...Templo De Piscis...

Las suaves brisas llegan al recinto, llenandolo por completo, acariciando los jardines del templo, las columnas, sabanas de seda que caen del techo, y demas accesorios movibles por el aire, que adornan todo el recinto.

El marmol ilumina los alrededores gracias al sol, que baña todo el exterior del templo con sus calidos rayos. A la entrada unas hermosas estatuas de dos peces hacen saber a los visitantes que este es el recinto de Piscis, el hermoso signo de agua, resguardado por Afrodita.

En el interior por cada pilar se pueden apreciar enredaderas con hermosos petalos de cerezos adornandolos, tenues gotas de aguas se pueden apreciar en en ellos destellantes, que lentamente caen al piso manteniendolo humedo y fresco. Por una puerta secreta se puede llegar hasta los aposentos privado del pisciano, donde grandes espejos reflejan la figura del que entre, los ventanales dejan que el sol y la luna entren, bendiciendo el lugar con sus iluminadores rayos, se puede apreciar hermosos jarrones con flores, sillones de madera finamente tallados, con cojines y sabanas semitransparentes de colores claros. En la habitacion una cama grande se situa al centro, en forma de un corazon, vesitido con sabanas de color rojo y detalles plateados. En el piso una alfombra de felpa suave hace contraste con los armarios donde el pisciano guarda su ropa, y con la peinadora donde todos los accesiorios de belleza se encuentran.

En los jardines se puede apreiciar todo el santuario, y da una gran calma al alma, gracias al sonido de ciertas flores que tintinean con el aire, y de otras que emanan un aroma de amor.

Pasen y visiten al mas hermoso de los Santos de Atenea, que gustoso los recivira en su humilde morada.

Con pasos lentos llego al jardin de mi templo, el dia esta radiante, la brisa que llega aqui es la mejor, puesto que mi recinto esta bastante alto en la montaña. Con una taza de té en mi mano derecha busco mi mesa del jardin, al divisarla, rodeada de flores, me acerco, sentandome en una de las sillas, que se acemejan a unas rosas.

Bebo el contenido de mi taza, y doy un leve suspiro, esperando por lo que pueda acontecer en este dia.

Aburrido despues de hacer el ejercicio matutino correspondiente camino a paso lento, habia tenido la intension de visitar a cierto amigo de caracter serio, un t emplo mas abajo, pero debido a su ausencia y al hecho de ya haber recorrido tanto camino decidi serguirme de largo ..

Entro a su templo, y siento su cosmo protegerlo, sin embargo al no divisarlo sonrio para mi, que otro lugar para el bello caballero mas que su jardin...

Camino con paso firme y presuroso, entrando a su templo y elevando mi cosmo lo suficiente para hacerme notar..

--Vaya vaya que raro encontrarte aqui..--- sonrio ampliamente ironizando un poco para despues hacercarme lo suficiente para recargarme en el respaldo de la silla donde esta sentado..-- . Buen dia Afrodita.... --musito como saludo--

Tengo mis ojos cerrados, degustando la exquisite de mi té y deleitandome con el delicioso aroma de mis flores, cuando siento un cosmos, alguien ha entrado en mi Templo sin mi permiso, pero no creo que tenga que ponerme en guardia, debe ser alguno de los chicos.

Entre abro mis ojos, dejando la taza cerca de mis labios pero sin tomar, solo esperando hasta que...

--Milo, que agradable sorpresa-- Una sonrisa se dibuja en mi rostro, aparto rapidamente la taza y la dejo sobre la mesa, para luego dar un leve giro sobre la silla y quedar frente a frente con el encantador griego.

--Muy buen dia para ti tambien, ¿que te trae por aqui?-- Sin pensarlo mucho llevo mis manos a su cuello y me acerco hasta sus labios para darle un dulce y cariñoso beso.

--Y sabes muy bien que la mayor parte de mi tiempo me la paso aqui, en mi jardin cuidando de mis damitas-- Le digo un poco fastidiado por su bromita.

--Se que pasas el tiempo aqui, por eso me he tomado la molestia de entrar, espero no causarte molestias..-- murmuro con voz tranquila sobre sus labios, arqueando lijeramente una de mis cejas mientras observo atentamente sus ojos.

--La verdad...-- pase mis brazos lentamente por su cintura descanzadolos sobre esta mientras sonrio de lado ..-- .... solo vengo a visitarte, nada oficial,.. solo.. darle los buenos dias a mis amigos......

