![Pecar de humilde [Shiryu & Shun] Empty](https://2img.net/i/empty.gif)
- ¿Cómo que solo cinco entradas?
- Lo lamento, solo quedaban cinco y cinco traje.
- ¡Pues cinco no nos sirven de nada!. ¡O Vamos todos o no va ninguno!
- ¡Pues me hubieses dicho eso hace tiempo y no dejado para el último momento!.
Así había comenzado una nueva discusión entre el Fénix y Pegaso. En esta oportunidad, el asunto eran las entradas a un muy esperado concierto para el cual habían logrado conseguir 5 entradas, pero cabía destacar ellos eran seis...
- Eh... – Tatzumi trataba de intervenir levantando la mano.
- ¡Ve a ver de donde consigues una entrada mas pelmazo!
- Este... me dan un momen...
- ¡Ve a pedirle una a la abuela tuya quejón del coño!
- ...ehh si fuesen los dos tan amable les agradece...
- ¡La puta madre tuya!
- Este... YUHUU – Tatzumi hacía señales de humo.
- ¡Con mi madre no te metas nojoda! – La cosmoenergía de Pegaso comenzó a arder. El fénix hizo lo mismo.
Saori se llevó una mano a la cabeza negando con lentitud tratando de tener paciencia.
- Tranquilos chicos. – Se oyó esa voz particular que solía transmitir calma por si sola. Pueden ir tranquilos, de todos modos no tenía ganas de ir al concierto.
Seiya y Fénix se detuvieron por un instante y voltearon a ver al chico emisor de aquellas palabras. Quien les veía con sus ojos verdes y su sonrisa pacífica.
- Shiryu... – le llamaron los dos sin comprender.
- ¡Pero Shiryu, si es una de tus bandas preferidas! – Añadió Shun.
- Ohh no... – agregó el dragón con simpleza rascándose la espalda. – Eran una de ellas... la verdad su último disco me decepcionó. Vayan, adelante.
- No Shiryu. – Hablo Athena con convicción. – O vamos todos o no va ninguno.
Tatzumi trataba de tomar una de las entradas que el fénix tenía en la mano pero en seguida éste le pegó por la mano y el hombre calvo empezó a gemir como perrito del dolor.
- Shiryu, no podemos... – Hyoga no estaba de acuerdo.
- ¡Vayan!.
- No Shiryu, ya encontraremos otro sitio...
- ¡Que vayan dije!...
Todos negaron con la cabeza.
- ¡No Shiryu la verdad pensamos que es mejor que...! - Hablaron todos a la vez.
Entonces el gesto de Shiryu cambió y su cosmoenergía se alzó amenazante...
- ¡Entonces sufran La Cólera del Dra....!
Antes de que terminase de decirlo ya no había nadie en la mansión...
Bajó su cosmoenergía de golpe y se rió.
Al menos había podido convencerlos...
Sacó de su bolsillo un pequeño promo que había salido en el periódico sobre el concierto y lo rompió.
“Será en otra oportunidad”
Pensó para sus adentros tratando de no lamentarse.
Simplemente decidió ir a su cuarto y quedarse un rato viendo televisión, no tardó demasiado en quedarse dormido.
Durante media hora, estuvo soñando con aquel concierto...
Las luces... la música a todo volumen...
Gente brincando... Gente saltando... Incluso hasta gente sobre otra gente...
Una idea totalmente loca pero divertida.
Se despertó cuando escuchó un bajo “trac” en la habitación. Lentamente abrió los ojos y vio como alguien había entrado en la habitación...
Por reflejo volteó hacia un lado para visualizar la hora en un reloj digital ubicado sobre su mesa de dormir.
- Las 9:30... – susurró para si mismo, asimilando lentamente todo. - ¡Shun!... – dijo regañando al invasor de su cuarto. - ¡No me digan que no han ido!
- Si... si fueron. – Agregó Shun para tranquilizarlo. – Andan todos allá en el concierto, tranquilo.
- ¿Y tú?. ¿Por qué tu no...?
- Le di mi entrada a Tatzumi... él tenía muchas ganas y yo no tantas...
- Eres un mentiroso. No debiste...
- Creo que no tienes moral para decirme eso. – Le dijo Shun con una sonrisa sentándose a un lado de su cama.
Shiryu suspiró rendido, mas no pudo mas que sonreír también ante aquel comentario.
La verdad es que todos querían ir... y Shun había tomado la misma decisión que él. Debía respetarla.
- Siempre has sido muy entregado Shiryu.
- Tu también Shun no tienes nada que...
- No, no Shiryu. – Le interrumpió Shun. – De verdad... – agregó viéndole con sinceridad. – Creo que de todo el grupo, tú has sido, el que más se ha sacrificado, por todos.
- Vamos Shun no digas eso. Yo sé que tú y los demás también son capaces pero...
- Si, nosotros somos capaces, pero tú lo has hecho.
- Ustedes también lo han hecho, no entiendo por qué...
Shun puso una cara de desaprobación.
- ¿Por qué no puedes por una vez aceptar un halago hacia tu persona? – Preguntó Shun. Y ese comentario si hizo que el dragón se sonrojara un poco y voltease la mirada.
Una mano le sostuvo del mentón y le hizo subir de nuevo la mirada. Allí, sus ojos encontraron a Shun sonriéndole, contento de por fin haberle “ganado” una “discusión”.
