-"que tonto en verdad, no espera, espera, deja que disfrute este bello momento"- decia el otro Dohko mientras iba tomando forma corporea al fin delante de sus ojos, estaba sentado en la silla que minutos atras se encontraba Shura mirandole con aquella desfigurada sonrisa, eso era, una mueca tan espantosa que adornaba su rostro.
-" es que es espectacular, totalmente espectacular"- volvia a hacer un ruida que parecia risa -"pero el lo dijo mas claro que el agua... pero si no lo escuchaste lo dire textual... "sabes que caigo muy facil ante todo... creo te lo he demostrado ¿no?" no podia ser mas claro que eso"- gritaba en carcajadas haciendo que su voz resonara en el templo.
-"solo nos esta viendo la cara de estupidos gracias a ti"- le señalaba bastante molesto, Dohko estaba aterrado, muy asustado de todo aquello, de verse de esa forma. La descomposicion que demostraba era impresionante, sus cabellos caian mas largos de los que traia pero no llegaba a visualisar por hasta donde terminaba, cubiertos con algo similar al petroleo, que no solo estaba en su cabello sino parte de su cuerpo tambien. Sus manos estaban manchadas con sangre al igual que parte de su rostro y sobre todo los dientes que se mostraban cada vez que "reia"
Por la estatura no la tenia bien definida pero al parecer se enconrbada un poco y se inclinaba hacia la izquierda, por como estaba sentado.
Dohko no podia pronunciar palabra alguna, salvo intentar negarse lo que veia -"oh vamos, me haces perder el tiempo con estos juegos, dejame salir, dejame destruir el santuario, dejame comer mi propia alma y terminar lo que comenzamos..."
-no s-se d-de que ha-hablas...- se sostenia de la loceta de la barra de la cocina mientras daba un paso hacia la salida con miedo, aterrado
-"si sabes solo que no lo recuerdas, por que yo tengo eso que le temes..."- abre mas su mueca -"pero primero tienes que dejarte de juegos para devolvertelos, te necesito destruido, incapaz de luchar y sobre todo solo..."- sonreia mas -"ellos, los que te rodean me dan lo que necesito para destruirte sobre todo Capricornio, por eso estas con el, no por amor, por la necesidad que tengo para destruirte, el te destruira."-
No puede escuchar mas y sale corriendo asustado, a su habitacion para refugiarse como un niño, cierra la pierta con seguro y se oculta debajo de su cama, aterrado por lo que vio y escucho. El otro Dohko con calma sube las escaleras. Al llegar encuentra la puerta cerrada, es una tonteria ya que el es pensamientos y de nada serviria pero seguiria el juego y le torturaria hasta hacerle llorar como niña. Asi que comienza a golpear con fuerza la puerta como queriendola derrumbar mientras continua con sus gritos en forma de risas.
El otro Dohko, se hace ovillo debajo de la cama, cubriendose los oidos, gritandole que se fuera y llorando, lo que hacia que el otro se alimentara de ese miedo y continuara con lo mismo.
Todo esto mientras Shura no estaba
-" es que es espectacular, totalmente espectacular"- volvia a hacer un ruida que parecia risa -"pero el lo dijo mas claro que el agua... pero si no lo escuchaste lo dire textual... "sabes que caigo muy facil ante todo... creo te lo he demostrado ¿no?" no podia ser mas claro que eso"- gritaba en carcajadas haciendo que su voz resonara en el templo.
-"solo nos esta viendo la cara de estupidos gracias a ti"- le señalaba bastante molesto, Dohko estaba aterrado, muy asustado de todo aquello, de verse de esa forma. La descomposicion que demostraba era impresionante, sus cabellos caian mas largos de los que traia pero no llegaba a visualisar por hasta donde terminaba, cubiertos con algo similar al petroleo, que no solo estaba en su cabello sino parte de su cuerpo tambien. Sus manos estaban manchadas con sangre al igual que parte de su rostro y sobre todo los dientes que se mostraban cada vez que "reia"
Por la estatura no la tenia bien definida pero al parecer se enconrbada un poco y se inclinaba hacia la izquierda, por como estaba sentado.
Dohko no podia pronunciar palabra alguna, salvo intentar negarse lo que veia -"oh vamos, me haces perder el tiempo con estos juegos, dejame salir, dejame destruir el santuario, dejame comer mi propia alma y terminar lo que comenzamos..."
-no s-se d-de que ha-hablas...- se sostenia de la loceta de la barra de la cocina mientras daba un paso hacia la salida con miedo, aterrado
-"si sabes solo que no lo recuerdas, por que yo tengo eso que le temes..."- abre mas su mueca -"pero primero tienes que dejarte de juegos para devolvertelos, te necesito destruido, incapaz de luchar y sobre todo solo..."- sonreia mas -"ellos, los que te rodean me dan lo que necesito para destruirte sobre todo Capricornio, por eso estas con el, no por amor, por la necesidad que tengo para destruirte, el te destruira."-
No puede escuchar mas y sale corriendo asustado, a su habitacion para refugiarse como un niño, cierra la pierta con seguro y se oculta debajo de su cama, aterrado por lo que vio y escucho. El otro Dohko con calma sube las escaleras. Al llegar encuentra la puerta cerrada, es una tonteria ya que el es pensamientos y de nada serviria pero seguiria el juego y le torturaria hasta hacerle llorar como niña. Asi que comienza a golpear con fuerza la puerta como queriendola derrumbar mientras continua con sus gritos en forma de risas.
El otro Dohko, se hace ovillo debajo de la cama, cubriendose los oidos, gritandole que se fuera y llorando, lo que hacia que el otro se alimentara de ese miedo y continuara con lo mismo.
Todo esto mientras Shura no estaba