Mientras lo sigo con la bandeja de té, me pongo a pensar que es un poco extraña su actitud. No actua sospechoso, ni con sigilo, pero si parece emocionado por algún suceso que todavía no entiendo. Y aunque quiero preguntarle directamente qué le pasa, por primera vez me trago mi curiosidad y simplemente lo sigo.
Me distraígo un poco al notar que el camino a seguir no es el mismo de siempre, y justo cuando finalmente voy a preguntarle a dónde vamos; él se detiene, me sonríe y lo que veo después de este gesto me deja sin palabras o movimientos.
El paraje ante nosotros es de un verde brillante, túpido por pigmentos rosa pálido, con olor dulce; la lluvia de los pétalos y flores a nuestro al rededor es producto de dos árboles solitarios en medio del jardín.
Mi boca está medio abierta mientras distraídamente camino tras Shaka. Sé que al entrar he cerrado la puerta con un empujón, pero me he perdido tanto en la majestuocidad del sitio, que sólo al mirar a mi compañero sentado en la cama de cojines, puedo despejarme.
No tenía ni la menor idea que Virgo pudiese poseer un sitio como este.
Finalmente me doy cuenta que la razón por la que lo sentía "sospechoso" era está sorpresa... Y eso me hace feliz... Muy feliz. Él siempre piensa en mi bienestar, y hace cualquier cosa para que yo olvide mi vida tras las cuatro paredes de virgo.
Me pongo de rodillas delante de Shaka, dejando la bandeja de té donde el contenido no pueda caerse por accidente, he intento decir un montón de cosas que me vienen a la cabeza; sin embargo, ninguna logra salir correctamente de mi boca..
Y no sé qué hacer... Quiero hablar, pero no puedo. Comienzo a sentirme ridiculo en esta posición. Inclino mi cuerpo y apoyo la frente sobre su hombro sin decir nada más, gritando un gracias con todas mis fuerzas desde el fondo de mi corazón. Mis manos buscan las suyas en silencio, las toman y las llevan hasta mis labios... No sé, nunca creí sentir el deseo o la necesidad de besar las manos de alguien, pero habiendo preparado esta sorpresa y con las palabras atoradas en mi garganta esto es lo más que se me ocurre. Mis labios pasan por sus dedos, por la palma extendida, por el dorso, las muñecas y.... En ese momento noto una marca rojiza sobre su piel nívea, la toco con los dedos suavemente sin la intensión de lastimarle dándome cuenta que se trata de una quemadura; mi lengua sale de su resguardo y pasa cariñosamente por el área afectada. Al terminar le doy un beso sobre la piel rojiza, y levanto mis ojos hacia a él para sonreírle, pero me doy cuenta que estoy un poco agitado y ansioso... Sospecho que fue debido a mi comportamiento reciente. Nunca había besado o lamido la piel de otra persona, y si, he tocado la piel de Shaka en muchas ocasiones, pero nunca me había sentido alterado.
Suavemente me separo y me retiro de la alfombra de cojines dándole la espalda. Me siento abochornado, y creo incluso que debería marcharme, pero siendo él quien ha dispuesto esta sorpresa no tengo el valor de hacerlo.
Sonrio suavmente aunque él no puede notarlo, y comienzo a quitarme las botas de entrenamiento para acompañarlo en los cojines.