-Bueno, sólo era una pregunta no te enojes... A propósito de preguntas... no te gusta mi trasero?- Hyoga tomó ambas manos de Shun, con las suyas y lo hizo tocar sus muslos rodeando su cuerpo.
Shun se quedó duro, no sabía que contestar. Era verdad que hace dos días que Hyoga actuaba muy distinto... los distintos lugares donde le había pedido hacer el amor y en las diferentes posiciones, no eran habituales en su relación.
-Todo tu cuerpo es hermoso Hyoga- Shun contestó algo confundido.
-No te pregunté eso Shun... Te gusta mi trasero?- Hyoga volvió a preguntar seriamente, apretando aún más las manos de Shun en su divino trasero.
-Sí... me... me gusta... mucho en verdad-
-Qué bien, sabía que dirías eso... y... no te gustaría estar adentro?-
Ahora sí Shun ya no tenía expresión en su rostro. A él nunca se le había cruzado por la cabeza cambiar las posiciones con Hyoga, osea que desde el principio siempre fué el pasivo de la relación y él pensó que así lo seguiría siendo, lo que tampoco le molestaba.
-No lo sé... estás seguro de lo que estas diciendo?-
-Sí, nuestra pareja es, creo yo, justa en todo... y creo que tienes el mismo derecho que yo, no lo crees tú así-
-A decir verdad... nunca lo había pensado, pero... si tú así lo quieres, no me opongo- Shun se deshizo del asombro causado por la propuesta y se decidió a seguir el juego de Hyoga.
- Bien, me agrada escuchar eso... pero aquí no... ven vamos a buscar otro sitio para hacerlo-
Hyoga tomó a Shun de la mano, y ambos mojados salieron del baño, de la habitación, y cruzando el pasillo llegaron a una pequeña terraza-invernadero, repleta de plantas de estación. Los ventanales estaban abiertos, dejando al viento secar sus cuerpos en una caricia suave.
Shun sintió que Hyoga le soltaba la mano y se alejaba de él.
- Mi... mi amor...-
- Shhh... no temas Shun- Hyoga se acercó a las sillas de hierro para despojarlas de sus almohadones, tirándolos al suelo. Una vez que juntó todos los almohadones, Hyoga se acostó sobre ellos.
-Cambiaste de parecer?-
Shun no se había movido de su lugar de espectador, del cuerpo que ante él se ofrecía, calmo a que lo tomara.
-No claro que no-
- Entonces ven...-Hyoga estiró su mano para que Shun finalmente venga hacia él.
Shun caminó hacia un costado del cuerpo de Hyoga, y se arrodilló ahí. Él no sabía como comenzar, así que sólo lo acariciaba de arriba abajo, tratando de pensar como es que llegaría a hacer lo que su amor le estaba pidiendo.
Shun vió cómo Hyoga mordió sus labios, cuando por fin él se colocó entre sus piernas.
- Hyoga, lo haré despacio... sí?- Shun le acarició la frente para que se relajara.
Hyoga asintió con su cabeza y empezó a sentir como el miembro de Shun hacía presión en su entrada, haciéndose espacio lentamente.
-Hazlo rápido... prefiero sentir dolor en un minuto, a que se prolongue más por hacerlo despacio-
- Está bien... listo?- Shun no estaba seguro de hacerlo así, pero el semblante de dolor en el rostro de Hyoga no le dejó otra alternativa. Esperó que Hyoga asintiera a su pregunta de “listo?”, y en una estocada fuerte y precisa lo penetró.
-Ahhh...- Hyoga se aferró al cuello de Shun, al sentirlo por completo dentro suyo.
- Hyoga... ya no estoy tan seguro-
-No, estoy bien... continúa... por favor-
Aun así se lo pidiera, Shun no se movió. Hyoga asimiló el dolor y volvió a recostarse.
- Shun, deseo sentirte... amor...-
- Está bien-
Shun comenzó a moverse sin perder cambio en el rostro de Hyoga, y así parar ante cualquier muestra de dolor.
-Shun, por favor... te digo que estoy bien... acelera el ritmo- Hyoga se sentía explotar.
Su amado le pidió algo que ya estaba dispuesto a cumplir. Él ya estaba reaccionando más a su propio placer, casi por sobre el de Hyoga.
-Sí... así... lo haces bien Shun-
-Espera... cambiemos de posición- Shun se detuvo de golpe.
- Qué?... a cuál?-
-No lo sé... sólo date vuelta-
Hyoga ya notaba el cambio que había realizado en Shun en tan sólo dos días de puro sexo.
-Así está bien?... - Hyoga dejó escapar una sonrisa pícara al ponerse en cuatro patas.
- No... acuéstate... yo me encargo- Shun buscó un pequeño almohadón cuadrado, que puso debajo de la pelvis de Hyoga, haciendo que su trasero quedara más levantado.
-Eso yo nunca lo hice, de donde lo aprendiste tú?-
-Ya te dije que no lo sé-
Su pequeña risa se coló por el oído izquierdo de Hyoga, por donde luego vería el rostro de Shun, a un costado de su cabeza.
Shun se volvió a introducir, comenzando de nuevo las estocadas. El movimiento y el ritmo del cuerpo sobre el suyo lo hacia moverse, aunque más parecía que Hyoga se estaba moviendo a destiempo.
-No puedo más... Hyoga... ahh-
- ... -
Luego de recuperar un poco el aliento, el silencio se rompió, en casi... un reproche.
-Creo que estarás conforme... es la quinta vez en una noche-
-Bueno, conforme... no, pero cansado... sí, quiero dormir ahora- Hyoga buscó acomodarse de costado.
- Nooo!!... que no se te ocurra dormir aquí... vamos- Shun también estaba muy cansado pero no iba a dejar que Hyoga durmiera desnudo ahí, así que tomándolo del brazo lo arrastró hacia el cuarto.
Al acostarse, aún desnudos, Hyoga buscó tirarse sobre la espalda de Shun, para susurrar en su oído.
- Mañana lo haremos de nuevo, no amor? -
-Sólo si me dejas recuperar energías esta noche... así que a dormir-
- Está bien. Hasta mañana... total sé que lo haremos, siempre lo hacemos... y esta vez llegaremos a las siete veces- Hyoga sonrío al girarse para su lado de la cama.
-Sí, si tú lo dices... eso sí conmigo no cuentes... hasta mañana mi amor-
-Hasta mañana ángel-
Media vuelta, se dan las espaldas y por fín a dormir. Eso si no es que alguno tenga insomnio y vuelva todo a comenzar.