después de un muy largo viaje por el mundo, conociendo las culturas, costumbres, idiomas y la belleza de otros lugares el guerrero de Benetnasch volvió a casa.
no sabia cuanto podía extrañar el paisaje blanco y montañoso, tampoco se imaginó que de toda la nieve q vio en otros países solo la de Asgard le pareciera la mas hermosa y brillante, pero por sobretodo no creyó que pudiera añorar el día en q deseara volver. Mime se había marchado con la promesa de tardar el mayor tiempo posible, de conocer y olvidar Asgard, tal vez nunca volver, pero como le decían constantemente sus compañeros y los amigos q tuvo en su viaje no se puede arrancar una parte del corazón tan fácilmente... aun a pesar de todo Asgard era su casa y no podía decirle adiós por mas rencor q tuviera contra algunas cosas.
así pues llegó de nuevo hasta la mansión donde pasó su infancia y al abrir la puerta creyó ser recibido por el polvo y las telarañas, pero en lugar de eso lo recibieron los recuerdos, los amargos, los tristes, los felices e incluso los q creyó había olvidado.
una sonrisa se apoderó de su rostro mientras dejaba sus maletas en la sala y cerraba la puerta tras de si, dando después un recorrido por todo el lugar, todo estaba exactamente igual, solo tal vez un poco mas frio y mas lleno de polvo, pero igual eso se podía arreglar. se fue hasta la chimenea y la encendió con ayuda de unos leños q aun estaban guardados allí y como en su infancia se sentó a contemplar las llamas, olvidándose poco a poco del tiempo y dejando que sus pensamientos danzaran con el fuego.
no sabia cuanto podía extrañar el paisaje blanco y montañoso, tampoco se imaginó que de toda la nieve q vio en otros países solo la de Asgard le pareciera la mas hermosa y brillante, pero por sobretodo no creyó que pudiera añorar el día en q deseara volver. Mime se había marchado con la promesa de tardar el mayor tiempo posible, de conocer y olvidar Asgard, tal vez nunca volver, pero como le decían constantemente sus compañeros y los amigos q tuvo en su viaje no se puede arrancar una parte del corazón tan fácilmente... aun a pesar de todo Asgard era su casa y no podía decirle adiós por mas rencor q tuviera contra algunas cosas.
así pues llegó de nuevo hasta la mansión donde pasó su infancia y al abrir la puerta creyó ser recibido por el polvo y las telarañas, pero en lugar de eso lo recibieron los recuerdos, los amargos, los tristes, los felices e incluso los q creyó había olvidado.
una sonrisa se apoderó de su rostro mientras dejaba sus maletas en la sala y cerraba la puerta tras de si, dando después un recorrido por todo el lugar, todo estaba exactamente igual, solo tal vez un poco mas frio y mas lleno de polvo, pero igual eso se podía arreglar. se fue hasta la chimenea y la encendió con ayuda de unos leños q aun estaban guardados allí y como en su infancia se sentó a contemplar las llamas, olvidándose poco a poco del tiempo y dejando que sus pensamientos danzaran con el fuego.