De cuernos y colmillos

(Imagen y descripción pendiente)

Había pasado la tarde encerrado en el templo de Sagitario, sitio que moraba su joven guardian con recelo, pero que debido a las órdenes Patriarcales, dejó no hacia muchas horas para encaminarse a una misión lejana.

Teníamos poco de revivir tras la muerte fulminante en el muro de los lamentos, y aunque esperaba con el corazón poder pasar más tiempo con Aioros y borrar las diferencias que nos separaban, fue voluntad de Athena que esto no sucediera todavía.

Ahora mismo me encuentro en su habitación, pensando en aquellos vagos recuerdos sobre la vida que ya no tenemos y sobre los momentos que compartí con él cuando solía ser niño, en esta cama bajo la que me escondí con la esperanza de poder hacerle una travesura y bajo la que descubrí varias cosas.

Intento no pensar en eso... Realmente no quiero hacerlo.

Cierro mis ojos y trato de relajarme con el aroma de mi hermano, aquél aroma tan perceptivo que siempre viajaba hasta mi nariz cuando él me cargaba entre sus brazos y me llevaba a dormir.

La tarde cae en este santuario, el estar aquí es algo gratificante pero no me quejo.

Vengo del pueblo y subo templo por templo, saludando a algunos de los moradores y esperando algo de serenidad, llego a Sagitario y no se como esta Aioros no lo he visto y me inquieta saludarlo aunque no siento su cosmos activo.

Me detengo en la explanada del templo y mi cosmos aumenta para que si Aioros esta aquí venga a mi.

La breve tranquilidad que pretendia abrazarme se borró de mi semblante cuando Shura de Capricornio dejó fluir su cosmo, en algo que podría catalogarse como un saludo, como una cortesía para su guardian; y tal vez es debido al respeto que Aioros puede hacer sentir en el resto lo que atrajo aquí al español, no lo sé... Me pregunto qué quiere aquí, y aunque bien podría ignorarlo y seguir recostado, la curiosdad típica felina me obliga a dejar mi resguardo para ir a recibirle.

Mi armadura se encuentra en Leo, por lo que visto la ropa de un civil común y corriente, ya que en tiempos de paz, lo que menos deseo es cargar la ropa de entrenamiento. Salgo de las sombras que me proporciona el templo y encaro a Shura.

—Mi hermano no se encuentra en Sagitario, ni en alguna parte del Santuario.— Le explico, tratando de ser amable y retoma su camino de vuelta.

Esperaba a Aioros y me encuentro con su hermano, levanto una ceja y solo respondo.

-Esperaba a tu hermano y si no estaba pues solo con no tener su respuesta me bastaba, pero ya que estas aqui... pues no se si agradecer tu opinion que no pedi pero de igual forma gracias por avisar...supongo

Camino un tanto por el templo, iba a irme pero...sonrei con una idea, levanto la voz un poco para que me escuche mas.

-Y a todo esto ¿que haces aqui? no es tu templo caballero, es tu hermano lo se, pero no es tu territorio.

Ahora si dispongo a irme

El caballero de Capricornio siempre había resultado un misterio para mí, no porque intentara conocerlo o entenderlo, sino porque me intrigaba saber como se sentiria él luego de acabar con la vida de Aioros. Siempre creí que quizá Shura experimentaba algun tipo de culpa, ya fuese porque él no estaba haciendo lo incorrecto o porque yo había terminado practicamente solo a una edad tan corta.

No deseaba conmiserarme, pero enserio quería saber sus razones, aunque sabía que no era el lugar indicado para ello.

Sus palabras me hicieron enojar.

Realmente no comprendía como podía andar con ese aire arrogante y descarado por un territorio que tampoco era el suyo.

Respiré profundo.

—Tú mismo lo dijiste: es mi hermano, y él me permite estar en su templo si yo así lo deseo. Lo hice antes de que tú lo mataras y lo puedo hacer ahora.— No queria recordar eso, pero mi lengua se había movido sola.

Sonreia y caminaba pero...sus palabras me hicieron detenerme en seco y verle de forma furiosa, mi cosmos se vuelve agresivo y desde donde estoy le respondo.

-Parece que quieres vivir poco porque hablas mucho y si ya mate a un compañero una vez, puedo hacerlo de nuevo...

Volteo a verlo a su cara y sigo hablando.

-sigues siendo un niño malcriado Aioria... un niño ingenuo que no sabe respetar a sus superiores...seremos caballeros dorados pero estoy por encima tuyo...no me tientes que puedes arrepentirte y bueno ya que estas ahi te dire una cosa...

Sonrio retorcido

-Tu hermano me tiene muchas consideraciones, me quiere demasiado...tanto que... su cuerpo ha sucumbido ante mi...entonces pues seras muy su hermano y lo que quieras pero no puedes hacer con el cositas como las que yo...

comienzo a reirme burlandome de él y camino despacio a la salida...

Apreté los puños, y contuve entre mis dientes apretados, las ganas de irme encima de Shura.

No me molestaba el hecho de que se creyera superior, porque ambos sabíamos que no lo era; o al menos yo suponia que él lo sabía, y que esas palabras cargadas de egocentria eran solamente una estupidez de alguien poco amable y nada inteligente.

