Biblioteca

Tan pronto llegamos y nos adentramos al lugar me encargo de cerrar la puerta para que nadie nos interrumpa , dejando a oscuras el lugar para evitar que el profesorado notara nuestra presencia y recibiéramos mas llamadas de atención por este día. Por unos momentos dejo mi rostro agachado mirando el piso, sintiéndome tenso y avergonzado por lo que hice pero sobre todo, tenia un dolor en el pecho- Milo...-pronuncio susurrante y un poco entrecortado para después alzar mi rostro y verle fijamente- no se que hayas hecho, si tu fuiste el responsable o no del incendio pero sabes...hace rato los directivos querían hacer definitiva tu expulsión pero yo....-aguardo una pausa para recuperar mi voz- yo me opuse y decidi tomar los castigos en tu lugar porque...no quiero que te vayas...-susurro dejando que mis ojos se humedezcan- todo lo que te dije hace rato, es verdad... y me di cuenta que, a pesar de todas esas "peleas" que tuvimos...tu me importas Milo- agacho la mirada dejando escurrir mis lagrimas , ocultas bajo mi cabello-perdóname... perdóname por haber sido miserable contigo y hacerte daño...

Me dejo guiar por sus pasos ni tenía muchas ganas de verle, aquella escena me había destrozado. Escucho sus palabras mientras mi vista sigue lagrimeante y fija en el suelo. Me sorprendo ante lo dicho, pero no he sido yo quién ha causado el incendio. No se por que, pero .. esto.. Sigo con atención escuchando sus palabras mientras las lagrimas de mis ojos cambian de razón, ya no era odio y molestia, aunque los sentía no era lo que me dominaba. Observo como de sus mejillas corren algunas lagrimas y sin pensarlo dos veces ni decir nada, lo atraigo hacia mi, para poder abrazarlo con dulzura, aun me dolía todo, pero -Camus....- dije susurrante en su oído -No llores por favor...- le suplique, no me gustaba verlo así de triste.

Lo aferre a mi sintiendo su calor y dulce aroma. -Gracias... te agradezco que hayas hecho eso por mi, aunque yo no cause el incendio... Te perdono, pero Camus....- hable cortado, como decirlo? no sabía ni como reaccionaria nada, sabiendo que Shura también le sigue, ¿Que hacer? -No se, no tengo idea de esto, pero... Camus yo...- no podía esto me estaba costando demasiado nunca había dicho esto, ni expresado a nadie, simplemente por que nunca alguien me había gustado simplemente. -Camus tu también eres importante para mi...- susurre a su oído, para luego separarlo un poco de mi y con mi pulgar suavemente limpiar las lagrimas restantes -Hay algo que debes saber- suspiro -Me gustas, no lo digo por que tu querer dinero, prestigio u otra cosa. Yo especialmente digo que tu me gustas, no como lo dice cualquiera, no es solo tu cuerpo algo que cautiva, muchas cosas más son las que me gusta de ti. No tengo intereses de ti solo por sexo Camus, no es así. Tu en verdad me gustas- confesé armándome de valor. -No se por que, comencé a sentirme así ni mucho menos desde cuando. Yo no soy el mas prestigiado ni tengo mucha jerarquía, pero de algo estoy seguro, y eso es que siento por ti mas aya de una simple amistad, aunque pasamos en peleas ambos, fueron momentos felices y ahora se y lo puedo admitir ... Cada día me enamoro más de tus ojos, tus gestos.. todo de ti es algo hermoso para mi...- sonrió con dulzura y sinceridad mientras acarició levemente su mejilla, sintiéndome sonrojado, lo había dicho, aun escurrían lagrimas sobre mis mejillas, pero aun así.

Agrando mi vista cuando escucha tal confesión, no podía creer lo que escuchaba y mucho menos viniendo de Milo. Desde que ingrese a esta institución, no habíamos hecho otra cosa más que discutir y llevarnos la contraria constantemente y más cuando me asignaron como presidente estudiantil, aunque, viéndolo más a fondo ese “odio” que sentíamos se iba transformando en una amistad inconsciente ya su vez en un gran interés mutuo…era algo que habíamos negado desde hace tiempo y que ahora, nos atrevíamos a decirlo. No puedo evitar sonreír con cierta diversión al ver su expresión sonrojada, aproximando después mis labios sobre sus parpados y besarle con mucha dulzura para después resbalar mis labios sobre su mejilla-han sido las palabras más maravillosas que he escuchado…-miro sus labios, sin embrago una fuerte timidez se invade en mí y nerviosismo a su vez y solo opto por abrazarle aferradamente, apoyando mi rostro sobre su hombro-para mi…Milo es alguien único y no deseo que cambie jamás- aguardo silencio cerrando un poco los ojos aspirando con suavidad su varonil aroma que libera –no quisiera soltarte…

Le escucho. Solo puedo sonreír aun con el sonrojo de mis mejillas y el nerviosismo que en este momento era el que más me afectaba. Correspondo a su abrazo aferrándome a su cuerpo. Me sorprendo al escuchar sus palabras, por lo general a personas como yo: que solo daban problemas, se les decía que tenían que cambiar y corregir la actitud, inclusive llegue a escucharlo de boca de mi padre, y mi "madrastra", dos personas a quienes les tenía despreció, aunque a veces escucharlo molestaba, más en el fondo dolía. Sonrió dejando por unos momentos mi cabeza apoyada sobre su hombro, la verdad eso si me había sorprendido y más viniendo de el. -Gracias....- susurro desde mi posición.

