El gobierno de Hades
Título: El gobierno de Hades
Autora: Melanie Lupin Black, La Oscura Reina Angel.
Resumen: Hades gano la batalla por el poder de la tierra, Atenea a tenido que volver al Olimpo como mandan las reglas y dejar a Hades el gobierno de la tierra. Ahora todos los caballeros han quedado abandonados a la voluntad de Hades, quien se a quedado con algunos para su harén y otros los a dado a sus hombres de confianza.
Advertencia: Slash o sea relación hombre-hombre, esto es también un universo alterno, pues los que han leído el manga, saben que en realidad Hades perdió la batalla. También puede pasar de todo en este fic... ¡quedaos advertido! Ahora podéis leer... pero que conste que es bajo su riesgo después no me enviéis a mi las facturas de los psicólogos que terminareis necesitando.
Capitulo 1: El Harén de Radamantys
Afrodita de Piscis lloraba en silencio protegido por los fuertes brazos de Kannon de Géminis o de Dragón Marino. Afrodita era tan hermoso como impulsivo y había echo enojar a Radamantys el amo de ambos, el resulto había sido una tremenda golpiza seguida de la obvia violación.
No era la primera vez que Radamantys forzaba a alguno de los miembros de su harén, pero casi nunca a Kannon, o a Afrodita. Era sabido por todos que Kannon era su Hikary su favorito dentro de su harén, seguido por el hermoso Pisciano.
Al principio de su esclavización, cuando Hades los cedió a Radamantys, Afrodita y Kannon lo favoritos del juez del inframundo así como Milo de Escorpio, Sorroneto de Sirene y Jabu de Escorpio, se habían resistido con toda su alma a él, que era su dueño y señor.
A Radamatys le había importado lo mas mínimo y se había limitado a forzarlos y violarlos, hasta que el tiempo y los castigos fueron enseñando a sus cinco mascotas sexuales a aceptar su destino y dejar de pelear para intentar tener una vida aunque fuera un poco mejor. A mas de 9 meses ya en esa vida, la violación era algo raro y escaso en el harén de Radamantys, pero de vez en cuando alguno de los cinco cometía una estupidez como la de Afrodita, y Radamantys lo castigaba sin piedad, alguna.
Al aceptar en cierta forma su nuevo destino, las cosas habían mejorado bastante para los cinco jóvenes. Para empezar su modo de vida era bastante espectacular, tenían todo lo que querían, claro si omitían el hecho de que ninguno de ellos era libre, era casi perfecta. Tenían piscinas, cuartos inmensos y propios, comían lo que querían, tenían gimnasio y sirvientes. Claro que ninguno de los cinco era feliz, debían de acudir a los llamados de Radamantys cuando a este se le antojara y obedecerlo en todo, hacerle lo que quería y no protestar.
Kannon era el favorito del Harén y también el que más encuentros sexuales con Radamantys tenia que sufrir, pero el hermoso gemelo de Géminis no se quejaba, si con eso podía mantener a sus amigos lejos de las garras de Radamantys.
Luego de Kannon el más llamado era Afrodita. El pisciano era una belleza y los dueños de los demás harenes lo deseaban y sustanciosas ofertas habían sido hechas a Radamantys por aunque fuera una noche con el hermoso ex-guardián de Piscis, pero Radamantys las rechazaba, para el sus muchachos eran suyos y de nadie mas. De echo los cinco integrantes de su harén sabia que si alguno de ellos tenia un acercamiento sexual con otro, la pasarían en feria.
Jabu, Sorroneto y Milo eran llamados casi con la misma frecuencia los tres. Tal vez el que menos llamado era, era Jabu, pues casi todos trataban de apartar la atención de Radamantys del mas pequeño de ellos.
Sobre todo Milo, a quien destruía ver lo devastado que terminaba Jabu después de algún encuentro sexual con Radamantys. Cuando Milo ó los demás no podían salvar a Jabu, casi siempre Milo se las arreglaba, para meterse en la cama de Radamantys a la vez y terminar siendo él el penetrado para liberar a Jabu de ese martirio. Pero a veces no tenia suerte no podía meterse en la cama con Radamantys y Jabu y esas pocas veces donde el ex-unicornio tenia que yacer solo con Radamantys, terminaba destrozado emocional y físicamente y se hundía en largas depresiones.
