Templo de Thanatos: El dios de la Muerte.

Se observa un hermoso templo, ubicado en los Campos Elíseos, lugar donde sólo pueden entrar los dioses, en su interior, se encuentran unas bellas ninfas con ropajes color rosa, rojo, morado, dorado, muchas joyas, sus cabellos se movían suavemente con la dulce brisa que traía el paisaje, después de todo, estos campos, llenos de flores, hierba, otros templos; son lo más hermoso de todo el mundo, las ninfas se encontraban todas alrededor de un hombre de cabellos plateados que esta armoniosamente tocando la lira, este hombre tiene los ojos cerrados y posee una armadura plateada también, no parece muy concentrado en las atenciones de las ninfas, ni en el instrumento que toca, sin embargo, este hombre demuestra en su expresión que tiene muchas cosas en mente y que se encuentra afligido por algo...



[off: Quize dar primero la descripción del ambiente con un poco de música de fondo, no encontré sólo el sonido de la lira, pero acompañado con arpa suena sumamente hermoso, a continuación los pensamientos del personaje]

- El ambiente se encuentra tranquilo..sí claro..después de la última guerra santa, no podemos hacer mucho.

Murmuré para mis adentros, en realidad, estaba muy preocupado..después de la derrota de Hades no pude evitar sentirme como una basura, no pude protegerlo, aquella era mí unica misión, si bien como dios pude hacer muchas cosas, no pude vencer al mocoso de Pegaso, sólo un asqueroso humano pudo destruirme..me la iba a pagar de eso no había mayor duda, pero nada hacía con quedarme esperando, sin embargo no podía hacer mayor cosa, bien es cierto que soy un dios, pero soy un súbdito también de Hades, primero tendría que cumplir todo lo que él ordene, protegerlo, cuidarlo y después de eso podría cumplir mis propios objetivos, total, ni Hades pudo detener al gusano de Pegaso, tendría que pensar en algo, pronto.

Continué tocando, sin prestarle mucha atención que la necesaria a las ninfas que se deleitaban con mi música, pensaba en mi hermano, tal vez le podía pedir ayuda también, después de todo, estamos a servicio de Hades, también tendría que vigilar a Pandora, ha cometido muchos errores y no quiero que por eso Hades sufra algún daño, si vuelve a cometer errores, tendré que castigarla.

Continué con mi música, concentrado en mis pensamientos..tanto así que no me dí cuenta que alguien más se encontraba en esa sala, sólo lo pude notar cuando escuché sus fuertes pisadas y sentí esta cosmoenergía tan conocida, medité por unos segundos tratando de comprobar si era realmente quien yo pensaba, hasta que sentí que se encontraba muy cerca y escuche su calmada voz.

Sin inmutarme, abrí lentamente los ojos y esbozé una cálida sonrisa, el tipo de sonrisas que sólo las mostraba a mi hermano, la felicidad se notaba en mi cara, hacía mucho tiempo ya que no lo veía, esto significaba que por lo menos había alguien aquí en quien confiar.

- Me llena de alegría el volver a verte, Hypnos..ciertamente, tenemos tiempo sin establecer ningún contacto y tenerte de nuevo aquí es una de las pocas felicidades que podría tener en mi vida, muchas gracias por halagar mi música, sin embargo..debo admitir que mis melodías no son nada sin las tuyas, en otras palabras, tu música complementa a la mía, pero dejemos de hablar de eso.. ¿Qué noticias tienes para mí?

Fué lo único que dije sin parar de tocar esta relajante música, las ninfas también parecían contentas con el reencuentro de los dos hermanos, parece que después de todo aún queda esperanza de vencer en la guerra santa.

Noto que Hypnos se me acerca lentamente y queda muy cerca de mí mientras me toma la barbilla, un leve sonrojo se coloca en mi cara así que lentamente dejó de tocar y el corazón se me acelera suavemente, siento sus labios que rozan los míos formando un suave pero corto beso, también siento que con una de sus manos me acaricia la mejilla, así de rápido como sucedió, acabo y al despertar de mi ensimismamiento, observo a mi hermano en la puerta afirmando unas palabras que provocaron un vuelco en mi corazón.

Luego, observo que gira y me ve fijamente mientras me cuenta una posible debilidad del santuario, siento que todo esto es perfecto, sin embargo...demasiado bueno para ser verdad, pero le creo al notar su sonrisa maliciosa y su afirmación casi tangible, que en poco tiempo pasa de nuevo a ser una sonrisa cálida al encontrarse con mis ojos.

-Bien hecho Hypnos, creo que podremos acabar de una vez con todas con esto, yo te ayudaré en lo que pueda para lograr por fin este objetivo, aunque..--

Me levanto y, mientras me acerco hasta Hypnos miro fijamente aquellos ojos casi dorados, esos perfectos ojos, esa maravillosa sonrisa, al estar muy cerca de él también siento su respiración, tanto tiempo sin sentir estas cosas..calmadamente le acaricio su cabello, es suave y su aroma me fascina, dirigo mi atención hacia su oreja izquierda y le susurro ahí, ciertas palabras.

-Te permitiré que jueges con ese caballero, pero sólo porque es necesario para conseguir nuestro objetivo, pero recuerda que tú solamente me perteneces a mí, no quiero que te dejes engañar por nuestro enemigo, sino tendré que castigarte.

Me alejé de su oreja y lo besé un poco más intenso y largo que el anterior beso, para sellar mis palabras con sus labios, después de todo, aún no podía creer los celos que a veces Hypnos me causaba por sus juegos.