Privado número 8 - Death mask & Afrodita

Esperé un momento a que Shion se distrajera y le pedí excusarme al sanitario; era mentira que quería orinar, pero era la única manera de salir de ahí y caminar a paso rápido a mi siguiente cita; una que por alguna extraña razón me hacia sentir emocionado.


Camine y entre al privado encontrando las velas que ya no se me hizo extraño y un ambiente acogedor, muy diferentes a los anteriores.

El aroma a rosas inundo mis fosas nasales sin que pudiera evitarlo.


El mantel negro le daban un toque gótico y de un ambiente más parecido a mis pensamientos.


Me senté un momento, aguardando a que mi cita llegara, estaba impaciente por saber quien era él.

Esta vez no corrí como la anterior y opte por caminar un poco más moderado pero procurando mantener un andar rápido para evitar retrasarme. Saco la hojita para cerciorarme que el número de la habitación fuera el correcto y una vez que llego a esta abro con lentitud la puerta e ingreso a paso tranquilo, encontrándome de inmediato con mi cita secreta. No podía creer que se tratara de Masky, como mariconamente le decía, según el canceriano. Hice evidente una amplia curvatura en mis labios cuando nuestras miradas se cruzaron, acercándose sin demora alguna a la mesa

-No puedo creerlo, o más bien, no puedo creer que tú estés aquí y seas mi cita. Esto significa que será una noche sumamente interesante y entretenida, mas con ese sentido del humor que te caracteriza

Comento en un tono divertido mientras jalaba un poco la silla para tomar asiento , dejando la rosa que llevaba sobre la mesa y quedar frente a su persona, admirándole fijamente y conservando esa sonrisa en mis labios

-Me siento feliz de verte Masky

Esto ultimo lo digo en una tonada cantarina, esperando la clásica respuesta ruda por parte de él. Sin lugar a duda estar con él me vendría bien ya que su humor y personalidad me hacian sentirme relajado

La puerta se abrió y mi sorpresa fue mayúscula al ver a la belleza del santuario justo en la puerta, que al verme mostró su típica sonrisa acompañada y caminó con ese movimiento tan característico de él; le correspondí el gesto ladino. Él sabe que soy de pocas palabras.

Se sienta frente a mi.

- Ni yo imagine que lo fueras; veo que estas emocionado. - odio admitirlo pero se ve jodidamente atractivo. - Sabes que sí, si algo tengo ese el humor y la gracia - lo recorro con gusto de arriba abajo y viceversa. Le veo dejar la rosa tan roja y llamativa como sólo él.


Recobró la compostura y mi boca hizo una clara mueca haciendo notar que no me gusta ese apodo.


- Cuantas jodidas veces te he dicho que no me digas así - mis dedos comienzan a moverse tocando la mesa suavemente una y otra vez. - Palabras mariconas son para otros... soy Death Mask grabatelo cabrón - le miró suspicaz; relajándome si algo tenía el pez es que logra sacarme muchas risas en cuestión de segundos.


Acarició mi cabello y después mi camisa desabrochada de los dos botones superiores para responder a su último comentario.


- Sé que te pones feliz; soy irresistible. - para molestarlo un poco - tú no te ves tan mal - rio divertido.


Buscó la botella de vino, la abro y buscó su copa para llenarla.


- Estas listo para pasar la mejor velada de tu vida? Porque chingones como yo... no hay dos - terminó de servirme yo y alzo la copa y esperar a que él, haga lo mismo.

Sin duda Masky era una de las personas que tanto me divertía por ese humor tan negro y acido que tenía. A veces no entendía a los colegas que decían que tenía un humor feo o vulgar, para mi era simplemente el único que se atrevía a decir las cosas como eran, aunque en ocasiones sus palabras eran hirientes o desafiaban a la autoridad incluso a las mismas deidades.

