Es asqueroso sentir su cuerpo sobre mi, me tenso cada vez más al sentir su erección sobre mi cuerpo, las ataduras empiezan a sacar sangre en mi brazo sano, no dejo escapar ningún sonido mientras sus dientes marcan mi piel, o siento como se frota sobre mi, puedo sentir la excitación de su cuerpo, y solo deseo matarlo.
Mi cuello es liberado de la presión, solo para verle alejarse de mi, dejo escapar un leve suspiro por el descanso de no tener su cuerpo cerca y sin embargo la siguiente sensación provoca un gruñido involuntario de mis labios al sentir el frió cañón del arma invadir mi cuerpo. Lagrimas corren de mis ojos, lagrimas de odio, frustración y humillación.
--NO, NO ME SOMETERÉ--
grito para no perder la dignidad que me queda, no me importa morir, incluso de una manera cruel si es que el dispara, lo prefiero a la alternativa a que mi cuerpo pertenezca a este hombre, se lo que vendrá después y no quiero, prefiero morir, perdóname Afrodita.
Siento que me falta el aire, todo se pone negro a mi alrededor, siento que caigo en un pozo oscuro y que todo al rededor desaparece
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El cuerpo de Arles se relaja, su respiración se normaliza, pasan unos segundos antes de que sus ojos se abran de nuevo, pero con una mirada diferente, le sonríe de manera burlona al hombre que esta sobre él
--Nunca debiste hacer eso bastardo--
Los musculo se tensan con tal fuerza que la férula en su brazo se rompe en pedazos aflojando el agarre en su brazo herido, suficiente para liberarse, toma la cadena que ha quedado libre y la enreda en el cuello de aquel vicioso hombre, con suficiente fuerza como para hacerlo soltar el arma.
Pasa el extremo de la cadena a su mano atada para mantenerlo firme mientras saca el arma de su cuerpo y lanzarla al otro lado del cuarto, podría disparar pero eso le quitaría la diversión.
Con dificultad suelta su otra mano, están frente a frente unidos por el collar y la cadena, pero es hábil, sus genes son especiales y si le quitas el miedo a morir tienes una máquina de destrucción. Liberarse los tobillos no es fácil, pero no aminora el agarre contra el otro, aun cuando sus rostros están casi tocándose.
Se le trepa encima cuando suelta la cadena y puede oírlo toser, no pierde tiempo para amarrarlo como el lo hizo antes, la cadena suena mientras lo hace y la mirada perversa y retorcida que ese ser tiene, no parece humana
--Has sido un mal muchacho y ahora mereces ser castigado--
se acerca al oído del hombre mayor y lo toma de su miembro erecto, le mete un pedazo de tela en la boca para que no grite
--eres enorme, y querías romper al pobre chico a la mitad, querías disfrutar tomar a un hombre que nunca a sido poseido y marcarlo para siempre--
aprieta con fuerza aquel miembro riendo maliciosamente
--perdiste tu oportunidad, debiste hacerlo cuando estaba dormido, pero eres como Aspros, presionando y les gustaría verlo rogar y llorar para ustedes, pero gracias a ti, ahora yo me interpondré en tu camino, y ahora que me hiciste salir, nunca lo tendrás, y mereces un castigo por intentarlo--
se libera del collar para ponérselo a su victima
--disfrútalo cariño, porque yo lo voy a disfrutar mucho--
jala el collar axfixiandole, al tiempo que lo penetra con rudeza y profundamente, se mueve contra su cuerpo casi al instante y no pasa mucho para marcar el interior de aquel hombre con su semen, muerde su hombro con fuerza hasta hacerlo sangrar y con descaro bebe aquel líquido carmesi
Se mueve como un felino al salir de él y ver satisfecho su obra, se para de la cama y se regodea de su propia fuerza, se estira midiendo la fuerza de este cuerpo, se gira al rededor para buscar la ropa del muchacho pero no está, con una mueca de desagrado se pone los pantalones del hombre que yace en la cama amarrado, la excitación en su cuerpo es patente, y solo desea probar su fuerza.
--ahora iré a divertirme con tus niños, tal vez no queden muchos para ayudarte, tal vez nos encontremos de nuevo querido--
esa mirada penetrante y su sonrisa maliciosa
--No trates de tener a este chico de nuevo, ahora que soy libre no será tan fácil y podrías morir intentándolo--
ve el ventanal, se lame los labios, esta por salir cuando ve el anillo que permanecía oculto en la férula, se había caído al suelo, lo toma en sus dedos y lo observa un momento antes de ponérselo, es un amuleto para el chico. Se yergue antes de mirar por ultima vez al hombre en la cama, se acerca a la ventana y sale silenciosamente.
Se oyen golpes sordos, se oyen gemidos en el camino, el joven avanza atacando a todo lo que se le atraviesa, con uñas y dientes como un animal salvaje, no le toma mucho salir dejando un rastro de sangre en su camino.