¿De qué sirve la belleza si esta inerte y fría cuando vuelves a casa?
Es la pregunta que me surge cuando ingreso a mi templo y veo un tapete de rosas marchitas sobre aquel piso de mármol maquillado de tierra, que enterraba el pasado y los recuerdos que yacen en cada pared. Repentinamente me inclino a tomar con delicadeza una rosa que aún se mantenía un poco más fresca y viva que las demás, sonrío nostálgico mientras las yemas de mis dedos se resbalan por los pétalos carmín
-No sé si pueda resistir como tú, el tiempo ha pasado y cometí un gran error de alejarme de su lado…
A mi mente llegan esos vagos recuerdos que pase con aquel santo y esos encuentros casuales que, más adelante se habrían de convertir en algo más íntimo fundiéndose algo más que palabras románticas. Mi alma y mi cuerpo lo sabían
-Era necesario irme…- susurre al tiempo que dejaba caer la rosa para dejarla morir a lado de las demás mientras que avanzaba más hacia el interior adentrándome a mi dormitorio tan exquisitamente y elegantemente decorado. El silenció se hizo tan profundo y hasta cierto punto doloroso. Me deje caer a un costado de la entrada de mi dormitorio abrazando mis piernas hacia mi cuerpo al tiempo que apoyaba mi cabeza sobre estas
-Solo contigo puedo quitar ese orgullo y vanidad…solo tu puedes saber la verdad…
Deje que por primera vez, después de aquel suceso ocurrido mis ojos se empañaran y que dejaran correr libremente aquellos hilos de lágrimas
-Disculpame...
Es la pregunta que me surge cuando ingreso a mi templo y veo un tapete de rosas marchitas sobre aquel piso de mármol maquillado de tierra, que enterraba el pasado y los recuerdos que yacen en cada pared. Repentinamente me inclino a tomar con delicadeza una rosa que aún se mantenía un poco más fresca y viva que las demás, sonrío nostálgico mientras las yemas de mis dedos se resbalan por los pétalos carmín
-No sé si pueda resistir como tú, el tiempo ha pasado y cometí un gran error de alejarme de su lado…
A mi mente llegan esos vagos recuerdos que pase con aquel santo y esos encuentros casuales que, más adelante se habrían de convertir en algo más íntimo fundiéndose algo más que palabras románticas. Mi alma y mi cuerpo lo sabían
-Era necesario irme…- susurre al tiempo que dejaba caer la rosa para dejarla morir a lado de las demás mientras que avanzaba más hacia el interior adentrándome a mi dormitorio tan exquisitamente y elegantemente decorado. El silenció se hizo tan profundo y hasta cierto punto doloroso. Me deje caer a un costado de la entrada de mi dormitorio abrazando mis piernas hacia mi cuerpo al tiempo que apoyaba mi cabeza sobre estas
-Solo contigo puedo quitar ese orgullo y vanidad…solo tu puedes saber la verdad…
Deje que por primera vez, después de aquel suceso ocurrido mis ojos se empañaran y que dejaran correr libremente aquellos hilos de lágrimas
-Disculpame...