Verano de Locos
Un día como cualquier otro de verano en la Mansión Kido, después de las batallas y las guerras que tuvieron que soportar todos los Santos de Atenea, llegó la paz a la Tierra. Ya habían pasado 7 años de la batalla contra el dios del Inframundo y cada uno de los chicos de bronce vivían como cualquier otro joven en la Tierra, aunque con diferentes caminos.
Ikki y Shun decidieron conocer todo el mundo, bueno, más bien Shun le había rogado a Ikki que lo llevara consigo a los viajes que hacía, ya que él quería conocer, si se pudiera, cada rincón de este planeta y es que como negarse a esa carita de suplica que hacía su hermano menor cada que le pedía algo, lo cuidaba y mimaba cada vez más desde la batalla contra Hades, ni siquiera pudo propinarle el golpe de gracia que haría que el mundo estuviera a salvo, para Ikki la vida sin su hermano menor simplemente no existía, por su lado Shun había decidido aceptar ser la reencarnación del Dios del Inframundo, ya que sin un sustento el Inframundo podría colapsarse y la Tierra podría sufrir las consecuencias, por demás esta decirse que a parte de la protección de Ikki, Shun también contaba con 108 espectros, dos dioses como Tánatos e Hypnos y, Pandora, que quería a Shun tanto como Ikki por considerarlo al igual su hermano menor.
Mientras tanto en Japón, Hyoga y Seiya se habían vuelto muy buenos amigos y bastante cercanos, compartían muchas cosas, incluso algunas aventuras desde que habían despertado sus hormonas a causa de la adolescencia, salían mucho por las noches y en ocasiones no llegaban a dormir en la mansión, y es que como negarse a esas dos personas, eran guapos, fuertes, con dinero y con un apellido muy respetable. Por otro lado Shiryu no cambió del todo, era por así decirlo el más sensato de todos, aprovechó muy bien la vida que Saori les ofreció y asistía a una de las universidades más prestigiadas de todo Japón y era de los alumnos más destacados.
Todo parecía ser un fin de semana como cualquier otro para los 3 santos de Atena, hasta que:
- ¡Seiya! ¿Ya te enteraste de que Hilda y Fler vendrán de visita a la Mansión? Y creo que los Guerreros de Odín las acompañarán ¿no es genial?- Decía Hyoga entrando al cuarto de Seiya como si nada, mientras que éste se encontraba revisando el correo que llegó a la Mansión recostado en su cama.
- ¿Lo dices en serio? ¡Qué bien!, ojala que venga Alberich, me llama mucho la atención, recuerdo que tenía un culo genial, Hyoga! nos tendremos que vengar de todo lo que nos hizo pasar por pelear contra él- Decía Seiya un tanto ofuscado por recordar que casi pierden la vida si no fuera por que Shiryu derrotó a Alberich.
- Tienes razón Seiya, pero no solo de él, si no de todos los que vengan, nadie está de mal ver, aunque a mi me llama más la atención Fler, si no fuera por Hagen ya me la hubiera tronado desde hace mucho.
- A todo esto, ¿cómo te enteraste de que vendrían?
- Escuche a Saori decirle a Tatsumi que tuviera la mansión reluciente por que tendríamos las visitas de Hilda y Fler la próxima semana.
-Entonces tendremos que idear algunos planes para que se la pasen muuy bien aquí en Japon- Decía Seiya con una cara de perversión.
- Tienes razón.
- Mira Hyoga, una carta de Shun- Hyoga se acostó junto a Seiya para poder ver la postal que les había enviado Shun.
Seiya abrió el sobre y adentro venía una foto de Shun parado sobre una pequeña loma de arena y detrás de él se encontraba el mar y el sol ocultándose, dejando ver un atardecer hermoso, mientras que detrás de la foto decía:
Hola a todos, espero que esten muy bien, siento no haberles escrito en mucho tiempo, ahorita estamos en las playas de México, sin duda son muy hermosas como las podrán ver en la foto, Ikki y yo nos encontramos muy bien, lástima que no quiso salir en la foto por más que lo trate de convencer, muy pronto estaremos por allá, por favor cuídense, los queremos mucho.
Ikki y Shun decidieron conocer todo el mundo, bueno, más bien Shun le había rogado a Ikki que lo llevara consigo a los viajes que hacía, ya que él quería conocer, si se pudiera, cada rincón de este planeta y es que como negarse a esa carita de suplica que hacía su hermano menor cada que le pedía algo, lo cuidaba y mimaba cada vez más desde la batalla contra Hades, ni siquiera pudo propinarle el golpe de gracia que haría que el mundo estuviera a salvo, para Ikki la vida sin su hermano menor simplemente no existía, por su lado Shun había decidido aceptar ser la reencarnación del Dios del Inframundo, ya que sin un sustento el Inframundo podría colapsarse y la Tierra podría sufrir las consecuencias, por demás esta decirse que a parte de la protección de Ikki, Shun también contaba con 108 espectros, dos dioses como Tánatos e Hypnos y, Pandora, que quería a Shun tanto como Ikki por considerarlo al igual su hermano menor.
Mientras tanto en Japón, Hyoga y Seiya se habían vuelto muy buenos amigos y bastante cercanos, compartían muchas cosas, incluso algunas aventuras desde que habían despertado sus hormonas a causa de la adolescencia, salían mucho por las noches y en ocasiones no llegaban a dormir en la mansión, y es que como negarse a esas dos personas, eran guapos, fuertes, con dinero y con un apellido muy respetable. Por otro lado Shiryu no cambió del todo, era por así decirlo el más sensato de todos, aprovechó muy bien la vida que Saori les ofreció y asistía a una de las universidades más prestigiadas de todo Japón y era de los alumnos más destacados.
