Aeropuerto

- ARREPENTIOS PECADORES!!! - bramaba a voz en grito un hombre que cargaba una gran pancarta que tenía escrito "EL DIA DEL JUICIO FINAL SE ACERCA!" con muchas exclamaciones, como si aquello hiciese mas efecto que las mayusculas. Lo movía y gritaba dejandose la garganta mientras las personas trataban de esquivarlo para seguir con sus cosas. El hombre movía con tanta pasion la pancarta que le caian gotas de sudor de la cabeza y su rostro se había comenzado a poner rojo.

El mientras, disfrutaba con la vista. Le encantaba el aeropuerto, junto al puerto eran dos de sus lugares favoritos a donde ir a relajarse. Era.. humanidad al completo, no solo por el estres que llevaba la gente, sino por las reconciliaciones, eran pequeños momentos en los que no volvian mas que a ser su origen. Lo descubrió en el momento en el que comenzaron a salir peliculas de despedidas emotivas finales en los aeropuertos y desde entonces ahí iba.
El cine, el cine tambien le encantaba.

De cualquier forma se levantó con sus manos metidas en su largo abrigo marron grisaceo caminando hacia el hombre con pasos lentos

- POBRES CRIATURAS! RECEMOS PARA QUE NUESTRO SEÑOR SE APIADE DE NOSOTROS!!! NO TENEMOS SALVACIÓN AUNQUE TODOS ACUDAMOS A LAS IGLESIAS! SEREMOS MUTILADOS! ASESINADOS EN EL DIA DEL JUICIO FINAL CUANDO NUESTRO SEÑOR DECIDA QUE SOMOS DEMASIADO CORRUPTOS DESDE EL NACIMIENTO! RECEMOS HERMANOS PARA SER SALVADOS!!! -

Se aproximó a su lado y miró la pancarta, la calva de aquel hombre relucia con los focos del techo dandole una especie de halo angelical que casi le saca una carcajada de su boca. Agarró la pancarta y empezó a moverla con fuerza y pasion gritando al lado del hombre

- SI! RECEMOS! PERO DE QUE NOS VA A SERVIR!? LAS INTENCIONES NO CURAN EL CORAZON DE LOS HUMANOS!! DEJEMOS DE PECAR SOLO ASÍ SEREMOS SALVADOS! -

- oh gracias amig... - el hombre no pudo continuar pues siguió gritando el recien llegado -

- DEJEMOS DE PECAR, DEJEMOS DE REPRODUCIRNOS! LLEVEMOS UNA VIDA AUSTERA Y SIN EMOCIONES! NO FOLLEMOS A PESAR DE QUE EL SEÑOR NOS HA DADO EL PLACER PARA HACERLO! TENEMOS QUE CONTINUAR PUROS!!!! Y ENTREGAR NUESTRO DINERO A OTRAS PERSONAS PARA INTERPRETAR LAS COSAS POR NOSOTROS!! Y ASÍ VEREMOS LA LUZ!! EN LA IGNORANCIA Y REPRESION DE LO QUE NOS HACE HUMANOS!! ASÍ ELLOS! - señaló al cielo - NOS PERMITIERAN SEGUIR EXACTAMENTE IGUAL EN EL CIELO!! SIEMPRE COMPRIMIDOS! SIEMPRE RENEGANDO! - un puñetazo en su cara le hizo parar. Sonrió para si al ver que el hombre le había atizado con el puño

- pero venga amigo, haz el amor, no la guerra - se volvió a poner de pie justo para que llegasen los seguratas y los sacasen a patadas del aeropuerto. Fuera el hombre fue a gritarle pero se controló y solo le tiró la pancarta a la cabeza abandonando el lugar.
el se llevó una mano al mentón viendo como se alejaba - dale recuerdos a tu hija~ - el hombre se volvió mirándole extrañado, el no tenía una hija. lo había intentado durante años con su mujer pero nunca había sido posible y mientras se iba. Él hombre de la gabardina se levantó sacándosela con las manos, le encantaba meterse con los religiosos, hacerles pensar un poco.