Recibo mi copa y arqueo con cierta incredulidad mi ceja el escuchar sus palabras egocentristas, gesto que se acompañó de una ligera risilla y con ciertos rasgos burlones y sin demorar mas alzo mi copa y choco con suavidad el fino cristal con la copa contraria, dándole un pequeño sorbo a esta

-Debo aceptar que solo por hoy te ves muy atractivo, como todo un casanova acechando a sus indefensas e inocentes presas. Pero a mi ya no me impresionas querido cangrejito , ni aunque me muestres tu escaso pelo en pecho

Deposito mi copa en la mesa y apoyo mi codo en el borde de esta para facilitar el recargar de mi mejilla en mi mano mientras que la contraria se acerca hacia la parte descubierta de su pecho, dando unos ligeros roces con mis dedos

-Lástima, toda esa sensualidad italiana ya se perdió , seguramente se la chupo algún espectro durante nuestra estadía en el Inframundo

Puntualizo estas palabras con una ligera palmadita a su abdomen , alejando mi tacto para colocar mi dedo índice en el borde de la copa

-Bien, es hora de que empieces con tu recitar de palabras galantes y amorosas para cautivar mi corazón, al fin y al cabo es una cita . Ya empezaste con cabron, necesito escuchar mas

Menciono con absoluta diversión, soltando una breve risa , recorriendo un poco mi flequillo para visualizarle mejor

- Lo sé precesito, Sé tanto de ti, cómo tu de mí; no por algo hemos compartido créditos juntos en varias misiones, así que no es de extrañar; pero hoy es distinto.. - me pongo serio - hoy no eres mi camarada.... hoy eres mi cita y así como quiero impresionarte... me encantaría ver que tanto me puedes mostrar tu - le miró de manera retadora y con una leve sonrisa perversa.


No logró evitar carcajear ente sus palabras; si hay alguien tan oscuro como yo; sólo puede ser él; le sujetó la muñeca, sabiendo que sus dedos me tocan, acercó más la mano para que sea su palma la que me toque bien, las cosas a media de molestan.


Tomo mi copa y la llevo a mis labios para darse un delicioso sorbo. Sin retirar mi mirada de su persona.


- Estas seguro de ello? - dejo la copa en la mesa - si es así; entonces debiste ser del de abajo entre esa orgía en una de las prisiones... - imaginarlo desnudo y gimiendo hicieron oscurecer mis ojos ante la idea - recuerda que mientras sea follar... - deje las palabras al aire, para retomar nuevamente parte de sus palabras - La sensualidad no se vea... si así fuera ya estuvieras marchito y seco - doble sentido y al mismo tiempo le he lanzado un piropo - y aún así con todo y tus espinas... me encantarías.


Rio ante sus pedantes palabrerias.


- El decirte cabrón es algo usual en mi - me inclinó un poco para acercar mi rostro a él - te comportas como si no me conocieras bien.

Sus palabras de doble sentido y esa audacia para hacer que todo lo que diga sea usado en mi contra  era muy singular en el. Cuando senti esa presión de su mano para que la mía acariciara totalmente su abdomen  acepte tal invitación aunque fue solo por unos breves momentos , dando un ligero apretón a uno de sus pectorales  antes de alejar mi mano y depositarla sobre el tallo de  la hermosa rosa

Una  sutil y breve risilla aparece al escuchar tales palabras, dejando que mi mirada reflejara el creciente interés que tenía en  escuchar más de sus piropos de doble sentido y ese toque galante tan italiano y tan suyo

-Huy, ahora te haces el ofendido querido, siendo que solo  queria halagrte—

Respondo con una ladina sonrisa a su  última frase  deslizando mi dedo índice en el filo de su rostro coquetamente , finalizando tal acción con un desliz a sus labios

-Muy bien entonces ¿Cómo me haras pasar la mejor velada de mi vida? Y no respondas  enseguida  que cogiendo porque eso ya lo he escuchado anteriormente. Sorprendeme

Esto ultimo lo menciono en un susurro ligeramente  mieloso , echando un poco atras mi cabeza para romper esa cercania en nuestros rostros y dejar que sacara mas de sus dotes galantes

Doy un sorbo a mi bebida; escuchó y observó tus movimientos; tan sensuales como tu.