- Por eso decidí quedarme. Creo que al menos era un modo de agradecer tu generosidad...
- Oh Shun, no digas eso que me haces sentir mal.
- ¡Shiryu! – le regañó Shun. – Entonces yo también me he de sentir mal. ¡Tu siempre te sacrificas por los demás!. Haces todo porque estemos bien y tú... te quedas de último. – El ritmo de su voz fue bajando. Shiryu volteó la mirada, a pesar de no querer admitirlo sabía que habían sido muchas las veces que renunciase a cosas tan solo por dejárselas a los demás. – No todo en la vida es dar... también, hay que aprender a recibir. – Continuó Shun diciéndole muy bajo. – Dejar que los otros disfruten la increíble felicidad de la que nos llena el dar...
El chico de cabellos verdes sonrió. Shiryu hizo lo mismo...
Shun le estaba comenzando a sonar como su maestro... ¿En qué momento se había vuelto así de filósofo?. ¿O es que acaso siempre lo había sido y no se había dado cuenta?
- Quisiera poder Shiryu... poder pagarte todo lo que has hecho.
- Shun... – imploró el cabellos negros. – Yo no hago las cosas para que me las paguen o me las devuelvan.
- Lo sé. Y es eso lo que hace que aún me den mas ganas de hacerte felíz...
Shiryu estaba perdiendo la capacidad de compresión...
Éste era un Shun que hablaba igual de inocente que siempre. Pero sus palabras... ellas tenían algo diferente. Su trato era diferente. Su mirada era diferente...
“Hacerte felíz”
En pocas oraciones, Shiryu habría oído o leído juntas esas dos palabras... y casi nunca con un sentido de amistad...
Una mano de Shun reposaba desde hace rato en su hombro sin él haberse dado cuenta. Y solo se percató de esto cuando Shun algo nervioso la retiró.
Shiryu no entendía porque él podía decir algo como eso...
Era pecar de humilde lo que estaba haciendo.
Él durante las antiguas batallas no había hecho más de lo que los demás habían hecho. Luchar y sacrificarse una y otra vez por el bien de los demás... Tanto como ellos.
O al menos, tanto como él...
Porque si... para Shiryu, era Shun el mas entregado de todos.
Quien estaba dispuesto siempre a ayudar a su hermano. A apoyar a Seiya y protegerlo hasta el final de cada guerra. A luchar por Saori. A dar la vida como lo hizo por Hyoga. O incluso... a ayudarlo a recobrar la vida al dragón, cuando su corazón una vez había dejado de latir... y volvió a hacerlo cuando estaba en sus brazos.
- Eres demasiado humilde Shun... –
Fue el turno de hablar del dragón. Ésta vez el chico de cabellos verdes lo entendió y le dejó hablar.
- Eres demasiado inocente. – Comentó también el dragón analizándolo, casi sin entender del todo. – No entiendo por qué tanta entrega, pero... sinceramente... – una de sus manos se posó en la mejilla de Shun. – Te admiro...
Aquel contacto hizo que Shun se estremeciera un poco.
Estaba nervioso, Shiryu lo notó y por tal razón, le sonrió.
Shun le devolvió la sonrisa, viéndolo a los ojos...
A esos hermosos ojos...
Dos pares de iris verdes estuvieron ligados por un largo instante.
Shun posó una mano en el rostro de Shiryu, y el dragón no quitó la suya de la mejilla de Shun.
- No creo que... sea necesidad de pagarte nada... porque nunca podré hacerlo... – agregó Shun acariciándole el rostro al chico entrenado en China, quien cerró los ojos disfrutando la caricia. – Pero... siento la necesidad de entregarme... a ti...
Shiryu abrió los ojos, comprendiendo perfectamente lo que Shun decía. Peor manteniéndose igualmente incrédulo. Tuvo que verlo unos instantes y entender el silencio que hubo para darse cuenta de que aquellas palabras... iban en serio.
- Shun... no... no puedo...
- Está bien, lo entiendo. – Dijo Shun apenado. – La verdad fue algo muy egoísta de mi parte pues...
- ¡No, no, no!. Por favor no pienses lo que no es... – Rogó el dragón.
Shun arrugó la frente viéndole sin comprender.
Shiryu suspiró.
- La verdad... sería... todo un honor poseerte... Andrómeda. – Aclaró Shiryu. - Pero... no me siento... digno de que hagas eso por mí.
Shun no podía creer lo que escuchaba y veía como aquel dragón tenía el descaro de bajar la cabeza y sonrojarse apenado. Dejando claro que era verdad lo que decía. ¡No se sentía digno!.
¡ÉL NO SE SENTÍA DIGNO!.
¡UN CABALLERO EN TODO EL SENTIDO DE LA PALABRA COMO ÉL NO SE SENTÍA DIGNO!.
En un impulso de impotencia Shun se lanzó sobre el chino y lo besó, haciéndolo caer en la cama y cayendo sobre él por el impulso mientras lo besaba con pasión, con rabia. ¡Hasta como un regaño!.
Shiryu abrió los ojos sorprendido cuando Shun separó su boca de la de él.
- No se te ocurra volver a decir algo así. – Le dijo Shun mas serio que nunca.
El dragón nuevamente se sintió apenado.
