Crystal corporation

La puerta sonó un par de veces con pequeños golpes. Iba vestido con un traje y unas gafas y seguido de un par de hombres que suponía que debían de ser sus guarda espaldas. Miró a su alrededor, el edificio entero apestaba de la misma forma, por ultimo se fijó en los hombres tras el, machotes, sacando musculo como si aquello le fuese a amedrentar. Sonrió un poco de medio lado hacia ellos divertido por sus muestras de hombría y fuerza bruta.

Lo mas fácil sería que ahora apareciesen miles de ángeles a su lado, y con o sin su ayuda lucharan contra el enemigo, pero las cosas así de sencillas no parecían agradarle al de allí arriba. odiaba eso del jefe.

Suspiró esperando a que le indicaran que entrase, de todas formas ya estaba desobedeciendo bastante solo con estar ahí ahora.

Entró en la habitación observando el lugar y tomó asiento viendo como la secretaría salía de la habitación despues de dejarle ya de paso algunas pilas de papeles. Aioros le sonrió a la muchacha con encanto y esperó a que abandonase la habitación - Dichoso fue el día que se me concedió este cuerpo - bromeó al respecto haciendo referencia a lo guapa que era.

- Llevo aquí 2 centurias, un café está bien, pero no importa - se colocó bien la chaqueta y despues se quitó las gafas jugando con las patillas entre sus manos -

- Hace tiempo que no nos vemos... desde la combustión de... bueno, ya sabes... de todos modos tambien pasó mucho tiempo que no nos vimos hasta entonces, podría ser mas a menudo, parece que solo nos reunimos para momentos tristes - el simbolo del arcangel Miguel apareció tras suya durante unos instantes, como una forma de presentarse formal entre ellos, despues de 1 par de segundos volvió a desaparecer - aunque no creo que sea posible, ya bastantes problemas debería tener con solo haber venido a verte.. aunque no parece molestarle mucho al de ahi arriba o ya me habría castigado -

- vengo a pedirte por ultima vez que no sigas con esto -

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