El ambiente se siente tenso, aca hay gato encerrado, ¿sera que tienen a Aioria secuestrado?, no, no puede ser. Todo esto es muy emocionante, y no puedo evitar sonreir maliciosamente.
Sin darme cuenta estamos en la pequeña casa de Dohko, es muy acogedora, les escucho hablar, y por lo que veo a Saga le ha gustado mi regalo, me alegro mucho y le sonrio con dulzura.
--He hecho ese pastel con mucho cariño, espero les guste. Y Dohko, ciertamente hacia mucho tiempo que no nos veiamos, lo mismo me pregunto yo sobre Death, seguro vuelve en cualquier momento y tenemos que ir a fastidiarlo. Sabes...--
Me acerco lenta y sensualmente hasta Dohko, colocandome a su lado.
--Te ves muy ardiente ahora que estas joven--
Le susurro a su oido, dandole luego un beso en su mejilla, y antes de que pudiera hacer algo, me alejo, abrazando por la espalda a Saga, mientras observo a los otros dos con picardia.
--Oye, seras tu que no tienes muebles en tu templo, por que lo que soy yo, lo tengo todo equipado. No me ando llevando mucho por las reglas, como bien sabes--
Me rio con entusiasmo, alzandome un poco para llegar hasta el rostro de Saga y darle un beso en la frente, acaricio sus sedosos cabellos lenta y maliciosamente, para luego apoyarme de su brazo derecho.
--Kanon, dime, ¿te gusta el pastel?--
Sonrío, observando que ya hace rato que Saga le dio un pedazo, son tan parecidos, pero tan diferentes a la vez, gracias a sus personalidades. Si no fuera por eso, viviria confundido con ellos dos.