Ambos se vieron a los ojos unos instantes más... el chico de cabellos verdes sobre Shiryu tenía su mirada clavada en los ojos de él. Y su cuerpo afincando sobre el suyo... sabiendo y sintiendo todo lo que pasaba dentro de él.. todos los cambios en su anatomía... y hasta en la aceleración del corazón en su pecho.
Si... el cuerpo de Shiryu, lo delataba. Sí quería que Shun se entregase... y al menor haberse enterado de esto, entonces supo que no debía dudar mas en hacerlo.
Comenzó a besar su cuello, mientras las manos del dragón comenzaron a moverse frenéticas avergonzado.
- Shun por favor... – dijo entre un jadeo.
- Quiero curar tus heridas Dragón. Esas que por humildad no comentas...
Ese comentario llegó directo... a algún sitio de Shiryu. Pues su corazón se aceleró y unas lágrimas amenazaron con brotar de sus ojos. Shun sabía por donde iba...
El menor alzó el rostro y vio una vez mas a los ojos del dragón.
- Esos ojos... fueron capaces de sacrificarse, cuando una vez estuve convertido en piedra... –
Era una extraña situación, el evocar y poder visualizar perfectamente aquellas imágenes pero a la vez sin poder concentrarse demasiado ya que Shun sobre él repartiéndole aquellos besos no era más que un estímulo que no hacía mas que perder la capacidad de pensar.
- ...Éste pecho... y todo tu cuerpo... roto mas de una vez por garras, espadas y lanzas...
Era verdad. Esos dolores aún estaban grabados en la mente de Shiryu... heridas incomparables y que sentía aún tenía en su carne aunque su cuerpo se mostrase sano. Sabía que había sufrido mucho... pero ahora, Shun estaba bajando su boca y besaba cada uno de esos sitios... besó todo su pecho, donde tantas veces fuese golpeado y rasgado... lo vio besar su pecho y enfocarse en su tetillas izquierda, casi queriendo besar lo que se encontraba debajo de la piel. Aquel corazón que una vez estuvo amenazado con ser traspasado por la poderosa Excalibur...
- ...Shun...
- Silencio dragón...
El Cabellos verdes había tomado el control y ahora levantaba sus brazos y los besaba desde el hombro hasta aquellas manos que tanto le provocaban. Cada uno de sus dedos...
Esos brazos mordidos por lobos y hasta serpientes...
El dragón no podía saber como Andrómeda era consciente de todo su dolor... pero allí estaba curándole con cada uno de sus besos. Y él... por primera vez, se estaba dejando recibir...
Shun acercó su boca y deposito un profundo beso en los labios del dragón.
- Gracias... – Le susurró Andrómeda.
- Shun...
Las manos de Shun también navegaban por todo el mar del esbelto cuerpo del dragón... simplemente, divino.
Y finalmente, una mano llegó a ubicarse en un paquete muy sólido ubicado entre ambas piernas del dragón. Shun sintió como el miembro debajo de aquellas ropas dio un palpito de emoción al sentir el contacto.
La mano de Shiryu se ubicó en el mismo sitio donde Shun le tenía sujeto. Era parte de un trato... él también quería agradecerle a Shun todo lo que estaba haciendo, su actitud maníaca de siempre ser generoso. Shun sonrió y lo abrazó con muchísimo cariño.
Shiryu sintió la respiración de aquel chico en su oído y creyó morir del deseo cuando escuchó un susurro en su oído.
- Por favor Shiryu... quiero que me hagas tuyo ésta noche...
No había nada mas que decir. Ni nada más que el pudiese hacer.
Simplemente ya no podía resistir.
Levantó su tronco obligando a Shun a hacer lo mismo y mantuvo el contacto visual con él en todo momento. Metió sus manos por debajo de la camisa de Shun y se la hizo quitar rápidamente, para luego él mismo liberarse de la suya. Toda la ropa no representaba ya más que una molestia.
Sin poder aguantarse más besó los labios y luego el cuello de Shun. El chico de cabellos verdes se dejó hacer esta vez echando su cabeza hacia atrás y sintiendo como Shiryu respiraba y besaba su sensible cuello, a la vez que sus manos poderosas se metía por debajo de su pantalón y le tomaban con fuerza de las nalgas.
- Shiryu... – Susurró deseoso, sintiendo que por dentro iba a estallar.
Shun llevó sus propias manos a su jean... lo desabotonó y bajó la cremallera. La presión lo estaba matando. Shiryu lo hizo acostarse, quedando ahora él sobre Shun y ubicó su rostro justo en la recién bajada cremallera de Shun.
La desesperación del dragón ahora se hacía mas visible. Ya que rápidamente se encargó bajar lo suficiente ese pantalón junto con la ropa interior. Y poder visualizar aquel potente miembro de Shun listo para la acción.
Shiryu lo miró...
Shun lo miró.
Sonrieron.
Shiryu se quitó la correa de su jean y luego se desabotonó el pantalón y lo bajó también lo suficiente. Mostrando a Shun algo que estaba ansioso por mostrarle...
El rostro de Shun le devolvió las ansias, ya que su rostro expresaba un increíble deseo por probar aquello que Shiryu le acababa de mostrar.
- Eres fuerte dragón. – Dijo Shun a modo de halago, acariciando su masculinidad con la mano.
- Tú también Shun... – Agregó el dragón haciendo lo mismo.
Sin más, Shun se levantó de su posición. Y se ubicó boca arriba entre las piernas de un arrodillado dragón con las piernas abiertas sobre la cama.