El pequeño de ellos, los adoraba a los cuatro, sabia que era gracias a ellos, sobre todo a Milo que su vida era mas llevadera en ese infierno.
Cuando tenía que estar con Radamantys por que este al fin había vuelto la atención al más pequeño y Milo acudía con el para hacerle las cosas mas fáciles a Jabu, sabedor de lo que Milo hacia por él no protestaba y hacia lo que Radamantys le ordenaba, que la mayoría del tiempo no pasaba de acariciarlo, limpiarlo o masturbar a Milo con la boca mientras él lo penetraba.
Jabu quería mucho a Milo y Milo lo quería mucho a el, pues ambos ocultaban un gran secreto.
Por eso en esos momentos no era Afrodita el único que lloraba, sino que en brazos de Sorroneto, Milo también lloraba por culpa de la impotencia.
Todo había empezado cuando Radamantys le había dicho a Afrodita que lo acompañaría a una reunión la mañana siguiente, pues quería presumir un poco de una de sus mas bellas posesiones.
Afrodita a quien las pocas veces que había tenido que salir con Radamantys le había resultado tremendamente humillante, como por ejemplo, cuando en una reunión Radamantys le ordeno que se arrodillara entre sus piernas y lo atendiera oralmente, sin importarle las lágrimas de humillación de Afrodita mientras obedecía, se había negado en redondo, a tal punto de despertar la ira del juez del infierno. Radamantys lo había golpeado brutalmente, claro que evitando cualquier golpe en el precioso rostro, pues hasta a el le paresia un pecado marcar tan hermoso rostro.
Desde afuera de las habitaciones de Afrodita, Kannon, Milo, Sorroneto y Jabu habían tenido que escuchar con impotencia los gritos de Afrodita, por los golpes y más tarde por la violación, pues el peli-azul se había tratado de resistir al encuentro sexual, lo que había terminado en la violación que le había dejado el ano desgarrado.
Cuando la puerta de la habitación de Afrodita se abrió y de ella salió Radamantys los otros cuatro pudieron ver como un desmadejado y prácticamente inconsciente Afrodita estaba tirado en la cama, sabiamente Milo, Sorroneto y Kannon se quitaron del camino de Radamantys. Mas no lo hizo así Jabu, se interpuso en el camino de Radamantys.
-Tu y todos los tuyos sois unos bastardos. ¿Cuándo nos dejaran en paz a mi y a mi gente? ¿Cuándo nos dejaran de lastimar?
Le grito el unicornio furioso. Radamatys no le respondió, se limito a pegarle una bofetada, pero al tratar de pasar a su lado, el Unicornio lo ataco. Radamantys que no se lo esperaba, recibió el puño de lleno en su estomago. Lo próximo que pudo hacer el unicornio fue tratar de cubrirse de la lluvia de golpes que Radamantys le mando.
Milo había saltado tratando de interponerse entre ambos, pero con un simple golpe Radamantys lo había mandado contra la columna mas cercana recibiendo un fuerte golpe. Milo se había levantado tambaleante, Sorroneto lo había sostenido y al ver que Radamantys arrastraba a un forcejéante Jabu a sus habitaciones (Las habitaciones de los cinco quedaban en el mismo pasillo, una al lado de otra) Milo trato de impedirlo, pero Sorroneto lo sostuvo, sabedor de que Milo solo lograría empeorar las cosas para el Unicornio, en esa ocasión.
La puerta se había serrado para consternación de los tres que quedaban fuera y que aun podían oír los gritos y protestas de Jabu. Un suave llanto había traído a la realidad a Kannon, que había corrido asía donde estaba el pobre de Afrodita.
-Shh, no llores, si te oye, si oye el llanto de alguno de nosotros nos castigara lo sabes.
