Ya era muy tarde pasada de las doce. A pesar de haberme bebido una botella completa de vodka me sentía más sobria que esos pobres diablos, bueno sería menos dolorosa su muerte al día siguiente
Doy los últimos mimos y fogosos a esas bellas y mareadas damas que, para estas alturas ya dejaban lucir completamente la desnudes de su cuerpo sin dar protesta alguna por el precio para tener dicho privilegio. Al abrir la puerta me topo al instante con un bulto tirado, sin embargo me llama la atención el saco que portaba, era de aquel famoso colegio de niños ricos.
Inmediatamente me agacho y descubrir su rostro y veo que se trata de un chico de aproximadamente 17 años quien parecía tener su brazo dislocado así como las rodillas profundamente heridas, sin pensarlo lo cargo inmediatamente y rechazando la ayuda de los curiosos de ese bar me encamino rápido a mi automóvil, lo coloco con sumo cuidado en el interior de este y tras cubrirle con unas mantas y revisar su pulso me subo y arranco rápidamente alejándome del lugar e ir inmediatamente a mi clínica
Parece que la suerte estaba de mi lado y las noches de insomnio cavilando como infíltrame a ese colegio había terminado, este chico semi muerto era mi solución