No hacía falta decir cual era el plan. Shiryu simplemente se acostó sobre él y quedaron en la tan llamada posición 69.
Sin más... Shun abrió muy grande su boca y pudo introducir el miembro de Shiryu en su boca, mientras que el dragón hizo lo mismo y comenzaba a succionarlo.
El placer fue gigantesco para ambos...
Shiryu acariciaba los testículos de Shun con sus manos, con delicadeza para no herirlo y luego desplazaba éstas hasta sus glúteos donde le hacía cosquillas...
- Shiryu... –
Jadeó Shun el nombre del dragón sacando el miembro de su boca y tan solo acariciándolo con su mano y su propio rostro. Mientras el dragón seguía en la insaciable labor de satisfacerlo...
...Hasta que lo logró.
Shun llegó al orgasmo dentro de la boca de Shiryu y éste hizo el mayor intento por no desperdiciar aquel anhelado líquido.
- ¿Por qué paraste? – Preguntó el dragón apenas pudo.
- Ya te dije qué es lo que quiero que hagas... – Agregó Shun sonriendo aún.
Nunca Shiryu hubiese imaginado esa faceta del caballero de Andrómeda. Pero al igual que en las anteriores veces, ésta vez también le devolvió la sonrisa.
Movió sus piernas y quedó una vez mas sobre Shun...
- Sería tan amable de voltearse. Por favor... – Pidió el romántico y amable dragón, como buen libra. El pequeño se rió y sumisamente acató la orden.
Shun pudo vislumbrar entonces que Shun le ofrecía lo que él nunca hubiese llegado a esperar. Y estaba muy agradecido por eso... por un momento, sintió en rechazar la oferta... pero una lágrima caía por su rostro. Sabía que ello que decía era verdad...
Y que ahora lloraba, era porque nunca antes se había permitido disfrutar de algo como eso...
- No quiero que te duela. – Admitió Shiryu.
- No me dolerá. –
- ¿Seguro?
- Hazlo...
El dragón entró en Shun y aunque éste trato de contenerlo un gemido salió de su garganta, lo cual delató que si le había dolido.
- ¡Shun!
- ¡Continua!
- Pero si tu no...
- No... nunca he hecho esto. – Completó el cabellos verdes. – Es... algo muy preciado para mí.
- Shun no puedo aceptar que hagas esto solo por...
- Amor Shiryu... – una vez mas le interrumpió. – Discúlpame no haberlo podido admitir antes... y rodear el tema de excusas para confesártelo pero... yo te amo...
La confesión de Andrómeda lo dejó en shock.
No supo que decir...
¡Eso tampoco lo hubiese esperado nunca!
Shun bajó la cabeza. Él tampoco esperaba ser correspondido... pero con esto aunque sea habría sabido lo que era estar con él...
- Sigue... por favor... – le rogó Shun en un jadeo.
Y Shiryu movió su cadera por inercia... aún estando impactado...
Haciéndolo por Shun... mas que por él...
Porque sabía que aún era él quien seguía dando, lo que Shun le pedía.
¿O era al revés?
Shun comenzó a gemir.
El dragón adoró esos gemidos.
Adoró esa sensación al estar dentro de él.
Y por ese momento... si... también adoró el sentir que Shun era suyo.
“Que poco me conozco”
Llegó a pensar en un momento mientras entraba hasta el fondo de Shun, sintiendo ese calor divino en la zona mas sensible de todo su cuerpo.
Él SI quería esto...
¡El si quería estar con Shun!.
Pero nunca... nunca si quiera había considerado que esto pudiese ser posible.
...Nunca pudo creer que sus sueños pudiesen hacerse realidad.
Las lágrimas de Shiryu cayeron sobre el cuerpo de Shun a medida que seguía su movimiento de caderas dentro de él. A medida que ambos gemían y se unían entregándose al uno al otro. Shiryu escuchó a Shun gemir. Shun escuchó a Shiryu llorar y él se unió al llanto consigo...
Shun apoyó sus manos en el colchón y se levantó. Shiryu cubrió todo el cuerpo del menor colocando su cuerpo encima y sus manos sobre las de él, moviendo frenéticamente su cintura, emboscándolo una y otra vez, besándole la espalda y el cuello...
Llorando mientras que le susurraba al oído.
- Gracias Shun... gracias por hacerme tuyo... así fuese obligándome... – le dijo en un susurro. – Porque me has ayudado a darme cuenta... de lo que quiero realmente...
Las emboscadas repentinamente se volvieron mas lentas y el cuerpo de Shiryu se tensó por completo.
- Y una de ellas... – El espasmo del orgasmo fue obvio durante su habla. - ...eres tú...
Shun sintió a Shiryu temblar unos instantes mientras depositaba su semilla dentro de si. Mientras sentía como su inmenso y fuerte miembro salía finalmente de sus cavidades... él se acostaba a un lado de la cama y le hacía voltearse para verlo a los ojos.
Ambos se vieron a los ojos llorosos y sonrieron.
- Gracias Shiryu...
- Te amo Shun.
Shiryu cubrió con sus brazos el cuerpo del cabellos verdes mientras éste le rodeaba su fuerte cintura y ambos se fundían en un beso que jamás olvidarían y que demostraba, que pasase lo que pasase no se aburrirían jamás del otro.
Dejándose claro que el tiempo de los sacrificios había pasado... y que ahora había llegado una nueva era, en donde su única pero mas importante tarea, era la de encontrar... su propia felicidad.