Un leve sonrojo zurca mis mejillas, pero es rapido, practicamente invisible a simple vista, no soy de los que se sonrojan asi por asi, y soy muy orgulloso para que se me note tal expresion, pero la sonrisa de Milo me hace suspirar, es tan... encantador.

--Cuidado donde tocas-- Le digo al sentir sus manos en mi cintura, no me desagrada, al contrario como quisiera que fueran mas alla, solo se lo digo en broma.

--Es bueno saber que figuro entre tus amigos-- Le digo juguetonamente, pasando uno de mis dedos por sus labios.

--Ven sientate-- Me libero de su agarre y me doy vuelta en la silla, tomando nuevamente mi té, al tiempo que palmeo la silla a mi lado.

--Yo siempre tengo cuidaod donde toco..-- respondo melosamente desviando mis labios a su oido justo al momento de sentarme a su lado, levantando una de mis piernas para cruzarla sobre la rodilla y apoyar mi codo sobre el descansabrazos mientras miro sonriente el rostro de Afrodita.


--Porque dudas el hecho de que seas mi amigo?....--tomo con mis dedos su menton.. acariciandolo lentamente deleitandome con la tersura de su piel.-- acaso no nos llevamos bien? ...

Un leve risa se escapa de mis labios al escucharlo hablar tan melosamente.

--Siempre tan galante-- Le digo sin prestarle mucha atencion y dejando mi taza, ya vacia, sobre la mesa.

--Te invitara un poco de té, pero he dejado la tetera adentro y me da mucha flojera levantarme ahora-- Me recuesto del espaldar de la silla, coloco mi brazo de manera que pueda apoyar mi rostro en mi mano y me quedo mirandolo con una sonrisa maliciosa, sintiendo el roce de sus dedos en mi menton, tan delicado, y cariñoso, no parece Milo o ¿si?, a veces llego a confundir mucho al coqueto del amigo.

--Claro que no, era solo una bromita, mis toques de locura, ya me conoces-- Le digo aun sonriente, tomando su mano con la mia y dandole un calido beso.


Tan cerca... pero tan lejos...

--¿Hay algun acontecimiento del que deba enterarme?, ultimamente me he distraido mucho de los entrenamientos, estuve algo ocupado con unas nuevas plantas que sembre en mi jardin, dentro de unos dias deben florecer, estoy aqui apreciando lo poco que han crecido-- Muevo ligeramente el rostro y con la mirada señalo una parte del jardin donde solo se pueden apreciar unos diminutos tallos con dos hojitas adornandolos.

--Estoy tan emocionado que me siento todas las mañanas, tardes y noches aqui, para ver cada pequeño cambio que sufren-- Susupiro y vuelvo mi mirada a su rostro, tratando de ver a travez de sus ojos lo que piensa, tal vez pensara que estoy loco por mis flores, y de cierta mandera lo estoy, son todo para mi, y no puedo estar un segundo sin apreciar su sencillez.
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sonrie sinceramente a lescucharle hablar de sus flores, me parecia curiosa la atencion que les prestaba cuando yo lo unico que tenia a mi cuidado era un cactus que estaba apunto de secarse.

--A decir verdad Afrodita, no ha pasado nada nuevo, ha estado algo aburrido, es por eso que decidi salir de mi templo para que por lo menos me diera un poco de aire y pudiera respirar, me fastidia estar tanto tiempo encerrado...-- me recarge por completo en el asiento, mirando por el rabillo del ojo las fores de Afrodita mientras una de mis manos tomaba un mechon de sus celestes cabellos y lo enredaba de forma juguetona.

--quizas deberiamos salir a dar una vuelta, creo ya necesito tomar algo fuerte y tu compañia me resultaria altamente agradable...

Lo escucho hablar, no le presto mucha atencion pero cuando coge un mechon de mis cabellos y comienza a jugar con ellos un sonrojo recorre mi rostro y de inmediato me levanto, ocualtando mi expresion entre mis hebras celestes.

--A mi tambien me vendria bien... ¿A donde iriamos?, si llegara a aceptar-- Le pregunto algo nervioso, no solo por el hecho de su toque a mis cabellos si no tambien por sus ultimas palabras "tu compañia me resultaria altamente agradable...".

