Privado número 3 - Shura & Aioria

Listo a la hora indicada esperaba a mi acompañante de esta noche, estaba ataviado en un traje negro y tenia ganas de encender un cigarrillo o algo mientras lo esperaba pero no era tarde, mas bien era yo el necio pero tenia que ser asi,

-Espero que todo salga bien y sea una noche serena

Suspiro mientras observo por una ventana que tal vez sera una noche fria.

Todavía no puedo creer que esté haciendo esto... Todavía me sigo preguntando por qué acepté venir. Como quiera que lo viera, si la esperanza que tenia mi corazón se cumplia algo muy malo sucederia, y si no pasaba justo lo que yo esperaba y me encontraba con otra persona, entonces seguramente le amargaria la noche y por la mañana me sentiria mas miserable que un reo a punto de ser ejecutado.

Suspiré pesadamente y antes de entrar al privado movi mi cuello para destensarme un poco. Fue una suerte no usar corbata y llevar la camisa abierta por el pecho, porque de lo contrario me sentiria ridiculo y acalorado.

Coloqué la mano sobre el portico, agaché la cabeza y abri la puerta; al penetrar la habitación y cerrarla con la espalda, un olor a loción para caballero me alertó que mi cita ya estaba en aquél sitio... Al levantar la mirada y observarlo ahí, la sangre abandonó mi cuerpo.

El sonido de la puerta cerrarse me alerto, voltee a verlo y me di cuenta que era Aioria, sonrei ampliamente y le observo sereno.

-Que bueno que llegaste, déjame decirte que te ves muy atractivo.

Estaba en lo correcto, Aioria... pero no me molestaba en absoluto de echo me parecía encantadora la cita.

O era mi imaginación o estaba como tenso, espero que no le moleste que este aqui, pero quise venir, si se pone peor le preguntare pero lo dejare asi por ahora.

comienzo poco a poco a caminar hacia el.

Mis labios ligeramente entre abiertos temblaban, mis ojos tomados por sorpresa no podían salir de su estupor, y mi corazón aunque se detuvo al primer momento, con la llegada de su sonrisa y aquellas amables palabras emprendió una marcha dolorosamente acelerada.

Intenté tranquilizarme, respirar, tragar saliva con normalidad y recuperarme de esta primera impresion, del flechazo cruel de cupido... Pero no pude hacerlo, no pude aceptarlo... No pude responder a ese gesto que tanto esperé todos estos días ni a esas palabras que han ocasionado este nerviosismo estupido en todo mi cuerpo.

Desvio la mirada y levanto la mano para pedirle un segundo. Le doy la espalda, abro la puerta y asomo la cabeza para revisar la tarjeta del otro lado: privado numero 3... Si, ese es uno de los que menciona la invitación.

Derrotado vuelvo a cerrar la puerta, esta vez menos pasmado, pero no por ello mas tranquilo.

No recuerdo si alguna vez estuvimos completamente solos, al menos sé que desde que me descubrí enamorado no lo hemos estado... ¡Esto es demasiado! No sé si podré!

Suspiro pesadamente y le encaro con el poco autocontrol que tengo.

No sé que decir... No sé qué hacer... Él parece amable y cándido, pero yo le odio, y sin embargo, le guardo otra clase de sentimiento muy en el fondo.

Sin embargo..

— Me alegra que seas tú... — Digo casi sin pensar, desviando otra vez la mirada. — No lo habria soportado si fuese Saga...

Me quedo muy sorprendido con lo que me dijo..pero no puedo hacer nada ni reclamar ni nada, solo le veo muy nervioso, asustado y no entendia bien su reaccion pero no puedo obligarlo a que me responda.

-como??, bueno no importa mejor ven y sientate si, puedes sentarte en lo que vienen a atendernos, no quiero que estes incomodo conmigo si no te gusta la cita o algo similar puedes irte o si quieres lo hago yo pero... yo quise venir, me gusta estar aqui pasar una buena velada tranquila y mas si estas tu.