Fin.
- Lo lamento, solo quedaban cinco y cinco traje.
- ¡Pues cinco no nos sirven de nada!. ¡O Vamos todos o no va ninguno!
- ¡Pues me hubieses dicho eso hace tiempo y no dejado para el último momento!.
Así había comenzado una nueva discusión entre el Fénix y Pegaso. En esta oportunidad, el asunto eran las entradas a un muy esperado concierto para el cual habían logrado conseguir 5 entradas, pero cabía destacar ellos eran seis...
- Eh... – Tatzumi trataba de intervenir levantando la mano.
- ¡Ve a ver de donde consigues una entrada mas pelmazo!
- Este... me dan un momen...
- ¡Ve a pedirle una a la abuela tuya quejón del coño!
- ...ehh si fuesen los dos tan amable les agradece...
- ¡La puta madre tuya!
- Este... YUHUU – Tatzumi hacía señales de humo.
- ¡Con mi madre no te metas nojoda! – La cosmoenergía de Pegaso comenzó a arder. El fénix hizo lo mismo.
Saori se llevó una mano a la cabeza negando con lentitud tratando de tener paciencia.
- Tranquilos chicos. – Se oyó esa voz particular que solía transmitir calma por si sola. Pueden ir tranquilos, de todos modos no tenía ganas de ir al concierto.
Seiya y Fénix se detuvieron por un instante y voltearon a ver al chico emisor de aquellas palabras. Quien les veía con sus ojos verdes y su sonrisa pacífica.
- Shiryu... – le llamaron los dos sin comprender.
- ¡Pero Shiryu, si es una de tus bandas preferidas! – Añadió Shun.
- Ohh no... – agregó el dragón con simpleza rascándose la espalda. – Eran una de ellas... la verdad su último disco me decepcionó. Vayan, adelante.
- No Shiryu. – Hablo Athena con convicción. – O vamos todos o no va ninguno.
Tatzumi trataba de tomar una de las entradas que el fénix tenía en la mano pero en seguida éste le pegó por la mano y el hombre calvo empezó a gemir como perrito del dolor.
- Shiryu, no podemos... – Hyoga no estaba de acuerdo.
- ¡Vayan!.
- No Shiryu, ya encontraremos otro sitio...
- ¡Que vayan dije!...
Todos negaron con la cabeza.
- ¡No Shiryu la verdad pensamos que es mejor que...! - Hablaron todos a la vez.
Entonces el gesto de Shiryu cambió y su cosmoenergía se alzó amenazante...
- ¡Entonces sufran La Cólera del Dra....!
Antes de que terminase de decirlo ya no había nadie en la mansión...
Bajó su cosmoenergía de golpe y se rió.
Al menos había podido convencerlos...
Sacó de su bolsillo un pequeño promo que había salido en el periódico sobre el concierto y lo rompió.
“Será en otra oportunidad”
Pensó para sus adentros tratando de no lamentarse.
Simplemente decidió ir a su cuarto y quedarse un rato viendo televisión, no tardó demasiado en quedarse dormido.
Durante media hora, estuvo soñando con aquel concierto...
Las luces... la música a todo volumen...
Gente brincando... Gente saltando... Incluso hasta gente sobre otra gente...
Una idea totalmente loca pero divertida.
Se despertó cuando escuchó un bajo “trac” en la habitación. Lentamente abrió los ojos y vio como alguien había entrado en la habitación...
Por reflejo volteó hacia un lado para visualizar la hora en un reloj digital ubicado sobre su mesa de dormir.
- Las 9:30... – susurró para si mismo, asimilando lentamente todo. - ¡Shun!... – dijo regañando al invasor de su cuarto. - ¡No me digan que no han ido!
- Si... si fueron. – Agregó Shun para tranquilizarlo. – Andan todos allá en el concierto, tranquilo.
- ¿Y tú?. ¿Por qué tu no...?
- Le di mi entrada a Tatzumi... él tenía muchas ganas y yo no tantas...
- Eres un mentiroso. No debiste...
- Creo que no tienes moral para decirme eso. – Le dijo Shun con una sonrisa sentándose a un lado de su cama.
Shiryu suspiró rendido, mas no pudo mas que sonreír también ante aquel comentario.
La verdad es que todos querían ir... y Shun había tomado la misma decisión que él. Debía respetarla.
- Siempre has sido muy entregado Shiryu.
- Tu también Shun no tienes nada que...
- No, no Shiryu. – Le interrumpió Shun. – De verdad... – agregó viéndole con sinceridad. – Creo que de todo el grupo, tú has sido, el que más se ha sacrificado, por todos.
- Vamos Shun no digas eso. Yo sé que tú y los demás también son capaces pero...
- Si, nosotros somos capaces, pero tú lo has hecho.
- Ustedes también lo han hecho, no entiendo por qué...
Shun puso una cara de desaprobación.
- ¿Por qué no puedes por una vez aceptar un halago hacia tu persona? – Preguntó Shun. Y ese comentario si hizo que el dragón se sonrojara un poco y voltease la mirada.
Una mano le sostuvo del mentón y le hizo subir de nuevo la mirada. Allí, sus ojos encontraron a Shun sonriéndole, contento de por fin haberle “ganado” una “discusión”.
- Por eso decidí quedarme. Creo que al menos era un modo de agradecer tu generosidad...
