el cambio de posición me hace disfrutar de sus penetraciones, pero cuando toma mi miembro de nuevo siento que mi sangre arde aun más, esto es tan inexplicable y confuso, es como un profundo deseo, instinto, algo que soy y al mismo tiempo que nunca vi, jadeo un poco cuando siento cada atención pero necesito que calme este calor, me muevo con dificultad, perologro bajar una de mis piernas contra su costado y tomar su nuca para atraerlo demandante a mis labios, atacando fieramente con besos, mi lengua busca la suya en un baile de deseo
--necesito....de tu cuerpo....necesito hacerte mio....necesito que calmes este fuego--
vuelvo a besarlo con gran pasión, dejando que el instinto guié mis manos, recorriendo su cuerpo, acariciándolo, transmitiendo a su piel esta necesidad primordial, mi mirada busca la suya, demostrando el fuego que hay en mi interior, en que lo deseo, en que deje de ser una presa y ser el cazador, mis caderas se mueven dando placer a su miembro y eso enciende más mi deseo por el
lamo su cuello, y muerdo su oreja, mi lengua recorre su oreja y mis manos acarician sus glúteos, moviendolo para que me penetre pero al mismo tiempo recorro sus formas deseo, de mi garganta salen gemidos y sonidos profundos como el de un depredador buscando su presa