Odin
Padre de los dioses, residía en el Valhalla y desde su trono contemplaba los nueve mundos. Dos cuervos le acompañaban , Hugin y Munin, los cuales enviaba cada mañana a volar en direcciones opuestas, rodeando el mundo para que cuando regresaran por la tarde le susurraran al oído lo que habían visto.
Era hijo de Bor y de la giganta Bestla, tenía dos hermanos Vili y Vé, y su esposa era Frigg.
En la batalla blandía su lanza, llamada Gungnir, que le fue dada a Odín por Loki en compensación por el robo del pelo de Sif ( cuando la dejó calva ) y montaba un corcel de ocho patas, llamado Sleipnir (que era hijo de Loki cuando este estuvo con un caballo ¬¬)
Desde su nacimiento se sintió ávido de alcanzar la Sabiduría; tras buscar donde la podría hallar, supo que en las raíces del árbol sagrado (el Yggdrasil) se encontraba un pozo cuya agua daba la Sabiduría. Dicho pozo estaba guardado por la cabeza de Mimir, un Dios que había sido decapitado y era tío suyo.
Esta es su historia ,Mimir fue enviado por los aesir a los vanir para sellar la paz pero los vanir se consideraron estafados , por eso le cortaron la cabeza y se la enviaron de vuelta a los aesir . Odin untó la cabeza con hierbas para que nunca se pudriera y pronuncio un conjuro para devolderle el habla ,luego le encomendaron la custodia de la fuente magica.
Entonces , Odín viajó disfrazado con una capucha azul y un bastón de viajero en sus manos.Mientras iba hacía la fuente de Mimir, que se encontraba cerca de Jötunheim, se encontró a un gigante que cabalgaba en un gran venado. Fue junto al gigante y ambos se hablaron. “¿Quién eres, hermano?” preguntó Odín al gigante.
“Soy Vafthrudner, el más sabio de los gigantes”, dijo aquél que montaba al venado. Odín lo conocía Vafthrudner era en efecto el más sabio de los gigantes, y muchos iban a intentar obtener sabiduría de él. Pero aquellos que iban a él debían responder a sus acertijos. Vafthrudner preguntaba y si ellos fallaban al responder, el gigante se llevaba sus cabezas.
“Yo soy Vegtam el errante” Dijo Odín, “y yo se quien eres, oh Vafthrudner. E intentaré aprender algo de ti.”
El gigante rió mostrando sus dientes.“Estoy listo para jugar contigo. ¿Sabes el precio? Mi cabeza a ti si no puedo responder alguna pregunta que hagas. Y si no puedes responder alguna que yo haga, tu cabeza entonces irá para mí. ”
“Estoy listo” Dijo Odín.
“Entonces dime” Dijo Vafthrudner, “dime el nombre del río que divide a Asgard de Jötunheim”.
“Ifling es el nombre de tal río” Dijo Odín. “Ifling que es helado, mas nunca congelado.”
“Has respondido correctamente, oh errante” dijo el gigante. “Pero aun debes responder más preguntas. ¿Cuáles son los nombres de los caballos que el día y la noche conducen a través del cielo?”
“Skinfaxe y Hrimfaxe” responde Odín. Vafthrudner se sorprendió al oír a alguien pronunciar nombres que solo eran conocidos por los dioses y los gigantes sabios. Quedaba solo una pregunta más de él antes del turno del extraño de hacer las suyas.
“Dime” dijo Vafthrudner, “¿Cuál es el nombre de los campos en donde la última batalla será trabada?”
“Los campos de Vigard” dijo Odín, “los campos que son de mil millas de largo y mil millas de ancho.
Ahora era el turno de Odín de cuestionar a Vafthrudner. “¿Cuáles serán las ultimas palabras que Odín murmurará en el oído de Balder, su hijo querido? Preguntó.
Vafthrudner se sorprende mucho con tal pregunta. Golpeó al suelo y miró al extraño con sospecha.
“Solo Odín sabe cuales serán sus ultimas palabras a Balder” dijo él, “y solo Odín habría hecho esa pregunta. Tu eres Odín, oh errante, y tu pregunta no podré responder.”
“Entonces” dijo Odín, “Si quieres conservar tu cabeza, respóndeme: ¿Que precio pedirá Mimir por un trago de la fuente de la sabiduría que él protege?”
“Pedirá su ojo derecho como preció, oh Odín” dijo Vafthrudner.
“¿No pedirá otra cosa en su lugar?” dice Odín.
“No pedirá otra cosa. Muchos han ido a él por un trago de la fuente de la sabiduría, pero ninguno ha pagado el precio que Mimir pide aun. He respondido su pregunta, oh Odín. Ahora levanta la deuda sobre mi cabeza y déjame seguir mi camino.”
“Yo levanto la deuda sobre tu cabeza” dice Odín. Entonces Vafthrudner, el más sabio de los gigantes siguió su camino, cabalgando en su gran venado.
Era un precio terrible el que pedía Mimir por un trago de la fuente de la sabiduría, y muy consternado estaba pero siguió hacía la fuente . Esta se encontraba bajo la gran raíz del Yggdrassil y ahí yacía Mimir con sus ojos fijados sobre el agua profunda. Mimir que había bebido todos los días de tal fuente, sabía quien se postraba frente a él.