Comienzo a jugar con mis dedos observando el suelo, esperando por su respuesta, dandole la espalda, de pie ante uno de mis hermosos rosales.

Recargo mis brazos en el respaldo, mirandole distraidamente, para despues de un impulso colocarse de pie y caminar hacia Afrodita y recargar el menton en su hombro.

--No te pregunte si querias ir Afrodita....-- sonreia traviezo mientras subia unos de sus brazos para apoyarlo en su hombro.--... para eso vine por ti y no me voy a ir solo....... y te llevare a un lugar divertido, dime tu que te parece mejor?... un antro?, salimos a comer, o si te apetece, solo a dar la vuelta.

Me estremezco ligeramente al sentirlo cerca de mi, apoyandose en mi hombro, hablando cerca a mi oido, erizandome la piel con su aliento.

--Me gustaria ir a comer si no es mucha molestia, lo del antro podemos ir luego-- Me volteo con cuidado y coloco mis manos en su pecho, acercandome un poco a sus labios para decirle --Y mientras tambien paseamos, podemos hacer las tres cosas....-- Acaricio suavemente sus pectorales --Y tal vez algo mas-- Le doy un beso rapido en su mejilla derecha y me alejo de él rapidamente.

--Voy a cambiarme...-- Paso cerca de la mesa y recojo la taza, para luego seguir de largo hasta entrar en mi templo nuevamente, caminando directamente hasta mi habitacion.

--ME gustan las sorpresas..-- murmure mientras se retiraba a cambiarse de ropa, asi que me sente en una de sus simpaticas sillitas de jardin a esperar, si conocia lo bastante bien al Pecesito, tardaria bastante para lucir bien.

Tecnicamente me recoste en la sillita ,estirandome felinamente sobre esta antes de colocarme los audifocnos del celular y dedicarme a escuchar musica.

Si por algo era famoso Afrodita era por la dedicacion asu persona... asi que que mejor que esperar relajandome.

Entro en mi habitacion como alma que lleva el demonio, cierro la puerta tras de mi de un jalon y dejo la taza a un lado. Rapidamente entro en la ducha, sin esperar a que el agua se ponga tibia me empiezo a bañar, mojando todo mi niveo cuerpo, lavandome con esmero, prestando mucha atencion en mis hebras aguamarinas, mis piernas largas y torneadas, mi torso finamente trabajado, y mis brazos.

Al terminar, salgo con una toalla, secandome lentamente cada parte de mi cuerpo, dejo la toalla de lado al secarme por completo, busco entre mis cientos de escencias una de durazno, me coloco frente al gran espejo de la habitacion y empiezo a vertirlo por toda mi piel. Masajeandome con sensualidad.

Luego busco mi cepillo de peinar de corales, con el cual comienzo a peinar mi sedosa cabellera, esmerandome por que se vea destellante y hermoso.

Sonrio ante mi imagen en el espejo, dejo de lado el cepillo y comienzo a buscar la ropa que me pondre, comienzo a tirar prendas una tras otras hacia la cama, inpeccionando detallandamente cada una, hasta que pasada dos horas me decido por un pantalon de jean amarillo, unos botines negros, una camisa abierta en el pecho a todo dar de color blanca y luego busco los accesorios, unas pulseros de plata para cada mano, un collar con el dige de signo y una sortija con una piedra de aguamarina.

Antes de salir me veo un poco indeciso en el espejo, doy unas cuantas vueltas y entonces con una sonrisa de satisfaccion salgo lentamente, regresando hasta el jardin.

--Disculpa la demora, Milo. Pero ya me conoces, debo acicalarme muy bien-- Me detengo en el portal que da hacia el jardin, y me quedo observando su gruesa espalda al tiempo que le hablo bajito.

--Ya se que eres muy dedicado a eso, pero te lo dije, vine por ti y no me voy a ir sin ti.- sonrie de lado retirandome los audifonos y guardarlos, para despues levantarme con toda la calma posible y estirar mi cuerpo para despertar los musculos relajados.

Me gire dandole la vuelta a la silla, sonriendole mientras me acerco lentamente hacia el.

--Vamonos ..-- pude sentir la respiracion en mi rostro gracias a la cercania, sin embargo en ningun momento nuestros rostros se tocaron, baja coquetamente la mirada a sus labios para despues clavarla en sus ojos y darme la vuelta en direccion a la salida.

