No entendía muy bien por que seguía avanzando, había salido de su casa rápidamente cuando se dio cuenta de que realmente estaba preocupado por el muchacho, tal y como se había ido no estaba seguro de que llegase a su destino, y cuando cayó en la cuenta de que podía volver a automutilarse simplemente salió en su búsqueda, no pretendía acercarse, sino mas bien cazarlo, asegurarse de que llegaba y no trataba de charlar con los muertos de nuevo.
Quedó claro en los primeros 50 minutos que no iba a pillarlo, ya fuese porque se conociese el camino mejor que el, que era bastante posible, o porque ya le llevaba bastante ventaja. De cualquier forma continuó avanzando, habían pasado 2 días y aun no entendía porque seguía haciéndolo, quizás porque como permaneciese un segundo mas en aquella casa creería enloquecer, quizás porque había algo en el chaval que le recordaba a su hermano, esperaba de verdad que no fuese ese punto de melancolismo o ganas de autotortura, o quizás simplemente porque quería volver a sentir que estaba vivo de alguna manera.
Había visitado aquellas catacumbas donde lo encontró cerca de cientos de veces, se sabía cada piedra, cada escondrijo, cada lapida y cada muerto, aun así de vez en cuando seguía encontrando pequeñas joyas que vender, pero cuando pasabas tanto tiempo rodeado de silencio empiezas a dudar de si tu también estas vivo. Era de locos verdad? cualquier persona ya se hubiese rendido y habría comenzado una nueva vida en aquellas llanuras, coger una casa mas cercana al pueblo, buscarse un trabajo, quizás hasta conseguir una novia, oh dios como echaba de menos una novia.
Llevó una mano hacia la cantimplora que acababa de rellenar en un rio cercano dándole un trago para después mojarse un poco el pelo debido al calor haciendo que le quedase un poco hacia atrás.
Pero el no, no es que odiase a la gente, le encantaban las personas, era únicamente que no sabía que esperaba, quizás simplemente aun tenía la esperanza de poder volver a su antigua vida, de poder volver a entrar por la puerta y ver a ese chaval correr hacia el y abrazarlo como si no hubiese un mañana, llamarle hermano y quejarse cada vez que le pusiese col para cenar, para después fingir que se dejaba convencer y llevarlo con el de caza, enseñarle a usar el arco. No quería pensar en eso ahora pero hablar con Dohko aunque solo fuesen un par de frases le habían rememorado todos esos recuerdos que aun inútilmente trataba de retener.
Y antes de que se diese cuenta, tras haber tenido 2 días de caminata, había llegado a la frontera. Subido a un pequeño risco observó la entrada, el puente se extendía lejos como si fuese una serpiente y las rocas subían a sus lados en una posición bastante extraña que recordaba a escamas, ahora comprendía porque le llamaban el dragón.
Así que.. ahí estaba, puede que simplemente hubiese necesitado esa caminata, ver algo nuevo y sentir que todo no era exactamente igual, que no estaba encerrado en un vaso de cristal. Se colocó bien el arco a su espalda, era lo único, junto a una foto de su hermano, que había podido llevarse de sus tiempos en su antigua vida, era lo mas valioso que tenía y le tenía tal aprecio que no era normal a un objeto inanimado.
Se apoyó en el suelo descansando con las vistas, ahora que ya lo había visto descansaría y mas tarde pondría camino de nuevo hacia la llanura.