Shura pregunta antes de que mi maestro diga algo, así que me animo por lo mismo que Shura.
-Una cerveza fría por favor -le digo sin mirarle fijamente, pues de seguro que descubre que soy un menor, aunque realmente no lo parezco, mejor me dejo de preocupar de eso e intento que Shura se fije en mi, al fin y al cabo ¿que tiene de malo?
De pronto, me sonrojo, avergonzado por mi propio pensamiento, pero al observar a Shura, aparto rápido la mirada y me doy cuenta de que mis sentimientos cada vez me cuesta más ocultarlos, no se que me pasa, no puedo evitarlo, ardo en deseos de besarlo, dios, mi maestro no sabe la envidia que le tengo, pero lo que yo no se es porque me cuesta tanto ocultar las cosas, fingir, si antes lo hacía bien, supongo que será porque está delante de mi.