--Que tipo de comida te gusta Afrodita?..-- guarde mis manos en los bolsillos del pantalon, caminando lento para que me siguiera el paso.

Un gemido se me escapa cuando siento a Milo pasar a mi lado, su mirada traviesa ve algo en mi cuerpo, pero no se que. Algo nervioso le sigo, dando media vuelta para empezar a caminar a su lado.

--Me gusta de todo un poco, algo de carne estaria bien, con una rica ensalada, o una comida tipica de grecia, tu debes ser esperto en eso-- Le digo acercandome un poco a su brazo, con la indecision si sujetarme a él o no, ¿de cuando aca yo tan indeciso?, dias atras lo hubiera tomado sin miramientos, ¿porque ahora es diferente?.

Comenzamos a bajar las escalinatas de piscis, observo todo el santuario y un poco mas alla el pueblo.

--CArne?..--arqueé una ceja dirigiendo mi mirada momentaneamente a sus ojos, esbozando una sonrisa juguetona..-- .. cualquiera que te viera diria que tienes cara de vegetariano empedernido ...-- le di n pequeño empujon con el hombro, un toque apenas y para mover el de él, alg raro habia en su comportamiento y esa era mi forma de tratar de animarlo, auqnue quizas no era precisamenteeso lo que necesitaba.

-Conozco un restaurante griego, la comida es muy buena, y creo que el lugar es digno de ti, e incluso podria decir que de mi tambien...-- pase un brazo por su cintura jalandole para atraerle hacia mi y acercar mis labios a su oido mientras bajabamos por la imponente escalera de las doce casas..-- Estas bien?..-- musite con suavidad, sintiendo sus cabellos hacerle cosquillas a mis labios.

--No te voy a decir que no lo soy pero igual me gusta la carne y hace mucho que no tengo un almuerzo decente ya que no he salido mucho de mi templo-- Siento como su hombro roza el mio y le sonrio, ladeando mi cabeza.

--¿Por que me golpeas?, me has hecho un morado-- Le digo en broma, haciendo una mueca fingida de dolor. De repente comienzo a reirme tan escandalosamente como yo solo se hacerlo y escucho a la vez lo que me dice.

--Suena bueno, entonces iremos a comer alli, tengo mucha hambre, tal vez esta salida te salga cara-- Sigo caminando con sensualidad, me rio bajito ante el hecho de que él sera quien pague y entonces siento como su brazo rodea mi cintura y me estrecha contra su cuerpo, me sonrojo notablemente y trato de ocultar mi rostro pero su haliento choca contra mi oido hablandome muy bajito, lo cual me hace estremecer.

--Yo... no tengo nada...¿por qué preguntas?-- Nerviosamente intento alejarme de él, pero su fuerte brazo me lo impide, lo que no me deja otra alternativa mas que ocultar mi rostro en su hombro.

--Oh, que lindo dia, ¿no lo crees?, Milo-- Rapidamente le hablo, ahora sujetandome de sus pecho, al tiempo que bajamos, el pensar que estoy tan pegado a él me hace fantasear con ciertas cosas, pero rapidamente aparto esos pensamientos, ocultando mi rostro aun mas en su hombro, tapandose con mi larga cabellera celeste.

-TE noto algo diferente ..-- conteste de inmedianto, pero mas rapido fue el extraño giro de la conversacion, mire el celo despejado de la calida mañana, y despues observe el color azulino del cabello de mi compañero, seguro algo había diferente, no era tan ingenuo como para no notarlo, despues de todo soy el cabalelro de Escorpio, no se me pasaban estas cosas con facilidad.

--Lindo dia Afrodita....-- respire profundamente, dejando el tema a un lado, tendriamos suficiente tiempo durante lacomida para platicar sobre lo que le pasaba a mi amigo.

Rodeo sus hombros on un brazo, dandole el cobijo que parecia buscar, alentando el desenso por las doce casas, al aprecer, el lugar estaba tranquilo, aunque el bullicio de los entrenamientos dificilmente llegaba tan alto, aunque de la misma manera, era un prolongado recorrido para salir del austero mundo del santuario, al mundo exterior.

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abres el tema del restaurante o.- o lo abro yo?

--Si, esta precioso...-- Suavemente mi haliento choca contra su hombro, sus brazos me rodean ahora los hombros y seguimos nuestra caminata. Hasta que al fin salimos de los doce templos, alejandonos cada vez mas del Santuario.

