Cena para dos (Shura, Camus) TERMINADO

Para el templo de Acuario han sido dispuestas a mi cargo cinco doncellas: dos de aseo, una para la comida, otra para las compras y la última encargada de atenderme personalmente; la gente suele denominarla como ama de llaves, aunque yo he de admitir que conmigo no ocupa dicho cargo, Natalya es de toda mi confianza ya que es atenta, educada y gusta de aprender tras pedirme algunos libros prestados.

Debido a la confianza que siento con ella le pedi me dejara disponer esa noche de mi templo para preparar algo a mi vecino de Capricornio. Pocas personas en el mundo pueden sentirse afortunadas por tener mi atención, pero él es diferente en muchos modos, y nunca podría compararlo con Milo de ninguna forma; simplemente creí que seria correcto hacer la cena con mis propias manos e invitar a Shura a pasar una agradable velada, después de todo hace mucho que no hablamos; yo recien he vuelto de un largo viaje y quiero saber como está, qué ha hecho y ¿por qué no? Alimentar un poco el ego de amigo para saber si ha extrañado mis consejos.

Espero que no demore... Él sabe que me gusta la puntualidad.

Tengo que subir un poco pero no lo lamento, es mi mejor amigo Camus que ha regresado y que quiero que me cuente todo lo que ha pasado en su ausencia, yo me la he pasado bien como es natural, pero son sus regaños o consejos que a veces no tomo otros si, pues salen las cosas distintas.

Llego a la entrada, enciendo mi cosmos a pesar que no traigo armadura si no una forma de vestir casual, jean, camiseta y saco, para darle un toque, traigo conmigo un vino español que a camus gusta con algunos aperitivos.

-Camus?

Doy los últimos detalles a la vista de la mesa, el mantel blanco sobre la superficie lisa de madera, en la que descansan los cubiertos de plata, los platos de porcelana y las servilletas de tela; en el centro he dispuesto el recipiente métalico con tapa que abriré como sorpresa cuando vayamos a inciar la cena; el par de copas de vidrio y un pequeño arreglo floral silvestre para aromatizar la habitación.

Finalmente siento su arrivo al onceavo templo, así que pausadamente me dirijo hacia la entrada para darle la bienvenida.

— Justo a tiempo, Shura.— Le digo a modo de bienvenida, con un suave y apenas perceptible gesto de labios cual sonrisa, una vez que nos encontramos de frente.

Me dirijo hacia él y palmeo su hombro como si fuese un abrazo, aunque realmente no lo es.

—Tiempo sin vernos amigo. Gracias por aceptar mi invitación.

Viene a recibirme y solo puedo sonreir, correspondo su gesto y entrego un presente.

-Te traje vino español, se que te gusta un poco, ademas no podia llegar con las manos vacias y menos si se trata de mi mejor amigo, huele delicioso todo el templo, eso quiere decir que me quieres mucho y sere algo asi como la estrella.

Rio un poco

-Perdoname, sabes como soy pero agradezco de corazon que me hayas invitado, convivir contigo es un privilegio que si mal no recuerdo tengo un poco mas yo que tu mismo discipulo.

Si, realmente me gusta el vino español, aunque como buen francés que soy, al igual que Luis XIV reconozco que el mejor es el de Hungria.

Aceptando la botella, le hago una seña para que entre totalmente al templo y engacho su brazo con el mio para llevarlo hasta donde se encuentra dispuesta nuestra mesa. Sus palabras me hacen sonreir y menear la cabeza suavemente.

Es cierto, lo conozco, y sé que su arrogancia no tiene límites, pero igual me agrada; supongo que es una finidad nata entre Francia y España.

—Por supuesto que te tengo mas consideraciones que a Hyoga, mi buen amigo; él es ahora una persona adulta y no me necesita; tú, sin embargo, aún estas verde.— Tras terminar de hablar me obligo a colocar la mano con la botella sobre mis labios para apagar un poco el sonido gracioso que ha procedido de ella.