Sonrio y espero su reaccion, ya se que soy un hombre detestable por muchos y que todos me odian pero eso no me importa solo quiero estar bien con todos y con el tambien.

Ante los ojos de Shura debo parecer un gato asustado.

Él y yo no hemos hablado de todo lo ocurrido en el Santuario, ni siquiera sé si lamenta haberme puesto en aquella dolorosa situación al arrebatarme el amor de mi hermano, o si puede con sólo mirarme leer la confusión que siento en mi corazón.

Quiero perdonarlo y hacer a un lado todo lo que siento, pero no puedo... No si me hiere con su amabilidad; sin embargo, aunque puedo tomarle la palabra y salir, debo aceptar que la idea de compartir esa cena con él es lo único que me importa desde que volvi a la vida.

Trago saliva con dificultad, y me despego de la puerta por primera vez en toda la noche.

Sus palabras aunque duelen, provocan pequeñas sacudidas de emoción en el fondo de mi estómago.

Suspiro y me dirijo hacia la mesa: los arreglos de esta y la tenue luz de las velas me revuelven el estómago, me ponen mucho mas nervioso y ansioso que el sabernos encerrados en una habitación tan pequeña.

Tomó la primera silla y me siento, recargando la espalda completamente en ella; tomando aire y soltándolo para apaciguarme un poco.

— ¿Está bien que cenes conmigo? — Inquiero de forma seca y seria, sin mirarlo realmente, pero entreteniendome al tocar un petalo de rosa en mis manos y aplastarlo sobre el puño cerrado. — ¿No deberias estar...? Ya sabes... — No me atrevo a decir su nombre, esa doloroso pensar que el corazón de Shura lo tiene esa otra persona persona.

Sorprendido y curioso pregunto ante su situacion de incomodidad y nerviosismo.

-No se que te provoco Aioria pero yo estoy bien, ahora responde, ¿no deberia estar...con quien? y por que te provoca tanta confusion?... ya se que tal vez deseabas a alguien mas pero estoy encantado con que tu estes aqui.

Sonrio y me siento frente a el para observarle con mas curiosidad.

-quieres que me vaya?...

Estaba encantado con estar aqui, este chico es mas atractivo viendolo mas cerca y tiene un aura curiosa y algo sencilla, me intriga pero quiero saber mas.

-quieres brindar conmigo?

Como la única luz de la habitación son las velas de la mesa, haberme quedado junto a la puerta me habría dado un poco más de espacio y seguridad refugiado por la tenue oscuridad; sin embargo, al verlo sentando frente a mi, con esa sonrisa de un modo mucho más nitido, lo único que puedo hacer es desviar la mirada hacia cualquier objeto de la mesa y fingir que no siento el tenue calor en la cara.

Bajo otras circunstancias esto no sucederia,pero él es el único culpable, él es la única persona capáz de lograrlo.

No resisto que me haga tantas preguntas... no quiero decirle por qué me turba o porque me siento tan cobarde.

— Nunca dije que te fueras... — Estoy aquí sentado ¿no es cierto? Estoy intentando hacerle además de todo, la conversación. Exhalo pesadamente, mientras mi mano retira de la frente un par de mechones castaños, nerviosamente. — Simplemnte no esperaba que fueses tu, y me tomó por sorpresa. Es todo.. — Siento mucho calor y la habitación hacerse más pequeña mientras estamos el uno frente a el otro.

Mis ojos intentan huir, pero todo lo que hacen es ir y venir desde la mesa, hasta mis dedos, hasta las facciones de aquél. Mirarlo demasiado me hará perder el control, y me hará querer hacer y decir cosas que debo enterrar.

Hasta la propuesta de brindar no me habia dado cuenta que mis labios estaban secos, y aunque no me interesa el hecho de chocar nuestras copas con un deseo ferviente, si quiero que algo me ayude a hacer saliva.

— ¿Cuál seria el motivo para brindar? — Inquiero todavia serio, tomando una copa de cristal.