- Ofendido yo? para nada... sabes que se necesita más para ofenderme... después de todo soy de los peores del santuario; palabrerías tontas no me afectan. - Así que solo quieres halagarme... eso me parece bien - le sonrió y le regreso una mirada dándole a entender que continué. - Sigue... escuchar tu voz me gusta... no te detengas en decirme mis cualidades, me encanta.



Lo veo alejarse; sé cuales son las cualidades de Dita; lo hace magistralmente y dejo que me toque; que el roce llegue a mis labios y le sonrió "inocentemente".



- ¡¿coger?! quien hablo de ello... aunque si lo menciones podría ser por alguna razón. - me hago hacia atrás para recargar mi espalda en la silla y mirarlo retadoramente. - ¿Por qué no me sorprendes tu? - si el pecesito quiere jugar, yo encantado.



Llevo mi dedo a los labios y muerdo la uña, deseoso de verlo actuar.

-Vaya , no crei que me dejaras al mando de la situación, muy raro en ti

Revelo con una voz con cierta sorpresa y una expresión complice en mi semblante , mirándole con un discreto atrevimiento y misterio antes de girar mi rostro y ver lo que teníamos alrededor, pensando en un pequeño juego para divertirnos en esta cita tan particular.

Curveando mis labios en una traviesa sonrisa tomo una servilleta de tela que estaba a mi costado izquierdo y con sumo cuidado voy enrollándola hasta dejar un tablón alargado, enrollándolo un poco en mi mano diestra a la vez que me levanto de mi asiento para acercarme al suyo, caminando por detrás de su silla hasta quedar cerca de su persona , apoyando mi barbilla en su hombro

-Muy bien haremos un juego entretenido, si comienzas a quejarte lo interrumpiré
Amenazo con una tonada divertida y un poco melosa, llevando mis manos hacia sus sienes y desenrollar el tablón de tela para así comenzar a amarrarle las manos por detrás de la silla en un amarre muy fuerte y en un nudo difícil de deshacer
-Lo disfrutaras mucho, te lo aseguro—musito con sensualidad a su oído antes de dar un suave roce de mis labios a su lóbulo alejándome para recorrer la mesa un poco para poder hincarme a su persona, tomando los elementos que necesitaba para el juego: una botella de champan y de vino, el recipiente de pequeñas fresas y hielos y los aperitivos dulces que yacían en una pequeña y plateada charola.

Sirvo un poco de champan en la copa y tomo una fresa para humedecer la punta del rojo frutillo e rilo resbalando lentamente por su yugular que se alcanzaba a descubrirse un poco

-Si logras zafarte en menos de cinco minutos podremos cambiar de papeles y no se vale que uses tu cosmos y poder para liberarte

Puntualizo antes de acercarle el frutillo a sus labios y provocarle a que lo mordiera

Le veo acercarse a paso felino y listo con esa servilleta; imagino lo que tiene en mente y le permito seguir; estoy esperando que tanto puede sorprenderme; después de todo... Nos conocemos tan bien que sé sus trucos y manías.


Por lo que carcajeo.


Quejarme - Por favor - me digo en la mente. Por lo que sigo esperando ver lo que tiene en mente. Me amarra.


- Esto se pone interesante - le susurró para después verlo conocerse frente a mi. Analizó el amarre en mis manos; la tela es corta y falta con sólo tirar con fuerza de él para ser liberado; pero le daré tiempo. Me intriga saber lo que hará. - Recuerda que mi imaginación es amplia. - Le comento.


Me acomodo mejor en la mesa, abriendo un poco mis piernas para poder estirarlas, después de todo las tengo largas y necesito estirarme. La copa es llenada de vino y la fresa es humedecida, sonrió mordaz. Y le permitó hacer su labor, dos gotas caen en mi piel sintió la bebida humedecerme, notó el recorrido que hace en mi pecho, me inclinó y mis labios lamen mi pecho, las gotas de vino, para después morder la fresa.


Sin retirar nunca la mirada del peli-celeste.


- Deliciosa. - le sonrió divertido.