Alrededores de Yomotsu

Unos segundos después, Libra y yo aparecimos en la entrada del inframundo. El lugar estaba frío y ventoso como siempre. Miré rápidamente a nuestro alrededor para asegurarme de que no hubiese algún guardia de Hades cerca y no me sorprendí al encontrar vacío el lugar. Miré entonces a Dohko.

Suponia que no encontraría aquel lugar tan fabuloso como él había suponido.

Le miré mientras caminaba a mi alrededor. Pensé pedirle que se quedara quieto pero me imaginé que no serviría de nada. A lo más, recibiría unos ojos llorosos con los que se escaparía de mi reproche.

quiero ver la fila que caminacia hacia el pozo-

-"No está muy lejos de aquí."- Aclaré. -"De hecho..."- Señalé a la distancia hacia un horizonte onduleante, aparentemente vivo. -"Ahí puedes ver las líneas de las almas que avanzan hacia su fin."

Le indiqué con la mirada que me siguiera y después de un par de minutos caminando estuvimos lo suficientemente cerca como para apreciar los decaídos y sombríos rostros de los fallecidos.

-"No pueden escucharnos ni vernos."- Hice una pausa. -"Más bien, pueden hacer ambas cosas pero deciden no hacerlo. Las almas conocen su lugar una vez que se encuentran aquí. No intentan escapar ni alargar el camino hacia Yomotsu. No sirve de nada que en la entrada al Hades se les obligue a perder todas sus esperanzas. Ya lo han hecho."

Sonreí de medio lado mientras miraba a los extraños seres desfilar frente a mí.

-"¿Eliminar a las almas?"

La pregunta me cayó de sorpresa, ignorante de que Dohko pudiese tener una mentalidad tan... ¿macabra? Le miré por unos instantes, suponiendo que el lúgubre aire que nos rodeaba comenzaba a nublarle el pensamiento. Decidí no darle demasiada importancia. O más bien, pensé que hubiese sido absurdo que se la diera. A fin de cuentas, ¿con qué cara podía quejarme? A fin de cuentas si alguien en las 12 Casas era tétrico era yo.

-"Si los destruyes simplemente dejarán de existir. No irán a hades ni se convertirán en fantasmas. Las almas no son inmortales. Son frágiles y es fácil incendiarlas. Si llegan al Yomotsu serán juzgados. Otros beberán del Lete y regresarán al mundo con un cuerpo nuevo."

¿eso te olveria loco?-

-"Cualquiera en este lugar se pone un poco loco de por sí."

Después, como marcando mis palabras como ciertas, lanzó un ataque a la fila de almas, las cuales desaparecieron como suspiros azulados en el viento. Mi primer instinto fue detenerle pero el extático rostro me lo impidió. De momento pensé que hubiese sido cruel el interrumpirle y parte de mí quiso sonreír. Pensé que el hombre se estaba desquitando de algo y que le haría bien el desahogarse.

-"Calma tus ansias Libra."- Indiqué un rato después. -"Son sólo espíritus. Ellos no dan gran pelea. Es más fácil matar moscas que a ellos."- Reí. -"Anda, si quieres una pelea divertida no deberás de buscarlos en ellos."

Me incliné hacia él en fingido tono solemne, suponiendo que mis palabras no le tranquilizarían.

y ¿si traemos algunos guardias para lanzarlos por el foso? podria ser no muy divertido pero matariamos el tiempo no ¿crees?

Fruncí la boca y miré hacia el cielo, pensativo.

-"¿Sabes? Creo que en realidad nunca he visto a nadie realmente vivo caer en Yomotsu. Hay algunos que tienen algunas chispas en los ojos pero son sólo eso. Todos han caminado con decisión hasta su fin. Creo que nunca me había imaginado cómo sería si alguien consciente cayera por ese abismo."- Asentí. -"Admito que has despertado mi curiosidad pero no te recomiendo lanzar a algún guardia. Yo mismo me he metido en problemas por abusar de ellos y un sermón más del Patriarca no es algo que necesite en mi vida."- Observé la hilera de almas con curiosidad. -"Tal vez algún aldeano... no suelen darse cuenta de cuando se pierden."- Reí con la llegada de algunos recuerdos.