-El motivo es que estas aqui conmigo, que estoy encantado de cenar contigo este dia y que no me molesta en absoluto porque eres una compañia encantadora y que quiero disfrutar esta velada contigo

Sonrio para tomar mi copa

-Brindo por ti, para que sea el inicio de una buena velada y que podeamos pasarla bien, para que dejes de estar tan tenso porque puedo sentirte, no muerdo.

Iba a reir pero no era correcto, soy un caballero y me gusta estar aqui.

-Por ti Aioria y por mi

Tomo la copa de cristal y la botella de licor para servir primero mi copa y posteriormente la suya... No fue mi intensión hacerla de mesero, pero a como veo las cosas en un ambiente tan intimo y privado, esto ha sido diseñado para no romper la atmosfera mágica del entorno con ninguna entrada inoportuna.

Mi ceño se frunce más y mis labios realizan una mueca de desagrado mientras termino de servir. Al finalizar completamente, abandono la botella a un costado de la mesa y le escucho sin realmente evitar seguirme poniendo tenso.

No sé si lo dice enserio, si sólo quiere ser amable o si intenta caerme bien. Shura no está logrando ninguna de las tres cosas, y francamente no sé como podría hacerlo, tal vez el problema soy yo.

Apenas él ha terminado de hablar yo ya me encuentro de pie, dando un manotazo sobre la mesa.

— Te pido no lo vuelvas a repetir. — Le amenazo de forma brusca. — No puedes venir y decirme esas cosas sin saber que tú... ¡Agh!— Exasperado, comienzo a caminar lejos de la mesa, ideando la forma de tranquilizarme, pero no puedo... Y no quiero que Shura se vaya.

¡Cielos, Aioria! ¡estas comenzando a parecerte a Saga!

— Escucha...— Intento explicarle, mediando paz entre los dos, aunque él francamente no me ha hecho nada. — No puedes pedirme que no esté tenso si estoy aquí encerrado contigo... Nunca lo entenderias... — Vuelvo a sentarme, escurriendome en la silla con la nuca sobre el respaldo y la nariz enfilada hacia el techo. Mis dedos diestros golpean suavemente la frente en busca de aliviar una amenazante jaqueca. — Simplemente bebamos ¿quieres? — Tomo la copa entre mis dedos y la choco distraidamente contra la suya. — Por ti, por mi y por esta "magnifica" noche...

Muy serio le observó y sólo atino a mirarlo mientras hace todo eso...

-Aioria... Puedo saber que pasa contigo? Si tanto estas tenso eres libre de irte pero ya te dije que no tengo problemas contigo, pero tu si.

Dejo la copa en la mesa

-no estoy enojado pero si tensó... No puedo estar aquí ni....mimarte si tu no cooperas

Todavía desparramado en la silla, levanté de la mesa la copa que acababa de chocar con la de Shura, y la puse a la altura de mi barbilla con la intensión de beber. Tenía la bosa seca, y lo mejor para refrescarla habría sido algo más ligero que no me hiciera perder el juicio después; sin embargo, decidi que necesitaba mojerma la boca antes de continuar.

Menee la copa y escuché el cambio que Shura añadió en su voz tras hablarme.

Rodé los ojos, me enderecé correctamente en la silla y bebí el licor hasta darle fin. Al terminar, tomé por segunda vez la botella....

— Brindemos entonces por esta maldita tensión—. Por primera vez en la noche sonreí, aunque el gesto en vez de ser amable o divertido, era sárcastico y burlón. Vacié el licor en la copa y le di fin tan rapido que parece un intento desesperado por ahogar mis emociones y pensamientos, mas que un acto de apagar la sed. — Háblame de ti, el orgulloso caballero de Capricornio... el más leal a Athena.. — Me reí sobre la ya cuarta copa de vino antes de tragarla por entero. — Imagino la has pasado bastante bien con esta nueva oportunidad para vivir, ¿no es así?