Miró la pancarta en el suelo, aunque.. esta vez ese hombre tenía razón.. sino.. que estaría haciendo el allí?. Un par de luces en el cielo brillantes desaparecieron cuando el las miró, al cabo de tantos años por fin habían aprendido a dejarle en paz. Allí abajo ya no era Mikael, Miguel o como quisieran llamarle, allí abajo tenía una tarea mucho mas importante que hacer y ya les contactaría cuando le hiciera falta. Metiéndose las manos en los bolsillos se fue del lugar.

Spoiler:

Un joven de cabellos morados y pelo medio llegó al Aeropuerto, su mirada no se posaba en ningún sitio en particular y estaba atento a todo, temeroso, acojonado se podría decir, a pesar de que su cuerpo estaba ya mas tranquilo desde hacía unas horas, su mente en otro caso estaba paranoica. Bueno, era normal ya ese estado, el paranoide claro, en si mismo desde que entro en la adolescencia, pero cualquiera reaccionaría de ese modo después de lo que había visto.

El vivía en un tranquilo pueblo en la esquina mas al sur de reino unido, cuando se levantaba se podía ver la costa de Francia al otro lado en un día claro. En ese pueblo nunca pasaba nada, no había mas que gente mayor habitándolo y alguna persona de mediana edad. Trabaja en la tienda de la esquina como reponedor y nunca había nada especialmente interesante que hacer. Él se mudó de propio a aquel sitio cuando cumplió los 17 años. Desde temprana adolescencia empezó a sufrir jaquecas y a ver cosas mientras dormía, visiones, sus padres lo llevaron a médicos, psicólogos que le recetaron pastillas. Al final terminó recurriendo al alcohol, pero después de probarlo se dio cuenta de que aquello solo aumentaba sus dolores de cabeza.

Al final después de sufrir un accidente de moto por culpa de eso, acabó yéndose de casa a vivir a un lugar tranquilo.

Esa misma mañana, después de haberse quedado dormido en el sofá después de haber bebido hasta tarde se despertó sintiendo que algo le apretaba el cuello, trató de respirar pero le presionaban. Cuando abrió los ojos no había nada y la presión se disipó, miró a ambos lados rápidamente levantándose consternado y con la respiración acelerada buscando a su alrededor no vio nada.
Al ir al lavabo a prepararse para ir a trabajar vio en su cuello unas marcas rojas de una mano e instantes después sonidos de cosas rompiéndose, al abrir la puerta su sofá junto a su mesita de te fueron aplastados por una fuerza invisible, parte de su techo se rompió y el lugar comenzó a vibrar como un terremoto.

Nervioso se puso contra el lavamanos, una especie de figura blanca se le acercó, era como humo blanco que se movía sin un cuerpo fijo, lo agarró con fuerza del cuello de la camisa y una voz rasgada, diferente a la de un humano le indicó que saliera de allí, qu el sabía lo que tenía que hacer.

Salió corriendo de la casa, tan rápido como sus piernas se lo permitieron, todavía no lo entendía pero se dirigió instintivamente al aeropuerto mas cercano después de robar un deportivo, situado curiosamente a 40 minutos en coche, y ahí voló hasta donde se encontraba ahora.

Paranoico miraba a todas partes, durante el viaje alguna información había comenzado a "descargarse" en su cerebro, todavía no lo entendía del todo, que se suponía que había pasado?, eso era un ángel? todo aquello que veía eran.. visiones del futuro?. Tenía la sensación de ir a vomitar en cualquier momento.

Un flash le pasó por su cabeza y se agarró a un lateral con fuerza antes de venirse abajo rebuscando entre sus dedos en el bolsillo de su chaqueta unas pastillas. Que había sido eso? Cogió aire, estaba acostumbrado a las visiones rápidas, se podía decir que eran como miles de imágenes a la vez, como descargarte 100 canales en el cerebro en un solo segundo. En cualquier caso, tenía la sensación de que debía encontrarse con alguien.