-de cierta forma es algo agrabable este lugar, aunque si no estuviera esa fila seria mucho mejor, menos gemidos que escucha

-"¿Ves? Te dije que las almas eran molestas. ¿Cómo ser amigos con esas cosas? Ni siquiera sabiendo que significará su fin dejan de caminar hacia el infierno."

en serio vamos a tirar algun vivo hacia ese hueco

Arqueé una ceja y contuve una risa.

-"Anda, no estarás hablando en serio, ¿o si? Quiero decir, eso es algo que yo haría pero ¿tú? Honestamente no te creí capaz de querer matar a alguien por simple curiosidad... o aburrición. Una cosa es destruir almas. Ellas ya han dejado de formar parte de los vivos. Pero una persona hecha y derecha es algo muy diferente."- Pausé. -"Ha de ser mucho más entretenido."

Le reté con la mirada, sonriendo.

-"Será que no eres lo que imaginaba. O será que yo soy muy fácil de impresionar."

Permanecí en silencio por un buen rato, aún incierto de si lo que escuchaba era cierto o no. Cuando me di cuenta de que en realidad no importaba, sonreí.

-"Vaya... realmente espero que te estés burlando de mí. Si a fin de cuentas este es tu verdadero ser creo que tu vida debe de ser muy pesada: siempre pretendiendo ser algo que no eres."- Callé por unos instantes. -"O ¿qué sé yo? Tal vez ni siquiera lo intentas. Tal vez somos nosotros los que no prestamos demasiada atención."

Estiré mis brazos hacia arriba.

-"No culpes a Shura. Es un aburrido, de eso estoy de aguerdo. Un mojigato, esto también. Pero no es diferente a ti. Quiero decir: sólo hace lo que siente que debe de hacer. Aunque te agradecería que no incendiaras mi Templo. Lo necesito para dormir, ¿sabes?"

Cerré los ojos y elevé un poco mi cosmo.

-"A mí no me importa si son ancianos o niños... a final del día todos me parecen iguales."- Seleccioné entonces un alma que conocía desde hacía poco, la de un aprendiz que intentó huir del santuario. Lo atraparon a tiempo y el mocoso se las arregló para que le dieran una segunda oportunidad. A mí no me interesaban los cobardes y suponía que a Atena tampoco por lo que no es como si lo fuera extrañar.

Transporté al muchacho al Yomotsu y éste tardó en darse cuenta de lo que había ocurrido aunque supuse que no adivinaría que se encontraba en la entrada al infierno.

-"Este niño morirá."- Expliqué a Dohko. -"Sea en los entrenamientos o porque intentará escapar nuevamente. Si es el mismo fin no entiendo por qué extenderlo. A fin de cuentas él ya ha perdido la esperanza. si acaso peleará porque es un cobarde que intentará sobrevivir."

Reí fuerte y tendido, echando mi cabeza para atrás.

-"Yo soy como soy, Libra. Si los demás me dicen rebelde y asesino es porque soy diferente a ellos pero probablemente alguien más cínico que yo pensará que soy mojigato y aburrido."- Me alcé de hombros y sonreí de medio lado. -"No me importa cómo me llamen. Tampoco me importa si crees que soy aburrido. Por mi parte, déjame decirte que eres de lo más interesante, Dohko. Comenzaba a preguntarme qué era lo que te unía a Shura. La verdad que me tiene sorprendido. Nunca pensé que...."- Reí nuevamente. -"Bueh, pareciera que gasta toda su pasión en servirle a Athena. No creí que eso se reflejara en la alcoba. He de admitir que has despertado mi curiosidad."

Negué con la cabeza.

-"Pero dijiste algo... ¿que el Santuario era mi prisión? Lamento diferir. He de admitir que me agrada. Me hace sentir importante. Cuando uno crece creyendo que no vale nada es reconfortante el ir a descansar a una enorme fortaleza blanca. Bueno para mi ego, ¿sabes?"- Estiré mis brazos hacia el cielo, dejando que mis huesos crujieran. -"Quieres acabar con alguien que tenga esperanza. Alguien que pelee por su vida..."- Cerré los ojos, pensativos. -"Honestamente no sabría a quién traer. No puedo traerte a uno de nuestros compañeros. Te lo he dicho antes: si traigo a alguien importante en el santuario me meteré en más problemas de los que querría. Quiero mantenerme tranquilo, ¿sabes? Ahora...."- Me acerqué a él lentamente y con disimulada precaución. -"De los doce somos dos los que se encuentran aquí. A menos claro de que quieras que traiga a Capricornio...."

no quiero que venga y me diga que no hacer asi que olvidate de traerlo para aqui-

Reí, comparando a Libra con un perrito regañado. Realmente que Capricorno debía de ser algo muy especial. De lo contrario no sabría por qué más Dohko lo aguantaría, considerando el desdén con el que se refería a él en esos momentos.