Cuando llegamos al ala del comedor suelto su brazo y me dirijo a poner la botella sobre una cubeta con hielo (no sin antes enfriarla un poco mas con mi mano). Avanzo hasta el sitio que reservé para Shura y le indico que puede tomar asiento jalando la silla hacia atras.

—No suelo cocinar para nadie, ni siquiera para Milo, así que agradeceme el gesto. Por cierto, ¿Cómo has estado?

-Gracias amigo aunque es raro que te vea haciendo gestos como este.

Sonrio cordial ante su gesto y me siento comodamente.

-De todos modos, si ni Milo ha visto esto me siento especial -rio un poco-

Espero a que se siente

-Pues muy bien, la vida de pareja creo que me sienta mejor de lo que hubiese esperado, ya sabes lo que decia siempre, que eso no era para mi o que no estoy destinado a ello, sin embargo miranos a ambos, cada uno con historias diversas, tu que tienes que decir?

No respondi ante su comentario de mi gesto.

No hacerlo frente a otros no quiere decir que no sé como hacerlo o en qué ocasiones no está demás mostrarlo. Hoy estoy feliz porque Shura y yo finalmente nos pudimos reunir a hablar después de varios meses de ausencia, asi que no puedo evitarlo; sin embargo, tal vez tenga razón y debo moderarme un poco.

Le acerqué la silla a la mesa y yo tomé la otra a su lado, escuchándole y asintiendo mientras él hablaba.

—No puedo decir que comprendo a lo que te refieres, porque nunca he llegado a ese nivel de compaginación con alguien.— Empleo la respuesta con un tono serio mientras dispongo las copas para servir el vino español.

Mis gustos son muy delicados y no creo encontrar nunca quien pueda saciar mis necidades (si es que realmente llega a encontarlas). La verdad tampoco es un tema que me quite el sueño

—Me alegra que ustedes dos sean felices y que encontraran en sus defectos piezas para acoldarse.—abrí la botella y serví el contenido. —Creo que extrañaré un poco nuestras tardes y noches de mutua solteria, pero compadeceré a Afrodita por tener que tolerarte... Así que brindaré por él y su olimpica paciencia.

No puedo evitar reir ante su comentario, solo opto por serenarme.

-Vamos Camus tan malo soy? ademas no dejemos atras esas noches, aun somos amigos, eres mi mejor amigo, no quiero que te pongas celoso por el, asi que deja eso y somos los mismos hermanos.

Sonrio y le observo con detenimiento

-Osea que... nunca has besado a nadie??? ni a Milo??? pero yo crei que si, con eso que se cuentan muchas cosas.....

Debi callar, se suponia era secreto... maldita sea no se guardar eso...

Tomé la copa y se la pasé a Shura para que bebiera conmigo, yo tomé la otra entre mis dedos y la balanceé sobre la palma extendida de mi mano.

Disimulé reírme escondiendo mis gestos tras el oscuro color del vino, y pensé en lo mucho que había extrañado a Shura y sus comentarios pocos sutiles.

Consideré responderle a pesar de lo mucho que detestaba hablar de mi vida privada.

— Por su puesto que lo he hecho, no soy un mojigato.— Finjí ofenderme, alzando la ceja y poniéndome muy serio. —He tenido encuentros ocasionales con ciertas personas, aunque lastimosamente se me escapó una...— Mi tono se vuelve un poco sugerente.

Por supuesto que no estoy interesado románticamente en Shura, y no niego que incluso me habría gustado probarlo un poco, pero hacerselo saber directamente podría subirle el ego.

—En cuanto a Milo, él y yo no tenemos nada mas allá de una amistad en la que han surgido ciertas cosas, pero nada serio que rebase esos limites, y justo a eso me refiero. No tengo interés en una relación estable como la tuya—. Le extendi la copa para que aceptara chocarla conmigo después. —¿Por qué quieres brindar, Shura?

