Como siempre a los dioses les gusta usarnos como si fuéramos sus juguetes, trataba desesperadamente de liberar a Afrodita de aquellas cadenas cuando un ataque me saca de balance evitando que pueda conseguir mi objetivo, el dolor a través de mi cuerpo es fuerte pero nunca como aquel al que fui sometido antes.
No me sorprende que el ataque de piscis no surta efecto y al contrario seamos nosotros los que padezcamos de su alcance, después de todo nos estaba esperando, más que mis heridas, empiezo a preocuparme de la herida que Dita tienen en la mano, que parece que empieza a reaccionar de manera extraña.
No se me permite poner demasiada atención cuando mi cuerpo es levantado en el aire, busco a mi alrededor y veo una taque de filosas espadas atravesar mi cuerpo, muerdo mi labio para evitar gritar, es una satisfacción que me niego a proporcionarle. pero su humillación no acaba, nos obliga a estar de rodillas ante esta poderosa energía. Siento la presión en mi mano, es la mano de Afrodita que ha buscado la mía, y le respondo a su agarre para mantenernos juntos, se que el sufre más que yo, puedo verlo através de sus ojos, sufre por mi y por él, mi odio hacía los dioses empieza a ser infinito.
Cada palabra dicha por ese ser que se jacta de su divinidad es solo veneno, aquella flama traicionera no me intimida, pero es a piscis a quien quiere lastimar, le veo rodearle para mostrar su fuerza, para después regresar ante mi, para mostrarme su superioridad, ofrece paz a costa del sacrificio de dos seres inocentes, y cada palabra que me dirige a mi son dagas en el corazón de Afrodita, puedo sentir su tristeza y desolación y como su mano quiere alejarse de la mia.
Dejo caer mi cabeza pensando en aquellas palabras
--Matar a Shura... entregar a Dita--
Mis ojos se clavan en el suelo frio, el cual esta cubierto de su sangre y la mía, mezclándose. Ya cometí una vez un error, un error que me costo perder a la persona que más he amado, fueron mis errores más que los deseos de un dios los que hicieron padecer a todos, los que me hicieron perderle para siempre, no quiero que pase de nuevo, giro mi vista solo para encontrarme con su semblante triste, no, no puedo hacerle eso, ni tampoco a Dohko ahora que es feliz al lado de Shura, sería destruirlo. Observo a Dita y su bello rostro aun maltratado por el poder de aquel ser desalmado, prometí protegerlo, prometí cuidarlo y cualquier precio es minimo para cumplir mi promesa. Levanto mi vista orgulloso ante aquella flama, aprieto la mano de Afrodita entre la mia
--Jamás te entregaré a Dita, no dejaré que sigas lastimandolo, lo protegeré y es precisamente lo que pienso hacer--
Estoy apunto de condenarme por la eternidad, ¿vale la pena sacrificarse por darle a Afrodita una vida libre y tranquila?, la respuesta es simple, definitivamente vale eso y más
Elevo mi cosmos para proteger a Dita
--No puedes saber de amor, porque tu no amas a nadie, Hefesos no puedes poner palabras en mi boca, porque... si lo amo... mi amor por él aún es joven, como una semilla emergiendo de la tierra, débil, pero decida, pero ahí esta pequeña, frágil, pero un día crecerá y si todo va bien se convertirá en un roble que resistirá cualquier cosa, por eso no te dejaré que lo toques, lo protegeré siempre--
Me levanto con dificultad, me coloco al frente de aquella llama, me interpongo para proteger con mi cuerpo a Dita. Es entonces que hago algo que juré no hacer, sonrió irónico, ahora lo entiendo, el lo sabía, me conoce bien, sabía que en algún momento iba a recurrir a esto, sabía que en algún punto entre los siglos necesitaría proteger a alguien, y que terminaría usándolo. Que bien me conoce, pero no hay alternativa, ya no importa nada mas que proteger a aquellos que amo, la esperanza de tener un poco de felicidad. Suspiro y sonrío convencido que es lo mejor y empiezo a concentrar mi energía creando un círculo a mi alrededor y de Afrodita. Cierro los ojos buscando en mi interior aquel sello que mi alma porta desde hace tiempo, dirijo mi cosmos a ese punto empezando a romperle, y en algun punto hago explotar mi cosmos al máximo liberando por fin aquel sello maldito. Puedo sentir las llamas del infierno liberarse desde lo más profundo, sustituyendo a mi energía creando un circulo de fuego protector, sostengo la mano de Dita para que no sufra daños mientras estás flamas queman todos aquellos artilugios del Dios reduciéndolos a cenizas, derritiendo el metal, matando cualquier fuerza maligna en nuestros cuerpos, liberándonos mientras las llamas danzan a nuestro alrededor
--Una vez me enfrente a Cronos, no tengo miedo de enfrentarme a otro dios ahora, lo haré para proteger lo que amo, lo haré para darle una vida feliz a Dita, para saber...-
Miro a Afrodita y le sonrio
--para saber si puede llegar a amarme algún día--
El poder recorre mi cuerpo, no me había atrevido a retar a los dioses pero esta vez es distinto, estñas llamas me dan poder
--protegeré a Afrodita con toda mi fuerza, así tenga que enfrentar al olimpo completo, no lo tocarán--
Invoco la fuerza de mi cosmos para crear una barrera impenetrable alrededor de piscis, beso su mano antes de soltarlo para hacer esa barrera impenetrable, con una mezcla de mi poder y las llamas del Hades
--Así que Hefesos-- doy un paso e invoco las flamas que rodean mis manos
--estoy listo para defenderlo y proteger todo lo que el ama--