:Camara Este:. Montaña Blackthorn

Lo último que alcance a percibir en mi conciencia fue aquel ruido de enfrentamiento entre los guaridas de Kraken y los guerreros de la Thornfield, de ahí me sumergí en un profundo y extraño sueño

Visualizo de nueva cuenta aquella casa en donde el rey idiota me tenía cautivo, enseguida a veo unas catacumbas las cuales tenían varias rosas blancas. Estas eran manchadas de sangre y enseguida logro ver a Aiacos pero también a su otro igual, solo que él a diferencia de Aiacos sus ojos eran azulados

Siento que alguien se coloca en mi cuerpo de modo amenazante, trato de moverme sin embargo la debilidad aun me ata. Me sumerjo de nueva cuenta en esos extraños sueños ahora mirando el cuerpo de Aiacos inerte y bañado en sangre, a su vez visualizo unos riscos y un rio y enseguida al general y al rey…

Repentinamente me despierto, levantándome agitadamente volviendo me a tumbar en la cama al sentir aun el dolor en mi pecho. Visualizo brevemente a Hypnos y a Dohko quienes hablaban y a Saga que reposaba en una cama vecina a la mía. Aguardo silencio por unos momentos juntando fuerza para guardar fuerte

-Están heridos…-aguardo una pausa- Vi al rey y al general en mis sueños gravemente heridos, en un río cerca de los riscos de Wyvern- me reincorporo lentamente fijando mi vista hacia Dohko

-Si no me creen yo mismo iré a verificar, solo espero estar equivocado

Frunzo un poco el ceño al ser silenciado de un modo tan abrupto sin embargo de algún modo tenía razón. No debíamos preocupar a Saga y mantenerlo tranquilo para evitar que decayera su salud. Cuando este se aleja Hypnos me aproxima papel y tinta para dibujar los escenarios que visualice en mi sueño. Cierro brevemente los ojos para recordarlos a detalle y en conjunto a los conocimientos geográficos que tenia del reino comienzo a trazar las rutas que conocía tanto conocidas como alternas, para evitarles posibles encuentros con los hombres de Murdock

Tardo un poco trazando y escribiendo indicaciones y una vez finalizado me dirijo a la sanadora que me atendía para que le entregase a Hypnos dichas. hojas Miro brevemente a Dohko quien se postra ante la cama del príncipe sonriendo en breve recordando esa escena con mi hermano y mi mentor. Un sobresalto viene a mí, necesitaba saber en dónde habían puesto mis ropas y aquel morral, pro aquellos sucesos había interrumpido mi investigación. Necesitaba saber si tal visión podría llegar a ser certera, de que Aiacos llegase a tener un hermano

-Ojala no sea verdad y solo se trate de una maldita pesadilla-susurro en mis adentros sobando de ves en cuando aquellos cortes que mis piernas tenían realizadas por la espada de aquel idiota. Siento un gran coraje pero también una cierta desilusión y un extraño ¿pesar?¿melancolia?

Por que siento esta clase de emociones por aquel idiota que trata de matarme… en estos momentos me doy vergüenza. Debería estar pensando en buscar mis ropas y mi morral así como mi caballo, quien lleva mis valiosas armas