Habitacion de armas

No puedo decirte la verdad..seria muy doloroso para ti

Pronuncio con pesar en mis pensamientos mientras abrazo con gran cariño a mi pequeño hermano, provocando que su gesto liberara en mi una breve sonrisa, terminando de extinguir mi enojo debido a su imprudencia. Alejándome un poco de él ofreciéndole unas fraternales caricias a su cabeza volteo a ver a Dohko- Te agradezco que instruyas a mi hermano-agaurdo una pausa- Supongo que no ha habido alguna movilización por parte del reino de Kraken- aguardo una pausa mirándole con seriedad- últimamente todo ha estado en calma , lo cual hace que mi inquietud crezca- me alejo de Saga mientras camino pro el lugar esquivando las espadas de mis pisadas- debemos estar alerta y no bajar la guardia pero ahora - sonrío brevemente al general- tendrás nuevas ordenes, y todas las tardes iras al campo de entrenamiento a instruir a mi hermano- me aproximo un poco a Dohko susurrándole muy bajito- por favor cuida que no haga tanto esfuerzo- me alejo de él mientras me encamino hacia la salida y antes de volver a la sala principal - Por cierto Saga, el hecho de que te haya dejado entrenar no significa que haya retirado tu castigo- aguardo una pausa- una vez que termines de ordenar esta habitación puedes irte con Dohko a entrenar

Sigo su orden encaminándonos hacia la tan esperada para mi habitación de armas. Una vez adentro me quede maravillado por la gran cantidad de armas que se tenía, de diferentes tamaños y modelos así como de diversos materiales de fabricación. Descuido un poco mi atención con el príncipe mirando con fascinación cada rincón de la habitación observando aquellas khoshep, dagas, machetes, falcatas y una serie de hermosas y mortales espadas largas hechas en el reino e importadas por otros reinos. Era el paraíso para mi.

Vuelvo mi atención al príncipe al escuchar hablarle y miro con gran maravilla aquella espada que acaricia, una Claymore con un diseño muy peculiar, el cual solo había un hombre que las fabricaba y que había desaparecido misteriosamente.

-Es… casi irreal- susurro al descuido dejando mi mirada cautivada por aquella arma mientras continuaba escuchando sus palabras las cuales me sorprenden un poco. No creí que este inútil príncipe llegara a tomar enserio la situación por la que está pasando el reino y sobre todo, tenga la disposición de aprender el arte de la pelea.

-Cada vez me sorprendes más, creo que no eres tan inútil como pensé- Pronuncio en mis pensamientos mientras que una sutil sonrisa parece mientras fijo mi vista ante esos ojos azules muy magnéticos

-No importan los rumores que han circulado y que haya escuchado de usted majestad- le sonrío amablemente-lo que importa es que usted haya decidido a tomar esta importante decisión de instruirse en estas enseñanzas, haciéndole una persona muy admirable –aguardo una pausa- para mí lo es

Aguardo por unos momentos silencio desviando mi mirada en sus manos. Inclinándome un poco ante ellas volteo a verle brevemente antes de tomarle ambas manos

-Perdóneme el atrevimiento majestad- tomo sus manos, estudiando su fibrosidad, su tamaño y peso, así como su entrenamiento el cual era nulo

-Tiene manos de princesa- es el pensamiento que circula en mi mente
mientras estudio con mayor concentración su mano derecha. Abro y cierro los puños de ambas y dejo que mis manos se coloquen sobre las suyas, para hacer comparativas de tamaños y sacar que espadas podría manejar mientras el entrena

Alejando mis manos de las suyas vuelvo a mi postura para después desviar brevemente mi mirada ante la Claymond Real

-Majestad, usted podrá manejar su espada Claymond , aunque no será su arma fuerte, solo será en casos ocasiones-aguado una pausa volviendo mi mirada hacia él

-Usted no tiene fortaleza en sus manos, y aunque se entrene no tendrá la capacidad de manejar como el espadón y otro tipo de armas muy pesadas. Su mano izquierda es débil y torpe para empuñar pero con el entrenamiento será ágil para degollar.-aguardo una pausa- la mano derecha es la que usara para empuñar, atacar y defenderse…es la más indicada

Me alejo un poco de el aproximándome hacia la mesa donde están las ramas cortas y de mano , tomando algunas de ellas vuelvo a su persona entregándole cada una en sus manos

-La espada Sica, la Spatha y la Khopesh y el arco, son las armas ideales para usted majestad- doy unas breves palmadas a su manos sonriéndole

-Bien , ¿tiene alguna pregunta majestad? Puede confiar en mi en todo lo que usted necesite


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OT

Brevario de espadas xD

Espada Sica
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Espada Spatha
http://www.kultofathena.com/images/AH4316.jpg


Khopesh
http://1.bp.blogspot.com/_TMEPfJIpREo/Sfq7fuVy7EI/AAAAAAAABDs/4J4B1CjCwrA/s400/spatha1.jpg

Escucho con atención las palabras del príncipe mientras miro con atención como toma la Khopesh y veo la familiarización que comienzan a hacer sus manos con ella. Al parecer había hecho una correcta elección. Miro con breve fastidio al escuchar que tiene prohibido usar la Claymond, y me alejo un poco de él para aproximarme aquel conjunto de espadas largas.

Siento su mirada sobre mi persona la cual correspondo de manera inmediata fijando mi vista ante su mirada zafiro , era igual de magnética, y hermosa como aquella piedra incrustada en tan poderosa espada. Hay algo en este joven que me ha despertado mucho interés y curiosidad, no por el hecho de ser príncipe de este reino, en el sentía un espíritu libre, un espíritu guerrero que clamaba a gritos el mostrar esa naturaleza que había sido reprimida por mucho tiempo.

