Sonrió, un tanto divertido ante la situación del contrario. Era extraña y casi ajena aquella sensación de paz. Se sentía, por primera vez en su vida, como cualquier otro humano común y corriente, preocupándose por cuestiones superficiales como una cita. Aún asi, no resultaba desagradable: era como una especie de respiro en sus ocupaciones.
Pero... ¿qué se hacía en una cita? Observó al joven frente a él, curioso. ¿Qué esperaba Aioros que fuera?
-Te ves bien -y se sintió avergonzado de decirlo. Era el tipo de cosas que decías en ese tipo de situación y contexto, ¿verdad? Había olvidado la última vez que dedicó un halago al físico de una persona, o a su manera de vestir. -También me alegra, sé que me sentiré cómodo -"Y que no te subirás a la mesa a bailar, o algo similar", pensó en su fuero interno, mas no lo dijo.
Le gustaba disfrutar de la compañía de personas agradables, apacibles y poco ruidosas. En lo posible, que no les gustara llamar la atención. Shion, pese a ser el patriarca, siempre había preferido un perfil bajo.
-¿Es tu primera cita, Aioros?