No puedo negar que estoy cansado, esté día se hace largo, al verle entrar mi corazón siente un vuelco, entre todos, a este hombre le quite la vida con mis propias manos, aunque no puedo recordarlo con detalle, bueno no puedo recordar con detalle todo lo que paso en esos años, todo esta envuelto en una niebla espesa.
Inclino mi cabeza en señal de respeto
─Buenas noches, Patriarca─
levanto mi rostro lentamente, hasta toparme con sus ojos, hoy se ve más vivo que nunca, la diosa Athena le ha proporcionado su juventud de vuelta, me alegra que tenga esta oportunidad de nuevo y que todos estén de vuelta y pueda disfrutar de su compañía, aunque yo sea una carga para todos.
─Lo siento─ es todo lo que puedo decir, porque mi voz me traiciona y apenas sale audible