Todo parecía ser un fin de semana como cualquier otro para los 3 santos de Atena, hasta que:
- ¡Seiya! ¿Ya te enteraste de que Hilda y Fler vendrán de visita a la Mansión? Y creo que los Guerreros de Odín las acompañarán ¿no es genial?- Decía Hyoga entrando al cuarto de Seiya como si nada, mientras que éste se encontraba revisando el correo que llegó a la Mansión recostado en su cama.
- ¿Lo dices en serio? ¡Qué bien!, ojala que venga Alberich, me llama mucho la atención, recuerdo que tenía un culo genial, Hyoga! nos tendremos que vengar de todo lo que nos hizo pasar por pelear contra él- Decía Seiya un tanto ofuscado por recordar que casi pierden la vida si no fuera por que Shiryu derrotó a Alberich.
- Tienes razón Seiya, pero no solo de él, si no de todos los que vengan, nadie está de mal ver, aunque a mi me llama más la atención Fler, si no fuera por Hagen ya me la hubiera tronado desde hace mucho.
- A todo esto, ¿cómo te enteraste de que vendrían?
- Escuche a Saori decirle a Tatsumi que tuviera la mansión reluciente por que tendríamos las visitas de Hilda y Fler la próxima semana.
-Entonces tendremos que idear algunos planes para que se la pasen muuy bien aquí en Japon- Decía Seiya con una cara de perversión.
- Tienes razón.
- Mira Hyoga, una carta de Shun- Hyoga se acostó junto a Seiya para poder ver la postal que les había enviado Shun.
Seiya abrió el sobre y adentro venía una foto de Shun parado sobre una pequeña loma de arena y detrás de él se encontraba el mar y el sol ocultándose, dejando ver un atardecer hermoso, mientras que detrás de la foto decía:
Hola a todos, espero que esten muy bien, siento no haberles escrito en mucho tiempo, ahorita estamos en las playas de México, sin duda son muy hermosas como las podrán ver en la foto, Ikki y yo nos encontramos muy bien, lástima que no quiso salir en la foto por más que lo trate de convencer, muy pronto estaremos por allá, por favor cuídense, los queremos mucho.
Atte. Ikki y Shun
- No lo puedo creer, Shun esta cada vez más lindo, me gustaría estar dentro del mar con él muy juntitos- Decía Seiya sin dejar de ver la foto y con una cara bastante lujuriosa.
- Shun siempre ha sido bastante lindo, no puede ser que apenas te estes dando cuenta ¬¬'
- Vamos a mostrarsela a Saori, de seguro le gustará tener noticias de Shun e ikki.
Ambos jovenes salieron de la habitación para enseñarle la foto a Saori y poder preguntarle si era cierta la visita de Hilda y Fler.
- Así es chicos, Hilda vendrá con su hermana Fler y algunos Guerreros de Odín a pasar una temporada aquí en la mansión, espero que no les desagrade la idea, la visita es más que nada para celebrar la paz que reina en estos momentos - Les explicaba Saori en su despacho, sentada en una silla bastante lujosa y revisando unos papeles de la fundación.
- Por nosotros no hay ningún problema Saori, es más, podemos organizarles una comida de bienvenida en su honor- Al parecer Seiya estaba bastante feliz por la confirmación de la noticia de Hyoga.
- Ya tenía pensado eso, haremos una comida en el jardín de atrás, junto a la alberca, me parece que llegarán alrededor de las 2 de la tarde aquí a Tokio.
- ¡Excelente!, ahora con tu permiso Saori, Seiya y Yo tenemos algunas cosas que hacer, nos vemos- Hyoga y Seiya salieron corriendo del despacho de Saori, dejándola un tanto inquieta por las cosas que pudieran tramar ahora sus santos un tanto rebeldes.
Y asi pasó una semana, Seiya y Hyoga se veían más contentos de lo normal, Shiryu sospechaba el por qué y Saori un tanto nerviosa por tratar de complacer a sus invitados, aunque la vez que Saori fue a Asgard no fue de lo más comoda que digamos.
- Shun siempre ha sido bastante lindo, no puede ser que apenas te estes dando cuenta ¬¬'
- Vamos a mostrarsela a Saori, de seguro le gustará tener noticias de Shun e ikki.
Ambos jovenes salieron de la habitación para enseñarle la foto a Saori y poder preguntarle si era cierta la visita de Hilda y Fler.
- Así es chicos, Hilda vendrá con su hermana Fler y algunos Guerreros de Odín a pasar una temporada aquí en la mansión, espero que no les desagrade la idea, la visita es más que nada para celebrar la paz que reina en estos momentos - Les explicaba Saori en su despacho, sentada en una silla bastante lujosa y revisando unos papeles de la fundación.
- Por nosotros no hay ningún problema Saori, es más, podemos organizarles una comida de bienvenida en su honor- Al parecer Seiya estaba bastante feliz por la confirmación de la noticia de Hyoga.
- Ya tenía pensado eso, haremos una comida en el jardín de atrás, junto a la alberca, me parece que llegarán alrededor de las 2 de la tarde aquí a Tokio.
- ¡Excelente!, ahora con tu permiso Saori, Seiya y Yo tenemos algunas cosas que hacer, nos vemos- Hyoga y Seiya salieron corriendo del despacho de Saori, dejándola un tanto inquieta por las cosas que pudieran tramar ahora sus santos un tanto rebeldes.
Y asi pasó una semana, Seiya y Hyoga se veían más contentos de lo normal, Shiryu sospechaba el por qué y Saori un tanto nerviosa por tratar de complacer a sus invitados, aunque la vez que Saori fue a Asgard no fue de lo más comoda que digamos.