-Brindemos porque al fin pudimos reunirnos una vez mas, - rei un poco- y porque estoy haciendo que confieses muchas cosas Camus.

Bebi y le sonrio

-Lo digo porque tu no hablas amigo, y eso que somos mejores amigos, casi hermanos, y no se mucho, y obvio no eres un mojigato eres un hombre, con gustos raros pero lo eres, aunque bueno no voy a preguntar de mas porque se que no me diras nada, la genialidad que tienes frente a ti puede enseñarte mucho si tu quieres, para que sepas tratar a un hombre y enloquezca por ti.

Acepté el motivo de nuestro de brindis uniendo mi copa a la suya, provocando un suave agudo entre el cristal. Me llevé el recipiente a los labios y bebí aquél español licor con un ligero sorbo, sin perder detalle a las palabras de Shura.

Claro, yo también celebraba que hubieramos creado un lazo como este, aunque nuestra personalidad es un poco opuesta. Sonreí un poco, y oculté el gesto al beber nuevamente.

—Me lo pensaré, amigo, puede que necesite el consejo de un gran conquistador como tú—. Ironicé, levantándome de la silla y yendo hacia el centro de la mesa para comenzar a servir la comida en los platos que ocupaban nuestros lugares. —Mientras tanto, ¿qué te parece si comenzamos a comer? Elegí un menú mediterráneo para esta noche. Por cierto, Shura, ¿a parte de Afrodita has salido con alguien más?

Estaba muy sereno y alegre cuando... me lanza aquella pregunta, que me hizo estrujar un poco el corazon, deje la copa en la mesa y mi mirada bajo en tono triste.

-Yo, si, con Dohko hace tiempo, despues de Dita se fue, estuve solo y devastado cuando te busque y creo te habias ido de mision Camus, pase algo muy denso, pero si con él, y con Aiacos, con Syd de asgard...pero eso es del pasado.

juego con mis dedos en la mesa

Fue obvio el modo en que cambió de tono y expresión corporal, haciéndome arquear una ceja mientras servía la cena.

Sus palabras y la tristeza impregnada en ellas no escaparon a mis oídos, e intenté imaginarme a Shura envuelto en esos amorios, llegando a la conclusión de que definitivamente Afrodita era la mejor opción. Por lo menos se habían arreglado después de todo.

—¿Syd de Asgard?— No pude evitar el tono al emplear esa pregunta. Mi concepto de ellos era reservado, pero Shura es mi amigo no dudé en hacerselo saber: —Que delicia...— Le pasé el plato y me acomodé de nuevo en mi lugar con mi porción de cena. —Aqui entre nos, me gustan esos tipos con cuerpos de dioses nórdicos... Son apetecibles.— Crei que tal vez esa respuesta le incomodaria, sobre todo porque no es el tipo de comentarios que suelo emplear; pero estamos en confianza ¿no es asi? —¿Entonces... Afrodita y tú estan bien? ¿Se reconciliaron bien, no es cierto?

Sentados ya uno frente al otro solo opto por decir.

-Si verdad, pero eso Camus - realzo la mirada a la suya- fuie hace mucho, no te niego que Syd era lo que le protege... un tigre, que me hacia muchas cosas, tenia un cuerpo espectacular que me volvia loco, fue cuando mi mania por el sexo, los hombres y mi libido incontrolable salio, pero eso un dia se acabo, todos en aquel momento terminaron por dejarme, luego de Syd llego Dohko hasta que se fue tambien.

tomo de mi copa un sorbo para despues tomar mi tenedor y llevar un poco a mi boca.