-Mi curiosidad es grande en todos los sentidos, Libra.- Indiqué. -Pero sí. Si algún día te sientes aburrido y quieres comparar tu fuerza con la de alguien de tu nivel.- Me incliné hacia él cómicamente. -Death Mask de Cáncer... Luciano... siempre estará dispuesto a ayudarte.- Incorporándome rasqué mi nariz con el dedo índice. -A fin de cuentas, si algo me terminara pasando, te garantizo que nadie se daría cuenta.

Le miré mientras se relajaba. Yo arqueé una ceja tras escucharle.

-¿Drástico? ¿Realmente pretendes hacer algo drástico? ¿Ves? Realmente despiertas mi atención. Cuando decidas hacerlo te agradecería mucho que me lo comunicaras. Así sabría si echarme a correr o no.

-"Ah... ¿el fuego dices? Yo tengo poco control sobre ese elemento. Pero son esas molestas almas las que siempre me andan persiguiendo. Se podría decir que estoy acostumbrado a él."

Apreté los labios.

-"Los dioses son demasiado orgullosos y sólo pueden verse a sí mismos. Se necesitaría de mucho para llamar su atención."- Sonreí. -"Me has emocionado. No sé qué planeas pero si va a ser tan divertido como parece, por favor dime si hay algo que pueda hacer para ayudarte. No me gustaría quedarme con la duda."

Observé fascinado cómo una de los fuegos fatuos ardía sobre sí mismo, desapareciendo instantes después.

-asi de simple las purificas.

-"¿Así de simple?"- Reí con nerviosismo. -"Parece simple pero no lo es. ¿Qué es esto? ¿Es parte de tu poder? ¿O lo has tomado 'prestado' de uno de los dioses?"- Me coloqué frente a él, frunciendo el ceño. -"Tal vez sea que con tantos años encima te hayas vuelto tan poderoso. Ese poder... sería tan fácil para mí destruirlo todo con ese poder..."

Cerré ambos puños con fuerza e incliné mi cabeza hacia el suelo.

-"Con él realmente podrías deshacerte hasta de los dioses."

-con esto hasta alguien como tu puede utilizar ese fuego-

Fruncí el ceño ante el comentario de 'hasta alguien como tú' pero decidí desechar mi enojo pronto. No valía la pena, además de que yo mismo sabía que la brecha de poderes entre Libra y yo era demasiado grande como para pretender que no existía. Observé los pergaminos con atención, comprendiendo cómo es que todo ese poder llego a ellos.

Tantos años sin hacer nada realmente valían de algo. Era de suponerse que alguien como el Caballero de Libra no perdería su tiempo viendo fijamente hacia una cascada.

-para los Dioses tengo algo mas divertido esperandolos.

Un escalofrío recorrió mi nuca pero compartí la sonrisa.

-"¿Incluso a Atena?"- Pregunté sin especial interés. Más bien era curiosidad.

Sonreí.

Ya antes había visto a Atena caminar hacia el abismo que llevaba hacia el Hades. Aquella no era una imagen que me molestaría volver a presenciar. Aunque debía de admitir que tenía muchas dudas sobre cómo es que Dohko lograría lo que deseaba.

Eso sí, fuerza no le faltaba. Habría qué ver si tenía la ambición suficiente para que fuese útil.

creo que es tiempo de dejar este lugar...

Asentí.

-"Si. Este lugar no es precisamente entretenido. Si al menos hubiese algún espectro por aquí..."- Alcé mi brazo hacia el cielo. -"Volvamos, pues. Ya llegará el momento de regresar."

Reuní mi cosmo y nos transporté de regreso a Cáncer.