Lo que hizo fluir mi ira mediante el cosmo agresivo, fueron sus últimas palabras.

—¡Párate ahí, Shura!—Le grité, sin moverme de mi sitio. —¿Por qué no repites eso? ¿Qué clase de hombre eres y qué te piensas al decir esa sarta de... Idioteces?— Realmente estaba furioso, pero no queria empezar una pelea a golpes con él, no ahí en el templo de mi hermano.

-del tipo que lo hace y lo comparte.

Segui caminando sin prestar atencion al minino, ya se habia enojado y me habia dado cuenta de su caracter volatil y docil... una pena relamente pero no lo culpo.

-No hablare mas de esto chico, regresa a Leo.

La sangre hervía dentro de mis venas, y quemaba los músculos bajo la piel. Mis uñas sangraron la carne a la que se aferraban, mientras yo haciendo méritos por recordar lo que Aioros me había enseñado y respirar, simplemente respirar.

Pero todo se iba al diablo más le observaba alejarse y recordaba las razones que me había orillado a ser de esta forma; pues de algún modo todo se lo debía a Shura, y aunque traré de perdonarle era imposible, su actitud solamente alimentaba mi amargura.

No solia atacar por la espalda, y realmente no lo hice; sólo lancé una rafága para rozar su hombro en señal de advertencia.

—¡Eres un cobarde...!— Ya no podía más, no pensaba contenerme. —Haz pisoteado mi orgullo y te haz burlado de mi sangre por última vez, capricornio! Voy a darte una lección...¡Pelea!

Su rafaga de ataque me hace detenerme, pero no volteo a verle... solo respondo desde donde estoy

-No puedo pelear con alguien que no esta en sus cabales y que deja que las emociones lo dominen, ademas eso te hace debil caballero...deberias saberlo.

Rio un poco

-Si te mato aqui... tu hermano ya no me quedra por las noches aqui y pues... tengo mis necesidades, ademas no quiero que me deje de hablar un rato, tambien yo no me burlo de tu sangre pero tu mi querido gatito gruñon estas haciendo quedar muy mal a la familia con esa actitud.

camino de nuevo

Sus palabras no disminuyeron mi ira, ni apagaron la intensidad con la que mi cosmo fluía.

—No tengo por qué escuchar las lecciones de moral de un asqueroso asesino como tú que no peleas limpio.— Baje mis puños, aunque aún me sentia alterado y deseoso de descargarme completamente. —Largo capricornio, vete como el cobarde que eres... Tú y Aioros me dan asco.

De mi puede burlarse pero este niño necesita disciplina...

A la velocidad de la luz me muevo y me coloco frente a él para darle un puñetazo y arrojarlo contra uno de los pilares.

-SI AIOROS NO TE EDUCO ENTONCES LO HARE YO... DEJA DE HACER BERRINCHITOS ESTUPIDOS.

Lo observo con frialdad

No puedo creer que este idiota se atreviera a tocarme. Mi cuerpo resbala por el pilar, y haciendo gala de mi orgullo y ferocidad me pongo en pie.

—¡Eres un imbecil Shura!— Mi cosmo también se enciende y multiples rayos son despedidos de mi cuerpo contra su persona. —Tu no eres mas que un cobarde... Siempre atacando por la espalda!— Queria contenerme pero si Shura quiere pelear, no me importará hacer pedazos el templo de Sagitario .

Me Ataca... Bastante predecible pero no me quejo, solo sonrió y me muevo para esquivar los ataques...

-LA IRA TE CONSUME!!!!! Que patético

Trato como puedo de llegar cerca suyo para tratar de abofetearlo y que se serene

-que mal hermano eres!!!! Jugar con las visitas de su hermano en casa ajena.

Detengo su bofetada al elevar mi mano, y respondo con otro golpe que yo sé él podrá detener.

—Tú no eres un visita deseada de cualquier forma, cabra miserable!— Alguna vez intenté tener un poco de respeto por él; alguna vez quise creer que él era una persona diferente y que había actuado movido por los hilos que Saga había puesto sobre él, sin embargo, viendo a esta despreciable creatura me doy cuenta que no vale nada. —Aunque te pese, yo soy su hermano, yo comparto su sangre... Y tú solo eres un error en su cama!

Tomo el puño que iba directo a mi y lo recargo en uno de los pilares inmovilizándolo.

-serás muy su sangre y bla bla...pero yo soy a quien Aioros nombra preso de placer por mi culpa...en eso no me superas...

Sonrío ampliamente

-tu dices que solo soy algo para la cama pero...Aioros no piensa igual...no hables por el.

Me acerco a su oído a susurrar

-me estas poniendo a prueba?

¿Por qué Shura alardea de ello como si fuese un enorme logro? Es un miserable y un estúpido.

Su cercanía me obliga a apretar los dientes mientras pienso en lo idiota que es Aioros por revolcarse con un tipo como este.

Su insinuación me hace menear la cabeza, mientras le empujo para alejarle.