Le rogó el geminiano, retirándole el cabello del rostro que no había sufrido ni un solo golpe. Sorroneto había también entrado a la habitación arrastrando a un Milo que tenia todas las intenciones del mundo de lanzarse contra la puerta de la habitación donde el pobre Jabu estaba siendo ultrajado.
Kannon había procedido a curara al pobre Afrodita, mientras este asía todo lo posible por acallar su llanto y lloraba de la única forma que les era permitida sin recibir un castigo a cambio, en silencio.
Milo al final había dejado de tratar de escapar de Sorroneto y se había derrumbado en los brazos del antiguo general marino llorando tan desesperado y tan en silencio como Afrodita. Tanto Sorroneto, como Kannon asían lo posible por consolarlos. Kannon había cubridó a Afrodita con un manto azul de estrellas y lo acunaba en sus brazos, mientras Sorroneto acariciaba el pelo azul casi turquesa del Escorpio, que se aferraba a su camisa con los ojos serrados, dejando salir las lagrimas. Pero la verdad era que a Kannon y a Sorroneto también les desgarraba el alma los gritos desesperado del pobre unicornio, que asta la habitación de Afrodita se podían escuchar.
Luego de un rato mas, la puerta de la habitación de Jabu se abrió y de ella salió Radamantys, que se dirigió con paso firme a la habitación de Afrodita donde estaban los cuatro mas grande. Miro a Afrodita y luego a Kannon a Milo y a Sorroneto.
-Quiero que mañana estés listo para acompañarme a una reunión Kannon, iras conmigo. Sorroneto esta noche te quiero en mis habitaciones a ti y a Milo, espero que no les den problemas a mis muchachas mientras los arreglan para mi por su propio bien.
Y sin esperar respuesta se fue. Sorroneto soltó a Milo quien corrió a las habitaciones del unicornio.
-Quédate con Afrodita.
Le indico Kannon a Sorroneto mientras tomando algunas cosas del botiquín se disponía a ir a curar a Jabu, quien imaginaba estaría tan lastimado como Afrodita.
***Continuara***
En el próximo capitulo, sabrás quienes pertenecen al harén e Eacos.
Sabrás por que los caballeros no pueden pelear y son sometidos.
Título: El gobierno de Hades
Autora: Melanie Lupin Black, La Oscura Reina Angel.
Resumen: Hades gano la batalla por el poder de la tierra, Atenea a tenido que volver al Olimpo como mandan las reglas y dejar a Hades el gobierno de la tierra. Ahora todos los caballeros han quedado abandonados a la voluntad de Hades, quien se a quedado con algunos para su harén y otros los a dado a sus hombres de confianza.
Advertencia: Slash o sea relación hombre-hombre, esto es también un universo alterno, pues los que han leído el manga, saben que en realidad Hades perdió la batalla. También puede pasar de todo en este fic... ¡quedaos advertido! Ahora podéis leer... pero que conste que es bajo su riesgo después no me enviéis a mi las facturas de los psicólogos que terminareis necesitando.
Capitulo 1: El Harén de Radamantys
Afrodita de Piscis lloraba en silencio protegido por los fuertes brazos de Kannon de Géminis o de Dragón Marino. Afrodita era tan hermoso como impulsivo y había echo enojar a Radamantys el amo de ambos, el resulto había sido una tremenda golpiza seguida de la obvia violación.
No era la primera vez que Radamantys forzaba a alguno de los miembros de su harén, pero casi nunca a Kannon, o a Afrodita. Era sabido por todos que Kannon era su Hikary su favorito dentro de su harén, seguido por el hermoso Pisciano.
Al principio de su esclavización, cuando Hades los cedió a Radamantys, Afrodita y Kannon lo favoritos del juez del inframundo así como Milo de Escorpio, Sorroneto de Sirene y Jabu de Escorpio, se habían resistido con toda su alma a él, que era su dueño y señor.
A Radamatys le había importado lo mas mínimo y se había limitado a forzarlos y violarlos, hasta que el tiempo y los castigos fueron enseñando a sus cinco mascotas sexuales a aceptar su destino y dejar de pelear para intentar tener una vida aunque fuera un poco mejor. A mas de 9 meses ya en esa vida, la violación era algo raro y escaso en el harén de Radamantys, pero de vez en cuando alguno de los cinco cometía una estupidez como la de Afrodita, y Radamantys lo castigaba sin piedad, alguna.
