasado muy bien...

Ron tampoco nunca diría nada. Ni siquiera a Harry le admitiría que esa misma noche se había quedado en aquel lugar, que había sido él quien golpease a Malfoy y su varita y que finalmente, se había apurado a escabullirse y llegar primero a la casa de Gryffindor, que él.

Fin.

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