Aspiro su aroma, sintiéndome invadido por aquel olor tan dulce. Aunque mis pensamientos me invadían la verdad siempre quedo confundido, y esta vez no era excepción ¿Que quiso decir con que no me quería soltar?, entendí eso, pero algo me quedaba en duda. Intento aclarar mis pensamientos sintiéndome más relajado, aunque sin saber que responder.-Camus...- llamé en un susurro, me gustaba tenerlo así, pero también.. Lo separe un poco de mí para poder apreciar esos ojos azulados, hermosos. Con mi pulgar acaricie su mejillas de una forma cariñosa, sintiéndome algo intrigado al instante. Acerco lentamente mi rostro al suyo, quedando a una muy corta distancia. En un momento solo perdí todo, olvide que había hablado, por que estaba aquí o como llegue, solo quería estar con el, nada más. Acerque más mi rostro, para luego atrapar sus labios con los míos en un fogoso beso. Era muy extraño hacer esto, pero Camus me fue diferente, sentía muchas diferentes sensaciones, aunque me agradaba tener su cercanía y poder probar sus dulces labios. "Te Amo, y me es inevitable sentirme así. Por eso me molesto cuando te veo con Shura, me colocaba triste y hace que todo sea molesto para mí. Quizás que vaya a pasar después de esto..." pensé.

Su voz llamarme por mi nombre me hace caer cada vez más en esas emociones tan inexplicables como embriagantes. Su mirada, así como su tacto hacen que mi piel reaccione de manera inmediata, estremeciéndome completamente y haciendo que mi corazón empezara a palpitar desenfrenadamente. Su beso fogoso hace que el tiempos e detenga y que mis labios se entreguen completamente a ellos, plasmándole que toda esa oleada de sentimientos y sensaciones que sentía por el eran certeras. Había logrado disipar mi confusión-Milo…-susurro dulcemente al separarme de sus labios a falta de aire mirándole fijamente con una tierna sonrisa-no sueltes mi mano…nunca-doy otro dulce beso en sus labios para después alejarme un poco de él para ver a través de la ventana como empezaba a esclarecer el cielo. Me sorprendo un poco al ver cómo había pasado el tiempo tan rápido –ya está amaneciendo y no hemos dormido-rio divertido , entrelazando mi mano con la suya con suavidad para llevarlo hacia una de las mesas de la biblioteca para así sentarnos y apoyar mi cabeza en su hombro, sin soltarle su mano- ¿y si hoy no entramos a clases y nos escapamos algún escondite de la escuela?-volteo a verle fijamente- quiero dormir a tu lado pero…no quiero que nos interrumpan -menciono de modo complice

Una inmensa felicidad, es la que me invade al sentir que me corresponde. Podía sentir muchas cosas al besarle, aunque por falta de aire no me quedo más que separarme. Le escucho mientras en mis labios se plasma una dulce sonrisa, no tenía palabras, una gran sorpresa todo este, pero una muy dulce sorpresa en verdad.. Asiento a lo que me dice, para luego sentir su pequeño beso sobre mis labios. Veo la ventana al igual que el para encontrarme con la sorpresa de que ya amanecía y aún no hemos dormido nada. Le sigo para tomar asiento a su lado, aun con una sonrisa plasmada, aunque de sorpresa me escucho lo siguiente, a verdad no me lo creí viniendo de Camus -Esta bien, tengo un lugar perfecto...- sonrió con complicidad, tenía el lugar perfecto para llevarle.

-Solo sígueme, se donde podemos estar sin que nada, ni nadie nos interrumpa..- mencionó para colocarme de pie, sin soltar su mano, obligandolo a colocarse de pie conmigo. Sonrió con cierto tinte de emociones y complicidad. Doy un breve beso a sus labios, aunque expresando en el un cariño especial, que hasta hoy no había sentido por nadie. -No soltare tu mano, pero no sueltes la mía....- hablo sonriente, para aferrar un poco más su mano con la mía. Camino con tranquilidad hasta la puerta principal de la biblioteca, aun estaba amaneciendo así que nadie nos vería. Saco una llave que guarde conmigo hace poco, siempre se venía preparado, si se es como yo, aunque no me acordaba bien de donde la había sacado. Abro la puerta y al salir vuelvo a cerrarla, para que no se enteren de nuestra visita. Al cerrarla comienzo a correr con mucha rapidez aunque asegurándome que Camus no tropiece, al parecer el escapar de los maestros me había hecho más rápido. Mis pasos toman los pasillos, que se aun no están habitados por ninguna persona. Mi sonrisa imborrable, este nuevo día, uno de mis mejores días.

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De inmediato abro el tema :DD