Al aceptar en cierta forma su nuevo destino, las cosas habían mejorado bastante para los cinco jóvenes. Para empezar su modo de vida era bastante espectacular, tenían todo lo que querían, claro si omitían el hecho de que ninguno de ellos era libre, era casi perfecta. Tenían piscinas, cuartos inmensos y propios, comían lo que querían, tenían gimnasio y sirvientes. Claro que ninguno de los cinco era feliz, debían de acudir a los llamados de Radamantys cuando a este se le antojara y obedecerlo en todo, hacerle lo que quería y no protestar.
Kannon era el favorito del Harén y también el que más encuentros sexuales con Radamantys tenia que sufrir, pero el hermoso gemelo de Géminis no se quejaba, si con eso podía mantener a sus amigos lejos de las garras de Radamantys.
Luego de Kannon el más llamado era Afrodita. El pisciano era una belleza y los dueños de los demás harenes lo deseaban y sustanciosas ofertas habían sido hechas a Radamantys por aunque fuera una noche con el hermoso ex-guardián de Piscis, pero Radamantys las rechazaba, para el sus muchachos eran suyos y de nadie mas. De echo los cinco integrantes de su harén sabia que si alguno de ellos tenia un acercamiento sexual con otro, la pasarían en feria.
Jabu, Sorroneto y Milo eran llamados casi con la misma frecuencia los tres. Tal vez el que menos llamado era, era Jabu, pues casi todos trataban de apartar la atención de Radamantys del mas pequeño de ellos.
Sobre todo Milo, a quien destruía ver lo devastado que terminaba Jabu después de algún encuentro sexual con Radamantys. Cuando Milo ó los demás no podían salvar a Jabu, casi siempre Milo se las arreglaba, para meterse en la cama de Radamantys a la vez y terminar siendo él el penetrado para liberar a Jabu de ese martirio. Pero a veces no tenia suerte no podía meterse en la cama con Radamantys y Jabu y esas pocas veces donde el ex-unicornio tenia que yacer solo con Radamantys, terminaba destrozado emocional y físicamente y se hundía en largas depresiones.
El pequeño de ellos, los adoraba a los cuatro, sabia que era gracias a ellos, sobre todo a Milo que su vida era mas llevadera en ese infierno.
Cuando tenía que estar con Radamantys por que este al fin había vuelto la atención al más pequeño y Milo acudía con el para hacerle las cosas mas fáciles a Jabu, sabedor de lo que Milo hacia por él no protestaba y hacia lo que Radamantys le ordenaba, que la mayoría del tiempo no pasaba de acariciarlo, limpiarlo o masturbar a Milo con la boca mientras él lo penetraba.
Jabu quería mucho a Milo y Milo lo quería mucho a el, pues ambos ocultaban un gran secreto.
Por eso en esos momentos no era Afrodita el único que lloraba, sino que en brazos de Sorroneto, Milo también lloraba por culpa de la impotencia.
Todo había empezado cuando Radamantys le había dicho a Afrodita que lo acompañaría a una reunión la mañana siguiente, pues quería presumir un poco de una de sus mas bellas posesiones.
Afrodita a quien las pocas veces que había tenido que salir con Radamantys le había resultado tremendamente humillante, como por ejemplo, cuando en una reunión Radamantys le ordeno que se arrodillara entre sus piernas y lo atendiera oralmente, sin importarle las lágrimas de humillación de Afrodita mientras obedecía, se había negado en redondo, a tal punto de despertar la ira del juez del infierno. Radamantys lo había golpeado brutalmente, claro que evitando cualquier golpe en el precioso rostro, pues hasta a el le paresia un pecado marcar tan hermoso rostro.
Desde afuera de las habitaciones de Afrodita, Kannon, Milo, Sorroneto y Jabu habían tenido que escuchar con impotencia los gritos de Afrodita, por los golpes y más tarde por la violación, pues el peli-azul se había tratado de resistir al encuentro sexual, lo que había terminado en la violación que le había dejado el ano desgarrado.
