Escucho sus palabras, haciendo de inmediato una sonrisa se curve en mis labios. Me recuesto a su lado, al momento que soy jalado por Camus. Mi sonrisa cada vez más acrecienta debido a sus palabras y acciones, solo sueños eran los que me veía en esta situación con Camus, pero esta vez no era un sueño, es la misma realidad. Permito que afloje los botones de mi camisa, devolviendo al instante una sonrisa cómplice. Con una mirada traviesa aflojo los botones de su camisa, me preguntaba como Camus siempre podía soportar todos los botones abrochados, era algo ahogante.
Me abrazo mas a su cuerpo, aferrando mis brazos a su cuello. Tenerle tan cerca, poder sentirlo, sentir su aroma, todo, estando con el. -¡Que alegría!- exclamo aun sonriente, y con mis brazos pegados a su cuerpo. -Estoy muy feliz, ya que se Camus también me ama... y el para mí lo es todo...- vocifere, con los ojos cerrados, no era tan común expresarme así, solo con mis amigos, y el la persona más querida para mi. Recordé en ese mismo instante la primera sonrisa que vi de Camus, desde que vi esa sonrisa, y observe sus ojos, me encantaron. No tenía palabras para describir aquello, me encantaba ver a Camus sonriente, aunque molesto u enojado en ocasiones, era igual, sus expresiones, siempre me gustaron, todo de el, incluso su forma de ser, una que oculta una parte de el y esta, que me demuestra todo su ser.
-Que hermosa realidad...- susurre más para mi mismo, aunque el me escucharía. Separo un poco mi rostro, para poder besar dulcemente su mejilla, acariciándola sutilmente con mi mano. Me sentía volar solo de estar a su lado, era un nuevo sentimiento para mi, muy desconocido a la vez, solo que ahora lo descubría, podía explorarlo y sentirlo. -Como eres Camus... Todo de ti, todo me gusta, siempre ha sido así...- acarició sus cabellos, haciendo a mis dedos jugar con los largos mechones de cabello. -Siempre se como eres...- susurro a su oído, mientras dejo a mi rostro descansar en su cuello -Por que no es necesario que cambies, siendo tu mismo ya eres quién yo más amo...- confieso de manera rápida, para besar nuevamente sus labios, con ello demostrando que lo dicho es verdad. Al mismo tiempo sin separar mis labios de los suyos, pierdo el equilibrio de mis manos, el cual sostenía mi cuerpo hasta ahora, cayendo encima de Camus -Perdona, me desequilibre...- pido con una sonrisa riendo un poco por la situación, aunque de manera algo despreocupada, sin levantarme de mi lugar manteniendome aun encima de Camus.