Me he salvado de tener que responderle, creo que si se distrajo con lo del dia, espero que de aqui al lugar donde vamos se me pase lo infantil y pueda ser yo de nuevo, por lo menos Camus no esta aqui, tal vez la cosa seria peor, ya que los celos me tragarian.

Levanto levemente el rostro, sintiendo los calidos rayos del sol, observo a Milo y sonrio, se ve tan apuesto...




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off: Jejejeje... Mejor abre el tema tu amiga....chii???.... ^.^.... Besos....

Decidi salir del templo, estaba inquieto, asustado y bueno nervioso, la razón?, ni yo mismo la sabia, solo necesitaba caminar y recordar momentos que hace poco vivi y para suerte y destino mis pies me levaron hasta un lugar que creo a donde el destino mismo quiso que llegara.

-Caramba, donde estoy...ah si, estoy en Piscis.

Me puse algo mas nervioso, asi que para no ser descortes llame al guardian.

-Afrodita???, estas aqui?

Me encuentro frente al espejo colocandome un brillito que acabo de comprar, paso lentamente la yema de mis dedos por mis labios y estoy por terminar cuando escucho que alguien pronuncia mi nombre.

--¿Quien sera?--

Me aparto del espejo y salgo de mi habitacion, ahora peinando mi larga cabellera, espero que sea algo importante para que me molesten justo cuando estoy dedicandole tiempo a mi persona.

Mis pasos me llevan rapidamente hasta el centro del recinto, observo las dos entradas/salidas del templo y solo en una puedo divisar una silueta, intento aclarar mi vista, cerrando mis ojos un poco y al ver unos cabellos negros parados una estraña sensacion inunda mi estomago.

--¿Quien esta alli?, tiene permiso de pasar, yo no muerdo--

Digo en voz alta amablemente mientras sigo peinando mis cabellos con algo de torpesa y rapidamente, si es quien creo, me dara mucha pena recivirle asi, estoy hecho un desastre.

Aun no lo veia y ya me habia dado permiso para pasar y bueno mi intencion no era pasar por su templo, si no visitarlo y verlo despues de nuestra ultima cita.

-Soy yo, Shura solo queria visitarte pero si soy inapropiado me retirare.

Dije orando para que me recibiera y asi poder seguir contacto con él, aunque sabia que era peligroso para mi, pues este caballero dorado me traia loco.

Mi corazon pugna por brotar de mi pecho, escucho como mis latidos resuenan en toda mi estancia, e intento callarle colocando una mano sobre mi el. Ahora que hago, no puedo mostrarme vulnerable, este... Yo, no se que hacer, parezco un adolescente, y soy yo el mano lisa del santuario, si me vieran en este momento, dioses, como me pone de nervioso Shura.

--No digas tonterias, eres bien recivido, ¿ahora te vas a poner con esas?--

Comienzo a caminar hacia él, tan lentamente que una tortuga se queda pendeja, mis dedos se enredan entre mi cepillo de cabello, veo a todos lados, buscando yo no se que, respiro algo rapido, y mi cuerpo tiembla.

--Este... ¿Como has estado?, pense que ya no te acordabas de mi--

Muerdo mi labio inferior, observandole fijamente, perdiendome en sus profundos ojos negros, siento que el cepillo resbala de mis manos pero no le presto atencion, no se que se habra hechado Shura hoy pero me ha hipnotizado por completo.

Se va acercando lentamente y sus pasos acercandose hacen que mi corazón se acelere en demasia, era la segunda vez que conversaba con él, dias despues de salir con el, lo veia en los entrrenamientos pero sin conversar, mis ojos no se separaban de su persona, lo veia y le sonreia, pero ahora es diferente, estoy en su templo y viene a mi.

-Nunca dejaria de olvidarme de ti, eres muy buena persona

Dioses ni siquiera sabia que decir, estaba nervioso, alegre y soñado, esperaba el nerviosismo no se me notara mucho.

-Pense que a lo mejor estabas tu solo, pues yo estaba en el templo pero no me gusta estar solo , me gusta la compañia y mejor es si estoy con alguien que aprecio mucho.

Tenia que calmarme, o ya era evidente, Afrodita...me gustaba, me enloquecia y lo mas increibe es que creo empezaba a enarmorarme de él, de el hombre mas seductor del santuario.