Bar las delicisas de Dionisio (Juego de la verdad)

-UUUuuyyyy... me estoy mareando... -Se agarró a la mesa, y entonces de vio el pecho y los pies- anda! Yo no venía con ropa?- trató de buscarla miarndo a su alrededor, aunque desistió en seguida. Total, estaba tan cómodo...
-Yo quiero un refresco, por favor- le dijo al camarero. Por supuesto no se dió cuenta de que Dohko le quitaba la servilleta con el número del movil... el cabreo que se iba a agarrar con el pobre camarero...
-Bueno, siempre hay partes que saben mejor que otras, jijiji... uyyy que ciego voy.... esa!!!!! Oyeeeeeeeeeeeeee- llamó a la chica de los micrófonos y pidió esa canción, era vieja, pero divertida.
Le estaba dando la risa floja, y ya hacía un rato que había empezado a hacer tonterías. Se lo estaba pasando en grande. Abrazó a sus hermanos.
-Ay como os quiero... sois los mejores ¡Los mejores! 

Spoiler:

-NOoooooooOOOOoooo... de eso nada....- movía el dedo delante de su cara. Hacía ya un rato que había dejado de beber, justo cuando se dió cuenta de que su silla hablaba; pero aún le faltaba un buen rato para que se le bajara un poco la castaña- Seré bueno lo prometo... pero esque no tengo sueño- ponía voz de niño pequeño mientras lo decía, con un puchero en la cara, haciendo verdaderos esfuerzos por mantener esa cara. Duró poco, la risa invadió su cara enseguida.

Se sentó de nuevo en el regazo de Doho, con toda confianza; Mu tenía una cara como el cemento.
Cogió con las manos la cara de Saga:
-Soy capaz de hacerlo mucho mejor, sí- besó con dulzura la comisura de sus labios- Sobre todo en horizontal.
La naturaleza le estaba llamando, y él respondía.

La risita pícara de Mu por el comentario de Dhoko quedó ahogada por el beso de Saga, que aprovechó para meterle la lengua y juguetear con ella en su boca, a modo de anticipo...
El lemuriano llevaba una castaña considerable, pero consiguió ponerse en pie y coger de la mano a sus hermanos; tiraba de ellos con la misma fuerza que un niño pequeño -los lingotazos le habían dejado casi k.o.- entre risitas, intentando llevárselos al coche.... Bueno, al menos esperaba que alguno hubiese traído coche.

-A LA PLAYA!- Dijo alegre. Las luces de las farolas al pasar le mareaban un poco. Cada vez que el coche cogía una curva se caía sobre el asiento, y tenía que volver a recomponerse, sentandose en el hueco de enmedio del asiento de atrás, pero ni aun así, se acordó de que había cinturón de seguridad.
Canturreaba, pasando de canción en canción.
-Animate Dohko! para un día que no tienes al jefe encima!.le dió unas palmadas en el hombro mientras le hablaba.