Templo de Libra

En el momento en el que recibió el mensaje de Saga se quedó helado, un escalofrió le subió por su espalda y se giró inmediatamente a mirar a Dohko. Joder, tan rápidos habían sido? ¿como? ¿tanto se encontraban en desventaja con el Hades?. El notar desaparecer el cosmos de Saga lo sorprendió todavía mas eso no es que pudiese significar muchas cosas, esperaba equivocarse. Siente la caricia de Dohko reconfortandole y se deja, acababa de volver, no podía ser que sus amigos se volvieran a separar.. verdad?

Por suerte asi fue, se equivocó, con ayuda de Dohko Saga llegó al templo. Aioros sonrió ampliamente y abrazó a Dohko casi arrollándolo y empotrandolo contra su armadura - realmente eres mi ídolo Dohko! - lo soltó después de mantenerlo así durante unos segundos y no tardó nada en acercarse a Saga mirándole las heridas - eh, como te encuentras? que ha ocurrido? - se mordió la lengua para no gritarle un "TE LO DIJE!".

Entonces comenzó a sentir el cosmos de alguien mas en la sala, Aioros se giró hacia la entrada y elevó el suyo de una forma fiera, el cosmos de Aioros llenó el lugar apocando las presencias espirituales de sus congéneres, era un mensaje muy claro, como un animal que eriza el pelo como preludio a un mordisco, un claro "Vete de aquí, no eres bien recibido".

En cuanto el cosmos del otro se fue Aioros volvió a bajarlo volviendo a girarse hacia ambos con una expresión seria - este no es un lugar seguro -

- Los dioses ya me dan igual - Esas eran unas palabras muy duras para aquel que había dado su vida por Atenea, y mas si contamos que era un caballero, un Santo que lo único que le permitía correctamente portar esa armadura era la fidelidad a Atenea, quizás el periodo que había pasado en el inframundo había sido mas duro de lo que el mismo había delatado. Su armadura perdió el brillo durante un instante amenazando con venirse abajo en el cuerpo de Aioros, pero después volvió a brillar reafirmándose como si aquello nunca hubiese pasado.

Se inclinó un poco hacia Saga - Hazle caso a tu madre - refiriéndose a Dohko. Después se rió y le pellizcó la mejilla - Igual lo que quiere es que le demos un beso como a la bella durmiente~ - pasó la mano por su mejilla y después le tapó la nariz, o se levantaba así o no se levantaría nunca.

- El santuario a dejado de ser seguro desde el momento en el que nos quedamos sin patriarca, hay demasiado camino por mucho que vayamos con nuestra velocidad, de un templo a otro, no tenemos provisiones en un lugar indicado, ni fuentes de agua potable, si nos atacasen en masa y tuviesemos que retroceder sería nuestro fin. Tenemos que organizarnos - le comentó seriamente a Dohko para despues echarse a Saga a la espalda como un saco de patatas se despertase o no. Se notaba que había dejado de sentirse comodo en el templo desde que apareció ese cosmos