Asiento con mi cabeza cuando escucho aquella petición. Mi semblante permanece serio pero sereno a su vez, sin embargo en mi interior está un tanto sorprendido y a su vez molesto al hacer descubierto una parte de lo que soy en verdad. Sin embargo esta se desvaneció rápido debido a que él, había sido la primera y única persona que

-Había visto más allá de mi belleza…-es el susurro que en mi mente suena lenta y profundamente. Eso lo hacía alguien interesante y sobre todo, aquel magnetismo de ese espíritu libre que el príncipe tiene me han hecho tomar una drástica decisión…algo que nunca llegue a visualizar

-Es usted alguien muy perspicaz majestad- sonrío levemente aproximándome más a él- si está dispuesto a que le enseñe las artes que van fuera de las normas de la pelea convencional - aguardo una pausa dejando que la yema de mi dedo pulgar resbale sobre el filo de la Khopesh- tendrá que seguir estas siguientes condiciones y antes que le diga sauqe a esos guardias que aun estan aqui- puntualizo estas palabras con gran seriedad fijando duramente mi mirada a sus ojos. Me alejo un poco de su persona aproximándome a una mesa donde hay varias Espadas tipo Cimitarra, mientars el principe aleja a todos del lugar quedando solamente el y yo

-La primera y más importante, jamás revele a nadie, ni siquiera a su hermano el tipo de entrenamiento que recibirá ,las habilidades que usted va a obtener, ni haga enseñanzas de estas a otra persona. No fanfarronee de sus conocimientos de estas armas porque no sabe quién puede traicionarle al día siguiente - tomo una espada y comienzo a realizar movimientos básicos de defensa con ella par después volver mi vista al príncipe

-Durante el entrenamiento no será mi príncipe ni yo seré su sirviente, llevaremos una relación de mentor-pupilo. Hará todo lo que le ordene, entrenara como yo le indique-aguardo una pausa- le permitiré y prohibiré técnicas según sus capacidades físicas, no me exija ni obligue a enseñarle técnicas que no estén permitidas. Habrá sangre, habrá dolor, serán horas extenuantes de entrenamiento tanto de día como de noche. –Aguardo silencio volviéndome a aproximar a su persona dejando que tome el manguillo de la aspada que mi mano llevaba

-No me pregunte nada personal, porque no le responderé, a lo mucho le diré- hablo en voz baja y seria a la vez- que tengo 19 lunas de vida.-aguardo pausa- A la primera que usted quiera rendirse dejare de entrenarle- aproximo más mi rostro al suyo- debe demostrarme que posee fortaleza y decisión, valentía y seguridad. Habrá veces que tendrá que matar para poder salvar su vida, deberá olvidar esos sentimentalismos de miedo y perdón al enemigo, recuerde su vida es primero.

Aguardo silencio mirándole con gran firmeza y cierta dureza por unos largos momentos para después suavizarla y separarme de él dejando que una leve sonrisa apareciera en mis labios mientras extiendo una mano hacia su dirección para así estrechar la suya y confirmar este pacto

-Estas son mis condiciones majestad. Si las acepta estaré dispuesto a entrenarle desde hoy; ¿ Y bien? ¿Qué decide?

Escucho con atención sus palabras mientras mi mano se entrelaza con gran firmeza con su mano para sellar aquel pacto. Mi sonrisa se amplía al ver la fuerte convicción del príncipe, lentamente va superando mis expectativas

-No se preocupe majestad, yo me encargare de curarle cada herida y ocultarlas con mucha discreción- aun manteniendo aquel agarre veo su mano colocarse sobre la mía desviando mi vista hacia sus ojos escuchando con suma atención sus palabras y la revelación de los pasadizos que hay en el castillo. Una sonrisa cómplice aparece en mis labios mientras que en mis pensamientos vocifera palabras burlonas

-Si supieras querido príncipe, que para un traidor de su reino tuve que estudiar su castillo y hay más de los que mencionas, al menos 700 pasadizos. –Le veo alejarse mientras recorre su mano por la pared hasta dar con un pasadizo secreto. Guardo brevemente silencio mientras pienso que lugar seria idóneo para poder llevar a cabo el entrenamiento. Ese recuerdo de un gran subterráneo debajo del castillo surge repentinamente dejando que mi semblante se iluminara de modo triunfal. Finjo sorpresa en mi acento y a su vez ignorancia total de esta información para así poder preguntarle…

-Vaya majestad, este castillo tiene muchos secretos- me aproximo a él- lo único que sé, es que hay dos caminos secretos que conducen a una cueva y según…hay un gran subterráneo en el castillo, muy amplio y casi desconocido- aproximo mi rostro al suyo

-Si existe dicho lugar y sabe cómo llegar, sería el espacio perfecto para entrenar

Emano un gesto un tanto sorpresivo por las palabras que hace mencion, este principe lo habia subestimado sin embargo una sonrisa socarrona y a la vez amigable surge en mis labios. Tenia un gran punto a su favor, eso indudablemente le ayudaria al momento de pelear contra sus contrarios

No puedo evitar reirme de modo travieso y burlon mientras me aproximo mas a su persona mirandole con suspicacia y complicidad

-Vaya majestad es usted tan torpe que se pierde con facilidad- acentuo con cierta burla caminando por el tunel mirando como se aleja - y sabe hay muchisimas cosas que le faltan por aprender y esun novato asi que- sonrio con cierta malicia desviandome por un pasadizo que me conducia a una cueva en donde tiempo atras habia aguardado ropa y elementos para disfrazarme y pasar desapercibido

-Le enseñare gozar de la vida