-Esta delicioso Camus, -termino el bocado- pues cuando Dita desaparecio y no regresaba lo culpe por mi transformación, lo odiaba segun yo, pero me odie a mi mismo de decir eso cuando sabia a la perfeccion que lo amaba como a nadie, que seguia enamorado de él aunque dijera que libra era mi todo, porque asi lo crei pero me estaba engañando a mi mismo nada mas.  Ahora... volvio y estoy vivo de nuevo aunque... tengo que pelear con mis fallos nacidos como mi libido, pero el me da muchas cosas que me hacen olvidar que estoy asi, soy suyo Camus, solo de Él, si se pudiera diria que soy mas Shura de piscis porque le pertenezco a el nada mas.

No podía probar bocado antes que mi invitado de honor, era una falta que como anfitrión no me permitiria. Le escuché con atención, mirando de nuevo aquellos cambios en sus movimientos y expresiones que no delaban alguna mentira.

Cuando finalmente comió y me transmitió su halago, realicé una reverencia cortesana con la mano y me preparé a acompañarle con la cena, llevando un bocado pequeño a mi boca.

Sus palabras me hicieron pensar en la necesidad de tener a alguien en mi vida, así como Shura formaba parte en la de Afrodita; el como se complementaban y entendian, aceptándose con sus virtudes y defectos por igual.

Sobre el asiento me moví a un lado para tener el espacio que la mesa me robaba, y cruzar la pierna, con la copa de vino sobre la palma de mi mano, meneándola para que el sabor se combinara y el olor viajara hasta mi fosa nasal.

—Me siento feliz por ti, amigo, y por él. Es un alivio que mis dos vecinos se lleven tan bien, o no me imaginaria en medio de una batalla campal entre ustedes.— Bromeé sutilmente. —Y que además de eso, lograran sobre llevar sus defectos.— Sonreí vagamente, cerrando los ojos.— Uno lee en los libros de lo que se trata y cree entender completamente a lo que el autor se refiere, pero no es hasta conocer a alguien enamorado como tú que puedo apreciar realmente su significado.

-Gracias amigo, ojala que puedas ser feliz con alguien, espero que sea quien sea lo seas, te dire que siempre pense en Milo contigo pero ya no se.

Como otro bocado y digo

-Tu expresion acerca de los guerreros de asgard me dice que te gusto alguno o que tuviste que ver con alguien algo, yo... no lo se, pero cuando los vi no estaban nada mal.

cenar con tu mejor amigo es algo muy emocionante salen a flote comentarios o confesiones hermosas y que se valoran mucho

Al sentir el tono melancólico en mi voz, me vi forzado a reprenderme mentalmente por haber caído en la ensoñación provocada por Shura.

Imagino que muy dentro de mí anhelo tener quien me espere por las noches y comparta mi lecho no sólo con pasión, sino con esa clase de amor; que sienta necesidad por estar a mi lado, por escuchar mi voz, y por crear una gama de recuerdos que después podamos compartir en la cena...

No me había puesto a pensar en eso, ni mucho menos, a sentir interés por ello.

Cerré mis ojos para no dejarme vencer por la melancolia, dejando sin querer la cena para dedicarme al vino español.

La mensión de Milo atrajo a mis labios un gesto suave.

—Yo también lo pensé. Cuando solíamos ser jovenes llegué a pensar que nuestra amistad de niños desencadenaria esa clase de sentimientos; sin embargo, creo que al igual que contigo no podria rebasar esa línea sin creer que actuo a traición. Con Milo llegamos a intimar y creo que si, hubo algo ahí pero nada enserio. Él vive en su mundo y yo en el mio.

Tomé la batella con la mano y la enfrié para que el vino adquiriera otro sabor, sirviendo mas en mi copa y en la de mi invitado.

—¿Si Afrodita no estuviera contigo, sentirias interés por alguien mas joven? No sé... ¿El aprendiz de Dohko?

-¿por que me preguntas eso?, yo... no me concibo sin Dita, es necesario para mi y no puedo vivir sin el, imaginarme con otra persona no, ¿por que me preguntas eso? a que viene todo esto?

