Cuando salió al pasillo y oyó la voz de Shura tras de sí, se detuvo con la idea clara en la mente de reclamar y debatir su estupida egolatria, mintiendo y alegando que por supuesto no estaba celoso y que muy por el contrario a sus estupidos debrayes mentales, Shaka era mil veces mejor; sin embargo, al salir se dio cuenta que Shaka y Mu estaban cerca y que el rubio había escuchado todo... Se preguntó que tanto, se preguntó si tal vez habría sentido algo parecido a los celos como los que él sentía cada vez que veía a Saga muy cerca de Shaka.
Miró a Mu recostado en el suelo, inconsiente, sobre el rubio... De él no podía tener celos. Mu nunca seria capaz de alejar a Shaka de su lado.
Viró hacia atrás y le dirigió a Shura una mirada cargada de odio letal, antes de jalar la puerta y cerrarla.
Intentó componer una sonrisa para Shaka y concentrarse en la situación: Mu no estaba bien. Nunca lo había visto así, pero Aioria tampoco había lucido tan desalineado, desfajado y chupeteado, aunque ni siquiera habia notado esa marca rojiza en su cuello; marca que le producia una sensación de ansiedad que trataba de olvidar.
Se inclinó con ellos en medio del pasillo, y evitando mirar directa a Shaka analizó al cordero en desgracia.
— Pobre maestro Mu.— Se burló Aioria mientras le quitaba algunos mechones del rostro y los acomodaba tras la oreja. — ¿Por qué no hay una cámara cuando más se necesita?
La mirada de Shaka lo atrajo y le obligó a sonreir con gracia.
— ¿Qué? Estos momentos hay que guardarlos para siempre.— Se alzó de hombros. — Será mejor llevarlo al santuario, pero como tú eres bajito y delgado sería ridiculo si lo cargaras, asi que lo llevaré yo... ¿Cual crees sea la posición más vergonzosa, costal de papas o princesa..?