La respuesta a su propia pregunta llegó de pronto: espectro. Sospecha que se confirmó en cuanto el hombre comenzó a hablar sobre los humanos como si él no formara parte de ésa especie. Se obligó a recordar que estaban en tiempos de paz y que quizá… sólo quizá, pudiera aprender algo más acerca del enemigo. Volvió a mirar la bebida, antes de enfocar su completa atención en el hombre de cabellos color platino.
─ «Todo está en la vista» ─ recordó el dicho, en voz alta ─ Es el sentido más traicionero de todos y a la vez, es en el que más confiamos. Quizá eso sea lo que nos pierde, como humanos. Por supuesto, tampoco es ventaja ser ciego pues éste mundo gira en torno a dicho sentido ─ unió sus puntos al fruncir el entrecejo, pensativo como estaba ─. Considero que es un poco contradictorio… aunque, es sólo una opinión.
Sonrió levemente y levantó la copa para admirar mejor la tonalidad.
─ ¡A su salud! ─ Dio un pequeño sorbo, degustando la suavidad del sabor y la dulzura que acompañaba el mismo ─. Lo bueno viene en frascos pequeños.
Su sonrisa se amplió al dejar la copa. Era de su agrado, más que el vino que se veía forzado a tomar en ocasiones.