En la cocina del lugar corto dos rebanadas de pastel una mas grande que otra para colocarlas sobre la bandeja, aprieto mis labios mientras intento quitar esa sensación hormiguete sobre mi labio.
¿Es que acaso mi anhelo por enamorarme es tan grande?, con pequños pasos me dirijo al encuentro del señor Hypnos, no deseo hacerle esperar cuando ha sido tan amable conmigo.
Al llegar al balcón le observo con una expresión de profunda paz, sus ojos cerrados y sus dorados cabellos siendomecidos suavemente con el viento.
Tranquilamente coloco frente a el, el trozo mas grande de pastel, mientras relleno el poco espacio de su taza y regreso a mi lugar para sentarme tranquilamente.
- Espero que sea de su agrado mi señor. - Hablo finalmente. - ¿En que piensa?. - Cuestiono finalmente al complejo ser.