Su respuesta ante los pequeños placeres me hace sonreír, son esas pequeñas reacciones las que me hacen apreciar la naturaleza humana, más allá del bien o él mal, su voz embriagada por la respuesta de su cuerpo termina de ser encantadora.
Una leve sonrisa maliciosa se dibuja en mis labios, busco en la mesa y descubro lo que ando buscando, un trozo de chocolate oscuro y un bombón de chocolate blanco, los tomo a ambos y los coloco frente a él antes de empezar a hablar
─Creo que aun no comprenden del todo mis intenciones dulce niño, aún les falta mucho para conocerme, el placer físico es una experiencia gratificante, pero la sumisión proporciona un placer mil veces mayor. Profanar su cuerpo sería un pequeño placer de muchos otros que puede proporcionarme, como lo dije ustedes son como esta variedad de chocolates, pero todos dulces, e interesantes y al final con un equilibrio de sus almas que los hace los perfectos miembros de la congregación para defender a su santuario y el ideal de su adorada diosa─
Tomo una de sus manos con suavidad y deposito un suave beso en la palma, seguido de colocar el trozo de chocolate oscuro en ella
─Saga es la dualidad, eso lo hace único, es justo como esté chocolate, una parte de el es oscura y amarga, el calor no la derrite y su sabor se impregna con fiereza, esa parte de el es increíblemente viciosa, cruel, despiadada, me produce placer ver como esa oscuridad se derrama a través de su ser ─ cierro mis ojos para suspirar ─ la completa falta de compasión y humanidad es mmm... deliciosa─
Me muevo a su alrededor paso por su espalda y le hablo al oído ─por otro lado─ camino lentamente hasta colocarme a su otro lado, tomo su otra mano y realizo el mismo ritual colocando el chocolate blanco en ella
─su otro lado es suave y se derrite al calor humano con facilidad y tan dulce que llega a empalagar, esa parte de su alma, tan pura, deseoso de proteger y servir, capaz de sacrificar su propia vida por aquellos que están en peligro, no importando el dolor que su corazón o su cuerpo deban soportar para lograrlo; todo ese sentido de deber y auto sacrificio le da un brillo único a su alma que proporciona un placer inimaginable al que pueda verlo o sentirlo─
tomo ambos trozos en mis manos y los llevo a sus labios para que los deguste
─por separado son agradables, pero juntos, proporcionan un placer único─ me alejo lentamente de él hasta llegar a la mesa y servir una copa de champaña y llenar la suya también, dejo caer una fresa en ambas, vuelvo mi mirada al joven caballero
─Como puedes ver, no es cuestión de convertirlo en un simple esclavo sexual, eso sería demasiado prosaico para una hermosa criatura como él─
Levanto mi copa pa disfrutar del sabor de la champaña