- Oh Shun, no digas eso que me haces sentir mal.
- ¡Shiryu! – le regañó Shun. – Entonces yo también me he de sentir mal. ¡Tu siempre te sacrificas por los demás!. Haces todo porque estemos bien y tú... te quedas de último. – El ritmo de su voz fue bajando. Shiryu volteó la mirada, a pesar de no querer admitirlo sabía que habían sido muchas las veces que renunciase a cosas tan solo por dejárselas a los demás. – No todo en la vida es dar... también, hay que aprender a recibir. – Continuó Shun diciéndole muy bajo. – Dejar que los otros disfruten la increíble felicidad de la que nos llena el dar...
El chico de cabellos verdes sonrió. Shiryu hizo lo mismo...
Shun le estaba comenzando a sonar como su maestro... ¿En qué momento se había vuelto así de filósofo?. ¿O es que acaso siempre lo había sido y no se había dado cuenta?
- Quisiera poder Shiryu... poder pagarte todo lo que has hecho.
- Shun... – imploró el cabellos negros. – Yo no hago las cosas para que me las paguen o me las devuelvan.
- Lo sé. Y es eso lo que hace que aún me den mas ganas de hacerte felíz...
Shiryu estaba perdiendo la capacidad de compresión...
Éste era un Shun que hablaba igual de inocente que siempre. Pero sus palabras... ellas tenían algo diferente. Su trato era diferente. Su mirada era diferente...
“Hacerte felíz”
En pocas oraciones, Shiryu habría oído o leído juntas esas dos palabras... y casi nunca con un sentido de amistad...
Una mano de Shun reposaba desde hace rato en su hombro sin él haberse dado cuenta. Y solo se percató de esto cuando Shun algo nervioso la retiró.
Shiryu no entendía porque él podía decir algo como eso...
Era pecar de humilde lo que estaba haciendo.
Él durante las antiguas batallas no había hecho más de lo que los demás habían hecho. Luchar y sacrificarse una y otra vez por el bien de los demás... Tanto como ellos.
O al menos, tanto como él...
Porque si... para Shiryu, era Shun el mas entregado de todos.
Quien estaba dispuesto siempre a ayudar a su hermano. A apoyar a Seiya y protegerlo hasta el final de cada guerra. A luchar por Saori. A dar la vida como lo hizo por Hyoga. O incluso... a ayudarlo a recobrar la vida al dragón, cuando su corazón una vez había dejado de latir... y volvió a hacerlo cuando estaba en sus brazos.
- Eres demasiado humilde Shun... –
Fue el turno de hablar del dragón. Ésta vez el chico de cabellos verdes lo entendió y le dejó hablar.
- Eres demasiado inocente. – Comentó también el dragón analizándolo, casi sin entender del todo. – No entiendo por qué tanta entrega, pero... sinceramente... – una de sus manos se posó en la mejilla de Shun. – Te admiro...
Aquel contacto hizo que Shun se estremeciera un poco.
Estaba nervioso, Shiryu lo notó y por tal razón, le sonrió.
Shun le devolvió la sonrisa, viéndolo a los ojos...
A esos hermosos ojos...
Dos pares de iris verdes estuvieron ligados por un largo instante.
Shun posó una mano en el rostro de Shiryu, y el dragón no quitó la suya de la mejilla de Shun.
- No creo que... sea necesidad de pagarte nada... porque nunca podré hacerlo... – agregó Shun acariciándole el rostro al chico entrenado en China, quien cerró los ojos disfrutando la caricia. – Pero... siento la necesidad de entregarme... a ti...
Shiryu abrió los ojos, comprendiendo perfectamente lo que Shun decía. Peor manteniéndose igualmente incrédulo. Tuvo que verlo unos instantes y entender el silencio que hubo para darse cuenta de que aquellas palabras... iban en serio.
- Shun... no... no puedo...
- Está bien, lo entiendo. – Dijo Shun apenado. – La verdad fue algo muy egoísta de mi parte pues...
- ¡No, no, no!. Por favor no pienses lo que no es... – Rogó el dragón.
Shun arrugó la frente viéndole sin comprender.
Shiryu suspiró.
- La verdad... sería... todo un honor poseerte... Andrómeda. – Aclaró Shiryu. - Pero... no me siento... digno de que hagas eso por mí.
Shun no podía creer lo que escuchaba y veía como aquel dragón tenía el descaro de bajar la cabeza y sonrojarse apenado. Dejando claro que era verdad lo que decía. ¡No se sentía digno!.
¡ÉL NO SE SENTÍA DIGNO!.
¡UN CABALLERO EN TODO EL SENTIDO DE LA PALABRA COMO ÉL NO SE SENTÍA DIGNO!.
En un impulso de impotencia Shun se lanzó sobre el chino y lo besó, haciéndolo caer en la cama y cayendo sobre él por el impulso mientras lo besaba con pasión, con rabia. ¡Hasta como un regaño!.
Shiryu abrió los ojos sorprendido cuando Shun separó su boca de la de él.
- No se te ocurra volver a decir algo así. – Le dijo Shun mas serio que nunca.
El dragón nuevamente se sintió apenado.
Ambos se vieron a los ojos unos instantes más... el chico de cabellos verdes sobre Shiryu tenía su mirada clavada en los ojos de él. Y su cuerpo afincando sobre el suyo... sabiendo y sintiendo todo lo que pasaba dentro de él.. todos los cambios en su anatomía... y hasta en la aceleración del corazón en su pecho.