—Sé que eres de esos tipos que presume lo que no tiene, y a puesto lo que quieras a que eres tú quien se mete en su cama y le ofreces el trasero para que llene tus pasiones mas insanas.

Una estruendosa carcajada salio de mis labios, me parecia muy divertido esto...

-Se ve que no conoces a tu hermano amigo... el es quien gime mi nombre esperando mi virilidad en él... quien se restriega contra mi esperando ser penetrado...mmmmmhh es sencillamente arrasador cuando me provoca asi.

como puedo le tomo del cuello para verlo con un gesto triunfante y soberbio

-Estas ante el mejor amante del santuario... muchos me catalogan asi, y como ves no tengo gestos de humildad ni sencilles porque no me hacen falta... me has provocado y tengo que enseñarte que conmigo no se juega niño desobediente.

Lo arrojo contra uno de los pilares, empleando tecnicas de golpes en muchas formas... quiere jugar lo haremos a su modo... aunque esta empezado a despertarme deseo... creo que me gusta que me traten mal...-sonrio serenamente.

Uno de sus ataques provoca que mi labio se derrote ante su agresividad, por lo que la sangre no demora en salir y escurri por el mentón, A pesar del dolor que siento y que es mínimo comparado a todo lo que he sufrido, logro resistir algunos ataques y golpearle también.

—¡No me hagas reír!— Exclamo burlandome de él. —Eres el mejor del santuario según quien? Tú opinión no cuenta y no es algo que quiera comprobar con mi propio cuerpo.— Le golpeo en la cara.

Es verdad...me gusta este juego... me gusta que este tan enojado golpeandome... me encanta

Como puedo lo ataco y mientras respondo

-Segun tu hermano... segun soldados... segun jovenes de Rodorio... ¿quieres mas datos?

Sonrio y sigo golpeandolo, entonces en un descuido de su parte, lo atrapo para inmovilizarlo entre mis brazos. fuertemente lo sujeto y le susurro

-Quiero que tambien lo digas tu...

Lo beso ferozmente

Soldados... Guardias... ¡Que repugnante!

No puedo ni quiero negar que el estrellar mi puño limpio contra su rostro es gratificante, inluso puedo decir que ese odio acumulado todos estos años lentamente se va fundiendo con cada golpe sobre su rostro marcado por mis manos.

Sus palabras me obligan a detenerme mientras le miro con una mezcla entre asco y dudas... ¿Realmente se ha revolcado con todos esos?

La respuesta es clara e inmediata cuando me toma entre sus brazo, y aunque intento escapar, es su beso el que me deja fuera de combate.

Su sabor es amargo, aunque electrizante... Es novedoso pero también demasiado confuso porque se supone que yo le odio, y entre mas le trato menos lo quiero cerca.

Forcejeo por obtener mi libertad y muerdo su labio con fuerza para quitarmelo de encima.

Nunca he estado con hombre, ni con una mujer; para mi eso nunca tuvo la menor importancia, y no pienso dejar que sea Shura el primero... No lo voy a permitir.

—¡agh! A mi no me gusta compartir!— Lo golpeo nuevamente.

El golpe que me dame obliga a doblarme un tanto, escupo la sangre y solo lo veo con burlas y una sonrisa enorme.

-No te preocupes gatito...era mentira lo de los guardias... eso solo me demostro que tengo oportunidad... tus labios me gustaron, no tienes porque temerme...si a Aioros le encanto de seguro a ti tambien.

Sigo atacando con algo de fuerza, no quiero matarlo

-ven de una vez... dejame enserñarte muchas cosas

Las heridas de sus ataques comienzan a abrirse y a teñir mi ropa con aquél pigmento escarlata. El dolor corporal en este momento no importa, no mientras sienta esta confusión y el cúmulo de sentimientos encontrados que no me ayudan a detenerme.

Extrañamente con Shura me siento como la presa ante el cazador; tal vez porque su descaro no ayuda a que logre dominarme; tal vez porque no es sólo directo sino también ventajoso.

Ni siquiera puedo pensar, pero me siento asustado de que así como puede cantar lo de Aioros, también termine por proclamarle al mundo que estuvimos juntos.

¡Que vergüenza!

Me di cuenta que los dos estabamos peleando sin hacer uso de nuestra fuerza total, asi que tomé a Shura de la ropa y le obligué a encararme.

—Sabes que una batalla entre nosotros y por razones profanas no terminará bien, así que dime de una vez qué quieres y márchate! Que me vaya yo no es una opción imbecil. Y deja de decir estupideces por favor.

Sonriente le observo enojado y frustrado

-sabes que enojado te ves increíblemente sexi...

Rio un poco y le tomo de los brazos que me tienen cautivo

-pues no quería nada pero ahora que te pusiste así...mmmmmhhh no se pensare y pensaré

Venir aquí no me dio tiempo de pensar en nada porque no sabia que iba a estar el...entonces solo me quedo callado un momento y le digo.

-pues en si nada era mi intención, venia a jugar con Aioros...pero saliste tu y te me pusiste a la defensiva entonces pues tuve que reaccionar bebe.

Me acerco a su oído Y hablo quedito

-no quiero hacerte daño...ni herirte mas...