“Hail, Odín, el Dios más antiguo” dijo él.
Entonces Odín hizo una reverencia a Mimir, el ser más sabio de los mundos. “Beberé de tu fuente, Mimir” dijo Odín.
“Hay un precio que debe pagarse. Todos aquellos que han venido a beber se han acobardado de pagar el precio. ¿Y tu, Dios más antiguo, lo pagarás?”
“No me acobardaré del precio que debe ser pagado, Mimir” dijo Odín.
“Entonces bebe” dijo Mimir.
Odín llenó un gran cuerno con agua de la fuente , bebió y bebió. Mientras bebía todo el futuro se hizo claro para él. Vio los tormentos y problemas que caerían sobre los hombres y Dioses. Pero vio también, por que los tormentos y problemas habrían de caer, y vio como estos nacerían, para que los Dioses y los Hombres siendo nobles en esos días de tormentos, pudieran tener en el mundo la fuerza que un día, un día muy lejano aun, destruiría el mal que traería el terror el tormento y desespero al mundo.
Una vez que terminó de beber , llevó su mano a su rostro y retiró su ojo. El dolor que Odín tuvo que soportar fue terrible. Pero ni gimió. Inclinó su cabeza y se puso la capucha sobre su rostro, mientras Mimir tomó el ojo y lo dejó hundirse en la profundidad de la fuente de sabiduría. Y ahí se quedó el ojo de Odín, brillando a través del agua, una señal para todos los que llegaran a aquél lugar del precio que tuvo que pagar el Padre de los Dioses por la sabiduría
Para descubrir el secreto de las runas (encantamientos mágicos), Odin llevó a cabo un ritual de autosacrificio. En este caso, primero hirió su cuerpo con la punta de su propia lanza y acto seguido se ató de un pié a Yggdrasill, el árbol de la vida. Durante nueve días y nueve noches permaneció colgado sin comer ni beber.
Concluido ese lapso, fue capaz de adentrarse en las mismísimas entrañas del ser, donde vislumbró los caracteres rúnicos. Con un grito desgarrador llegó hasta el fondo y se apoderó de ellos. Con el esfuerzo, Odín perdió el conocimiento, pero logró atrapar las Runas y ellas fueron su legado para el mundo.
Odín disfruta compitiendo en discusiones con los individuos más sabios.
Odín es descrito como el dios caminante que transita por los caminos del mundo. Se desplaza por los caminos como un peregrino, ocultando su aspecto y su verdadera naturaleza, bajo el nombre de Grímnir, Odín llegó como huésped al palacio del rey Geirrøðr, quien sospechó de él y lo torturó cruelmente manteniéndolo encadenado entre dos intensos fuegos. Después de revelarle algunos secretos de naturaleza divina y parte de sus numerosos epítetos, Odín se mostró como quien en realidad era; el rey Geirrøðr corrió arrepentido a liberarlo pero tropezó con su espada y murió atravesado por ésta.
En la saga de Bárðr, escrita en el siglo XIII, se relata que un jinete tuerto con un ancho sombrero y una capa azul se encontró con un herrero y le pidió que herrase su caballo. El herrero, un tanto suspicaz, preguntó al jinete dónde había pasado la noche anterior; a lo que éste le mencionó lugares tan distantes que el herrero lo tomó por un mentiroso. Cuando el caballo estuvo herrado, el jinete montó y dijo "soy Odín" al asombrado herrero y se alejó velozmente. Al día siguiente tuvo lugar la batalla de Lena . Ésta es la última batalla en la cual los escandinavos atribuyeron su victoria a Odín.
En otra ocasión, Odín le pide consejos e indicaciones a Frigg, su esposa , preguntándole si sería sabio buscar la morada de Vafþrúðnir. Frigg le aconseja que no emprenda esta búsqueda diciéndole que Vafþrúðnir es un gigante extremadamente poderoso, el más poderoso que ella conoce. Sin embargo Odín no le hace caso.
Bajo el disfraz de Gágnraðr ("victoria"), llegar a la residencia de Vafþrúðnir, y suplica por la tradición de hospitalidad que debe ser proporcionada a los caminantes. Vafþrúðnir acepta y lo invita a que deambule por su morada pero sólo le dejaría partir con vida si demostraba ser más sabio que él. Entonces comienza un duelo de sabiduría sobre el pasado, el presente y el futuro del mundo.
El gigante contestó rápidamente a todas las preguntas, pero Gágnraðr (Odin) al final preguntó qué fue lo que el dios Odín susurró al oído de su hijo Balder en su pira funeraria. Vafþrúðnir, en este punto, reconoció la identidad de Odín, ya que una regla era que quien hacía una pregunta debía conocer la respuesta, y esta respuesta era conocida solamente por el propio dios. Así, el gigante perdió el duelo.
Sólo tú sabes eso, lo que tiempo atrás
dijiste en el oído de tu hijo
me condené cuando me atreví decir
qué destino tendrán los dioses,
y aposté mi sabiduría contra la de Odín
siempre el más sabio de todos