Cuando la puerta de la habitación de Afrodita se abrió y de ella salió Radamantys los otros cuatro pudieron ver como un desmadejado y prácticamente inconsciente Afrodita estaba tirado en la cama, sabiamente Milo, Sorroneto y Kannon se quitaron del camino de Radamantys. Mas no lo hizo así Jabu, se interpuso en el camino de Radamantys.
-Tu y todos los tuyos sois unos bastardos. ¿Cuándo nos dejaran en paz a mi y a mi gente? ¿Cuándo nos dejaran de lastimar?
Le grito el unicornio furioso. Radamatys no le respondió, se limito a pegarle una bofetada, pero al tratar de pasar a su lado, el Unicornio lo ataco. Radamantys que no se lo esperaba, recibió el puño de lleno en su estomago. Lo próximo que pudo hacer el unicornio fue tratar de cubrirse de la lluvia de golpes que Radamantys le mando.
Milo había saltado tratando de interponerse entre ambos, pero con un simple golpe Radamantys lo había mandado contra la columna mas cercana recibiendo un fuerte golpe. Milo se había levantado tambaleante, Sorroneto lo había sostenido y al ver que Radamantys arrastraba a un forcejéante Jabu a sus habitaciones (Las habitaciones de los cinco quedaban en el mismo pasillo, una al lado de otra) Milo trato de impedirlo, pero Sorroneto lo sostuvo, sabedor de que Milo solo lograría empeorar las cosas para el Unicornio, en esa ocasión.
La puerta se había serrado para consternación de los tres que quedaban fuera y que aun podían oír los gritos y protestas de Jabu. Un suave llanto había traído a la realidad a Kannon, que había corrido asía donde estaba el pobre de Afrodita.
-Shh, no llores, si te oye, si oye el llanto de alguno de nosotros nos castigara lo sabes.
Le rogó el geminiano, retirándole el cabello del rostro que no había sufrido ni un solo golpe. Sorroneto había también entrado a la habitación arrastrando a un Milo que tenia todas las intenciones del mundo de lanzarse contra la puerta de la habitación donde el pobre Jabu estaba siendo ultrajado.
Kannon había procedido a curara al pobre Afrodita, mientras este asía todo lo posible por acallar su llanto y lloraba de la única forma que les era permitida sin recibir un castigo a cambio, en silencio.
Milo al final había dejado de tratar de escapar de Sorroneto y se había derrumbado en los brazos del antiguo general marino llorando tan desesperado y tan en silencio como Afrodita. Tanto Sorroneto, como Kannon asían lo posible por consolarlos. Kannon había cubridó a Afrodita con un manto azul de estrellas y lo acunaba en sus brazos, mientras Sorroneto acariciaba el pelo azul casi turquesa del Escorpio, que se aferraba a su camisa con los ojos serrados, dejando salir las lagrimas. Pero la verdad era que a Kannon y a Sorroneto también les desgarraba el alma los gritos desesperado del pobre unicornio, que asta la habitación de Afrodita se podían escuchar.
Luego de un rato mas, la puerta de la habitación de Jabu se abrió y de ella salió Radamantys, que se dirigió con paso firme a la habitación de Afrodita donde estaban los cuatro mas grande. Miro a Afrodita y luego a Kannon a Milo y a Sorroneto.
-Quiero que mañana estés listo para acompañarme a una reunión Kannon, iras conmigo. Sorroneto esta noche te quiero en mis habitaciones a ti y a Milo, espero que no les den problemas a mis muchachas mientras los arreglan para mi por su propio bien.
Y sin esperar respuesta se fue. Sorroneto soltó a Milo quien corrió a las habitaciones del unicornio.
-Quédate con Afrodita.
Le indico Kannon a Sorroneto mientras tomando algunas cosas del botiquín se disponía a ir a curar a Jabu, quien imaginaba estaría tan lastimado como Afrodita.
***Continuara***
En el próximo capitulo, sabrás quienes pertenecen al harén e Eacos.
Sabrás por que los caballeros no pueden pelear y son sometidos.