Le pregunto preso de curiosidad y extrañesa, queria hacerle saber todo lo que pensaba, pero Camus me dejaba mas dudas que nada.

-Por favor habla mas claro, quiero que no te de pena y me hables como lo que somos, mejores amigos no?

—Calma, Shura...— Aunque me daba un poco de gracia su reacción, evité mostrar lo que sentia en ese momento y tomar vino para aplacar las ganas de reirme. El anejo sabor mojó mi lengua y resbaló hacia mi garganta. —Claro que somos amigos, y no te lo menciono por querer que pienses en no estar con Afrodita... Es sólo una pregunta hipotetica.

Alcé los hombros y desvié la vista intentando no pensar en quien rondaba mis pensamientos con todo aquél tema de las relaciones personales.

Hablar definitivamente no va conmigo; yo suelo ser mejor escuchando, y aquello puede que no sólo sorprenda a Shura, sino que lo lleven a realizar preguntas que podrían descolocarme totalmente... Algo asi como hablarle de detalladamente del asunto.

—¿Puedes responder mi pregunta? ¿Te interesarias en alguien más joven que tú? No es sólo un par de años, es enserio, menor... Algo así como el dragon de bronce.

Su pregunta me saco de balance

-Pues... creo que no tiene nada que ver la edad con el querer ser feliz, si Dita fuera menor que yo... creo que lo amaria igual, vamos Camus no amas la edad si no a la persona que esta ahi..

Como un pedazo y lo disfruto pero... lo veo fijamente.

-adelante...di lo que tienes que decir...

Su respuesta elevó mi cejas partidas, y detuvo totalmente mis movientos en dirección a dejar la copa y continuar la cena.

Claro que le daba la razón y me sentía avergonzado y tonto por no haber llegado a aquella conclusión primero.

—Correcto, pero "eso" no es amor— Dije en voz alta, cometiendo el segundo error de la noche, que me costó maldecirme a mi mismo e intentar cambiar el tema de la conversación. —Creo que deberiamos hacer juntos un viaje a Budapest. El vino que sirven en ese lugar es el mejor del mundo... Vino de reyes...— Esperaba Shura mordiendo el anzuelo.

Lo escucho con atencion y sonrio muy debilmente.

-Al diablo el viaje, eso despues...asi que "eso no es amor"...entonces que es Camus?


No le quito la mirada de encima, esa mirada que el conoce a la perfeccion y que sabe que no lo dejare libre hasta que el me cuente todo lo que tiene que ser.

"parece que...sera una larga cena".. susurro aldrede

Curveé la boca de modo forzado al ver que mi anzuelo no había funcionado.

Suspiré pesadamente e intenté relajar mi postura sobre el asiento, aunque me sentia incómodo por su curiosidad. Igual era mi amigo, pero no queria abrir esos detalles... No así...

—¿Será realmente larga?— Indagué a proposito, pensando de nuevo en la forma de escapar. —Supongo entonces que Afrodita esperará mucho a su semental...— Y después de decir esto cubri mis labios con la copa de cristal para esconder mi risa; aunque realmente tenia ganas de soltar el sonido completamente.

Amor... ¿qué era el amor? Lo habia experimentado tan pocas veces en mi vida que me parecia algo desconocido.

Serio, entristecido le hablo.

-Afrodita no se enoja porque me espera, sabe donde estoy, que estoy contigo y que nuestras charlas son largas, la cena puede pasar camus, ademas... esta junto a nosotros el, terminando esto ire a la cama junto a el, pero... y tu? sabes que somos amigos, confidentes y tu al parecer no confias en mi.

Suspiro

-tienes buenas manos para cocinar Camus, te aseguro que para amar tambien, con los demas eres frio y cortante pero...sabes que yo no me trago eso, y que conmigo puedes dejar de serlo, tu me has visto llorar y eso no dejo que nadie mas lo vea, solo Dita, pero ¿porque no soy bueno para ti amigo?