-Si Aioria la paso muy bien vivo, igual que tu igual que como debes estar tu, pero si hubiese sabido que me reclamarias vendria en otro plan contigo y no lo traje, solo espero que lo encuentres, no me ire porque ante todo soy un caballero y quiero pasarla bien contigo, pero si tu no me quieres aqui pues no te puedo obligar a nada.

Suspiro

-queria conversar contigo, platicar, brindar, cenar y bueno... estas bebiendo a pasos agigantados, por ello.

Me levanto de la mesa y dejo la servilleta en ella.

-te dejo 5 minutos a solas, regreso, ire a fumar un cigarrillo y mientras piensa que quieres hacer, no te abandonare solo ire a tomar aire en lo que piensas.

Sonrei a sus ojos y sali de la habitacion

¿Disfrutando la vida igual que yo? ¿Realmente estas seguro de eso?

Mientras tú puedes sonreír y aparentar que no pasa nada, yo debo tragarme este veneno con el licor y moderar las ganas de matarte.

Mi mano izquierda se apretó con fuerza, la derecha moderó la intensidad para no romper la copa de cristal.

Su respuesta siguiente la ignoro volviendo a beber. No lo quiero escuchar, ni quiero pensar en esas cosas que provoca en mi solamente con mirarme y hacer alguno de sus amables ademanes. Le observo, pero finjo no prestarle el más leve interés.

-te dejo 5 minutos a solas, regreso, ire a fumar un cigarrillo y mientras piensa que quieres hacer, no te abandonare solo ire a tomar aire en lo que piensas.

Desvío la mirada por encima de mi hombro, aunque lo que más deseo es pedirle que no se vaya, simplemente lo dejo que se aleje.

— Huye como lo que eres, Shura... como un vil cobarde... — Murmuro dejando la copa sobre la mesa tras escuchar el sonido de la puerta.

Sé perfectamente que todo esto ha sido culpa mía, y que habría podido resolver la situación incómoda poniéndome sincero con él; sin embargo, respirar un poco tal vez es lo que ambos necesitamos. Yo aún tengo otras citas pendientes y si son igual de mortíferas que estas no creo poder soportarlas.

Finalmente me levanto de la silla y me dirijo a la puerta: tal vez después regrese... No estoy muy seguro. Quizá lo mejor es dejar que el muro entre nosotros continúe haciéndose más grande para no forjar esperanzas nulas en el fondo de mi corazón.

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Continua en el privado 12

Acomodo un poco mi persona mientras regreso con ese leoncito que me tiene en ascuas, no se que quiera de mi pero no pretendo dejar que siga como va... yo soy Shura y no dejo que nadie se burle de mi.

Entro y para mi sorpresa no esta, no se a donde ha ido pero tengo que serenarme y esperarle, tiene que decirme la verdad...toda

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No reparé en mi aspecto personal mientras abandonaba la habitación que había compartido con Shaka. Su presencia, su compañía y el intercambio que tuvimos durante aquellos breves momentos, me sirvió para bajar un poco mi estres y la tensión que fluía por mis venas y que había sido reacción de mis encuentros con Shura y Saga.

Caminé por el pasillo lentamente hasta que decidí que no podía esperar más para verlo a él; apreté el paso y me detuve junto a la puerta respirando con dificultad mientras intentaba acomodar las palabras y las ideas dentro de mi cabeza. Tomé la manija, exhalé y finalmente la abrí sin ningún miramiento; me adentré en el privado tras tomar una bocanada de aire y guardarla en mis pulmones para no abrir la boca y decir alguna estupidez.

Shura ya estaba dentro, aunque su expresión era diferente; ya no se notaba tan amable como hacia media hora... Tal vez porque le había hecho esperar demasiado.

¿Cuanto llevaba él ahí?

Le miré en silencio, y aunque mis ojos intentaban huir a los suyos, realicé esfuerzos sobre humanos por aminorar la revolución que sentía dentro de mi pecho; sabía que mis pupilas querían correr de aquél contacto porque delatarían mis sentimientos, pero en lo que concierne a mi, ya no me interesa escapar escapar de ellos.

