Una sonrisa socarrona de mis labios se traza cuando veo aquel rostro del joven castaño hacer esos pucheros llenos de encanto que provocaban que deseara “devorármelo" en ese preciso momento, sin embargo todos esos años me han enseñado que entre más esperas ,más exquisita es la recompensa.
Miro de reojo las habilidades que el joven demuestra en combate así como la fuerza que libera en cada golpe hacia esos seres . El que parecía ser el líder de ese grupo me enfrenta de manera violenta y tan ansiosa por sangre, sonriente le capturo con brusquedad su nuca para aproximarlo a mi rostro y tener la facilidad de congelar mi mirada a sus ojos bañados en carmín y filtrarme a cada una de sus memorias, así como de la naturaleza salvaje que tenía. Al terminar de examinarle coloco mi mano hacia su cráneo, estrujándolo por unos segundos reventándole su cabeza, escurriendo grandes borbotones de sangre y de seso por mi mano, manchando mis ropas
Vuelvo la mirada hacia el joven mirándole aun pelear con los dos seres que quedan en el interior del lugar, aunque por fuera aún quedaban cuatro decenas de ellos, quienes ya habían devorado a los civiles que estaban en los alrededores y los que habían escapado del bar, incluso a la joven de la barra, malditos, no dejaron que me la devorara en la cama
Ágilmente me aproximo al joven cuando termina de aniquilar al último ser de aquel grupo, sacando, con mis manos manchadas de sangre, un segundo cigarrillo para fumar le miro felinamente, sonriendo de lado
-Vaya que si eres una ternura, mira cómo has “jugado” con todos esos seres, la pasaste muy bien por lo que se ve
Rio un poco, exhalando el humo del tabaco , aproximándome a su persona e inmediatamente sujetar firmemente su cintura y así pegar su cuerpo contra el mío , intensificando más la mirada a esos exquisitos ojos esmeralda
-Afuera aún quedan más amiguitos que desean “jugar” con nosotros, te tengo dos fabulosas opciones, la primera es que te abraces a mí y cierres los ojos si te da miedo las alturas y la segunda es salir, saques tus armas y que toda la noche se nos vaya en exterminar a esos bastardos
Libero una de mis manos para tomar su barbilla y aproximar sus labios a los mios
-¿Y bien? Tienes solo dos minutos para decidir, antes de que huelan la sangre de los suyos y entren salvajemente por aqui