Si... el cuerpo de Shiryu, lo delataba. Sí quería que Shun se entregase... y al menor haberse enterado de esto, entonces supo que no debía dudar mas en hacerlo.
Comenzó a besar su cuello, mientras las manos del dragón comenzaron a moverse frenéticas avergonzado.
- Shun por favor... – dijo entre un jadeo.
- Quiero curar tus heridas Dragón. Esas que por humildad no comentas...
Ese comentario llegó directo... a algún sitio de Shiryu. Pues su corazón se aceleró y unas lágrimas amenazaron con brotar de sus ojos. Shun sabía por donde iba...
El menor alzó el rostro y vio una vez mas a los ojos del dragón.
- Esos ojos... fueron capaces de sacrificarse, cuando una vez estuve convertido en piedra... –
Era una extraña situación, el evocar y poder visualizar perfectamente aquellas imágenes pero a la vez sin poder concentrarse demasiado ya que Shun sobre él repartiéndole aquellos besos no era más que un estímulo que no hacía mas que perder la capacidad de pensar.
- ...Éste pecho... y todo tu cuerpo... roto mas de una vez por garras, espadas y lanzas...
Era verdad. Esos dolores aún estaban grabados en la mente de Shiryu... heridas incomparables y que sentía aún tenía en su carne aunque su cuerpo se mostrase sano. Sabía que había sufrido mucho... pero ahora, Shun estaba bajando su boca y besaba cada uno de esos sitios... besó todo su pecho, donde tantas veces fuese golpeado y rasgado... lo vio besar su pecho y enfocarse en su tetillas izquierda, casi queriendo besar lo que se encontraba debajo de la piel. Aquel corazón que una vez estuvo amenazado con ser traspasado por la poderosa Excalibur...
- ...Shun...
- Silencio dragón...
El Cabellos verdes había tomado el control y ahora levantaba sus brazos y los besaba desde el hombro hasta aquellas manos que tanto le provocaban. Cada uno de sus dedos...
Esos brazos mordidos por lobos y hasta serpientes...
El dragón no podía saber como Andrómeda era consciente de todo su dolor... pero allí estaba curándole con cada uno de sus besos. Y él... por primera vez, se estaba dejando recibir...
Shun acercó su boca y deposito un profundo beso en los labios del dragón.
- Gracias... – Le susurró Andrómeda.
- Shun...
Las manos de Shun también navegaban por todo el mar del esbelto cuerpo del dragón... simplemente, divino.
Y finalmente, una mano llegó a ubicarse en un paquete muy sólido ubicado entre ambas piernas del dragón. Shun sintió como el miembro debajo de aquellas ropas dio un palpito de emoción al sentir el contacto.
La mano de Shiryu se ubicó en el mismo sitio donde Shun le tenía sujeto. Era parte de un trato... él también quería agradecerle a Shun todo lo que estaba haciendo, su actitud maníaca de siempre ser generoso. Shun sonrió y lo abrazó con muchísimo cariño.
Shiryu sintió la respiración de aquel chico en su oído y creyó morir del deseo cuando escuchó un susurro en su oído.
- Por favor Shiryu... quiero que me hagas tuyo ésta noche...
No había nada mas que decir. Ni nada más que el pudiese hacer.
Simplemente ya no podía resistir.
Levantó su tronco obligando a Shun a hacer lo mismo y mantuvo el contacto visual con él en todo momento. Metió sus manos por debajo de la camisa de Shun y se la hizo quitar rápidamente, para luego él mismo liberarse de la suya. Toda la ropa no representaba ya más que una molestia.
Sin poder aguantarse más besó los labios y luego el cuello de Shun. El chico de cabellos verdes se dejó hacer esta vez echando su cabeza hacia atrás y sintiendo como Shiryu respiraba y besaba su sensible cuello, a la vez que sus manos poderosas se metía por debajo de su pantalón y le tomaban con fuerza de las nalgas.
- Shiryu... – Susurró deseoso, sintiendo que por dentro iba a estallar.
Shun llevó sus propias manos a su jean... lo desabotonó y bajó la cremallera. La presión lo estaba matando. Shiryu lo hizo acostarse, quedando ahora él sobre Shun y ubicó su rostro justo en la recién bajada cremallera de Shun.
La desesperación del dragón ahora se hacía mas visible. Ya que rápidamente se encargó bajar lo suficiente ese pantalón junto con la ropa interior. Y poder visualizar aquel potente miembro de Shun listo para la acción.
Shiryu lo miró...
Shun lo miró.
Sonrieron.
Shiryu se quitó la correa de su jean y luego se desabotonó el pantalón y lo bajó también lo suficiente. Mostrando a Shun algo que estaba ansioso por mostrarle...
El rostro de Shun le devolvió las ansias, ya que su rostro expresaba un increíble deseo por probar aquello que Shiryu le acababa de mostrar.
- Eres fuerte dragón. – Dijo Shun a modo de halago, acariciando su masculinidad con la mano.
- Tú también Shun... – Agregó el dragón haciendo lo mismo.
Sin más, Shun se levantó de su posición. Y se ubicó boca arriba entre las piernas de un arrodillado dragón con las piernas abiertas sobre la cama.
No hacía falta decir cual era el plan. Shiryu simplemente se acostó sobre él y quedaron en la tan llamada posición 69.