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La puerta se abre y solo volteo a verle... le veia serio pues a mi no me hace esperar nadie pero... tenia la mirada algo asustada o no se, solo que mejor fui sonriendole poco a poco.

Me voltee y le observo sereno, sonriente y extiendo mi mano

-Que bueno que volviste, pense que no regresarias y que me habias dejado aqui ya, pero esperaba volver a verte, pasara contigo esta noche sera un buen recuerdo para ambos no crees?

Camino hasta llegar frente a el y tomo su mano para depositar un beso en ella.

Con cada uno de sus pasos mi corazón se detiene y se acelera al mismo tiempo, y es tal su inestabilidad que duele en el pecho... Me dan ganas de salir corriendo y escapar, pero no lo hago.

— Nu-nunca... — El nerviosismo atorado en mi garganta me obliga a carraspear y detener la oración que quería responder. Iba a continuar cuando su mano toma la mía, produciendo un choque parecido al de dos galaxias en el fondo de mi estómago.

Mi pierna derecha retrocede, pero mi extremidad se queda capturada por la suya y por el toque repentino de sus labios en ella, que suben la sangre de golpe hasta mis mejillas... Casi puedo sentir mis orejas zumbando como el sonido de una tetera hirviendo.

Trago saliva con dificultad... y a cada latido siento que no puedo más: mi mano apresada por sus labios cobra vida, y toma la muñeca de Shura posesiva mente, sin la intensión de lastimar; mi mano contraria toma aquél níveo mentón y lo levanta en mi dirección, atraiéndolo; mis labios enrojecidos, ansiosos y hambrientos se lanzan en picada al objeto de mi deseo... y nublado como estoy entre el torrente de emociones que él me provoca, finalmente lo beso en los labios sin el menor reparo.

Me han...robado un beso

Correspondo sin dudar aquel gesto que con sus labios da a los mios y aunque al principio me sorprendió de sobremanera poco a poco voy atrapándolo entre mis brazos haciendo de este beso necesitado...

Me separo milímetros y susurro frente a sus labios...

-Acabas de darme una sorpresa enorme...¿por que?

Le abrazo de nuevo y voy a sus labios, le recargo en una de las paredes mientras sigo comiendomelo...

-Acabas de darme una sorpresa enorme...¿por que?

«Porque te amo, idiota...»

Debería sentirme molesto y hasta cierto punto ofendido ante su pregunta, pero creo que le he dado tantos señales equivocadas con la esperanza de ser ignorado totalmente (por las mismas razones que dijo Shaka), que era normal si Shura ni siquiera se lo esperara.

Él debe pensar que lo odio, y realmente yo creía que así era, hasta que me di cuenta de la verdad.

No puedo decir realmente cuanto tiempo esperé que él me mirara de otra forma, y no sólo como el hermano de Aioros...

Yo realmente quiero decírselo todo, pero no sé si está noche podré hacerlo, e intentar cambiar mi relación odio-amor con él.

Sus besos son feroces y desenfrenados, los míos son hambrientos y apasionados; los labios se abren y se aprietan, y los dientes mordisquean la carnosidad para dar paso a la lengua que saborea el contorno sonrosado e hinchado de su boca, hasta colarse en la cavidad. Mis brazos se han enredado de su cuello, permitiendo a mis dedos perderse entre sus cabellos negros, mientras mi espalda se recarga completamente en la pared.

Un gemido suave procede entre aquella caricia labial, mientras me veo acorralado entre la pared y Shura, y el calor que siento cercano al ombligo y que me sube hasta la cabeza.

Mis manos dejan de perderse entre su cabellera azabache, para deslizarse desde el cuello hasta los pectorales delineados que quiero palpar... Realmente quiero perderme entre ellos y todo el resto de su cuerpo, pero mis labios se deslizan desde los de Shura, con besos en dirección al oído, donde mi lengua deja una húmeda caricia...

Aioria de verdad esta encendido y no soy el culpable...rayos pero bueno, algo de aqui saldra porque me esta calentando de sobre manera, este gatito si que sabe como alterarme.

Me separo milimetros de sus labios para morder su labio inferior y susurrarle.

-wow... me has echo muy feliz sabes..por tu culpa estoy muy...muy...prendido pero veo que no llegaste en cero y estoy algo celoso porque no fui yo...asi no te deje

Sonrio y lamo mis labios frente a el.

-Aioria...que quieres que haga contigo?

De nuevo y sin dejarle responder aun vuelvo a su boca con ayuda de mi lengua para darle besos mas intensos...mas pasionales

El calor subió hasta mis mejillas cuando pude leer el claro deseo en sus ojos... Y estaba yo con él, era yo quien estaba siendo el reflejo de ellos; no Aioros, no Saga, no Afrodita... Era yo Aioria quien le interesaba a él en ese momento. Era el toque de mis manos y mis besos lo que le hacian reaccionar así y él me lo acababa de decir.

Tardé un poco en asimilarlo, pero tardé un poco más en nublar mis pensamientos para no pensar en las razones por las que no debía dejarme llevar y en las personas a quienes podría lastimar.

Le oí incitarme con aquella voz rasposa cegada por el deseo, y pensé: quiero que me hagas todo.

Él era un torbellino que me arrastraba con sus besos y me hacia sentir todas las cosas que yo siempre desee.

Jadeé sin poder evitarlo cuando él arremetió contra mis labios, y yo tiré de él para pegarlo contra mi cuerpo y no dejarle escapar; aunque realment era yo quien estaba amarrado por sus besos, la pared y aquél cuerpo candente...

Yo realmente lo amo, mucho... Tal vez demasiado.

Mi pierna se enredó sobre su cuerpo, en la cadera para friccionar mi hombría contra la suya mientras un mordisco en su labio acallaba un gemido involuntario.

Enseguida pensé: Shaka me dejó así, Shaka me arrastró aquí...

Estaba perdiendo el control pero es que asi era... estaba frotandose contra mi y me estaba encendiendo mucho, gemi un poco y queria que lo hiciera el tambien, amo cuando eso pasa, solo deseo que...no me quite la ropa o me vea el cuello... no lo dejare.

-Estas...muy necesitado de atencion gatito...

Mi mano se colo a su pantalon y comienzo a estimularle, mordia sus labios, besaba con delite cada parte de el...ataco su cuello y dejo que se pierda en mi ser, esta pose me encanta porque puedo aprovecharme todo de quien estoy, dejo que me abrace,

-vamos..coopera

Demasiado alcohol en el cuerpo pero ¿cómo no beber si era de mala educación no hacerlo? Sintió que todo le daba vueltas y eso era pésima señal. Ir con Shion - la única cita que le quedaba en ese instante - era como si un animalillo se ofreciera para e sacrificio. ¡No podía verle así!

La siguiente opción era entrar en la primera estancia que encontrara e intentar regresar al Santuario, y eso hizo. Entró como si nada en la puerta 3 y rió por lo cobarde que estaba siendo. ¡De nuevo huía! Su risa se vio corta cuando encontró la escena subida de tono.

Sus mejillas y orejas ardieron por el recuerdo de lo vivido en su reciente cita.

— ¡Lo lamento! — se obligó a voltear pero no lo consiguió.

Hipó y acabó en otro punto de la estancia. En la teletransportación perdió el equilibrio y acabó sentado sobre sus rodillas en el suelo, mirando a éste, como si fuera la primera vez que contemplaba el suelo.

— Esto no es bueno... — sonrió bobalicón — Que suelo más bonito... quiero uno así para la Torre pero ahora — comenzó con la verborrea sin sentido —, tendría que pedirle permiso a Shion. — hipo y los vasos levitaron — A él no le gustará; es demasiado serio...

Siguió hablando, cada vez más bajo.