Sin más... Shun abrió muy grande su boca y pudo introducir el miembro de Shiryu en su boca, mientras que el dragón hizo lo mismo y comenzaba a succionarlo.
El placer fue gigantesco para ambos...
Shiryu acariciaba los testículos de Shun con sus manos, con delicadeza para no herirlo y luego desplazaba éstas hasta sus glúteos donde le hacía cosquillas...
- Shiryu... –
Jadeó Shun el nombre del dragón sacando el miembro de su boca y tan solo acariciándolo con su mano y su propio rostro. Mientras el dragón seguía en la insaciable labor de satisfacerlo...
...Hasta que lo logró.
Shun llegó al orgasmo dentro de la boca de Shiryu y éste hizo el mayor intento por no desperdiciar aquel anhelado líquido.
- ¿Por qué paraste? – Preguntó el dragón apenas pudo.
- Ya te dije qué es lo que quiero que hagas... – Agregó Shun sonriendo aún.
Nunca Shiryu hubiese imaginado esa faceta del caballero de Andrómeda. Pero al igual que en las anteriores veces, ésta vez también le devolvió la sonrisa.
Movió sus piernas y quedó una vez mas sobre Shun...
- Sería tan amable de voltearse. Por favor... – Pidió el romántico y amable dragón, como buen libra. El pequeño se rió y sumisamente acató la orden.
Shun pudo vislumbrar entonces que Shun le ofrecía lo que él nunca hubiese llegado a esperar. Y estaba muy agradecido por eso... por un momento, sintió en rechazar la oferta... pero una lágrima caía por su rostro. Sabía que ello que decía era verdad...
Y que ahora lloraba, era porque nunca antes se había permitido disfrutar de algo como eso...
- No quiero que te duela. – Admitió Shiryu.
- No me dolerá. –
- ¿Seguro?
- Hazlo...
El dragón entró en Shun y aunque éste trato de contenerlo un gemido salió de su garganta, lo cual delató que si le había dolido.
- ¡Shun!
- ¡Continua!
- Pero si tu no...
- No... nunca he hecho esto. – Completó el cabellos verdes. – Es... algo muy preciado para mí.
- Shun no puedo aceptar que hagas esto solo por...
- Amor Shiryu... – una vez mas le interrumpió. – Discúlpame no haberlo podido admitir antes... y rodear el tema de excusas para confesártelo pero... yo te amo...
La confesión de Andrómeda lo dejó en shock.
No supo que decir...
¡Eso tampoco lo hubiese esperado nunca!
Shun bajó la cabeza. Él tampoco esperaba ser correspondido... pero con esto aunque sea habría sabido lo que era estar con él...
- Sigue... por favor... – le rogó Shun en un jadeo.
Y Shiryu movió su cadera por inercia... aún estando impactado...
Haciéndolo por Shun... mas que por él...
Porque sabía que aún era él quien seguía dando, lo que Shun le pedía.
¿O era al revés?
Shun comenzó a gemir.
El dragón adoró esos gemidos.
Adoró esa sensación al estar dentro de él.
Y por ese momento... si... también adoró el sentir que Shun era suyo.
“Que poco me conozco”
Llegó a pensar en un momento mientras entraba hasta el fondo de Shun, sintiendo ese calor divino en la zona mas sensible de todo su cuerpo.
Él SI quería esto...
¡El si quería estar con Shun!.
Pero nunca... nunca si quiera había considerado que esto pudiese ser posible.
...Nunca pudo creer que sus sueños pudiesen hacerse realidad.
Las lágrimas de Shiryu cayeron sobre el cuerpo de Shun a medida que seguía su movimiento de caderas dentro de él. A medida que ambos gemían y se unían entregándose al uno al otro. Shiryu escuchó a Shun gemir. Shun escuchó a Shiryu llorar y él se unió al llanto consigo...
Shun apoyó sus manos en el colchón y se levantó. Shiryu cubrió todo el cuerpo del menor colocando su cuerpo encima y sus manos sobre las de él, moviendo frenéticamente su cintura, emboscándolo una y otra vez, besándole la espalda y el cuello...
Llorando mientras que le susurraba al oído.
- Gracias Shun... gracias por hacerme tuyo... así fuese obligándome... – le dijo en un susurro. – Porque me has ayudado a darme cuenta... de lo que quiero realmente...
Las emboscadas repentinamente se volvieron mas lentas y el cuerpo de Shiryu se tensó por completo.
- Y una de ellas... – El espasmo del orgasmo fue obvio durante su habla. - ...eres tú...
Shun sintió a Shiryu temblar unos instantes mientras depositaba su semilla dentro de si. Mientras sentía como su inmenso y fuerte miembro salía finalmente de sus cavidades... él se acostaba a un lado de la cama y le hacía voltearse para verlo a los ojos.
Ambos se vieron a los ojos llorosos y sonrieron.
- Gracias Shiryu...
- Te amo Shun.
Shiryu cubrió con sus brazos el cuerpo del cabellos verdes mientras éste le rodeaba su fuerte cintura y ambos se fundían en un beso que jamás olvidarían y que demostraba, que pasase lo que pasase no se aburrirían jamás del otro.
Dejándose claro que el tiempo de los sacrificios había pasado... y que ahora había llegado una nueva era, en donde su única pero mas importante tarea, era la de encontrar... su propia felicidad.
Fin.
