-¿Aun te duelen Mu?-Me acerque hasta él tomando con delicadeza su brazo, pasando muy sutilmente la yema de mis dedos sobre los vendajes, lograba sentir el calor que despedían sus heridas producto de las quemaduras, gracias al medicamento que le dieron sanaría pronto y posiblemente sin dejarle secuelas sobre la piel.
Me enfurecía de solo pensar en lo ocurrido, aunque también me sentía en parte culpable, quizás si yo le hubiese dejado más claros mis sentimientos a Aries antes de partir en aquella misión, él no habría tenido que proteger con su vida mi templo, ni pasar por todo lo que paso de boca de esos otros dos caballeros.
Pero tampoco calmaba mi enojo en contra de ellos, ignorar las palabras de Mu hasta pasar por encima de sus sentimientos e incluso llegar al punto de no interesarles el dolor que podrían causarle, no solo el físico sino el que se siente en lo profundo de su corazón, pero no valía la pena que yo Shaka de virgo me adentrara en aquel espacio en donde solo existía la ira, debía calmarme y serenarme bajo las enseñanzas de Buda, olvidar todo aquello que había ocurrido y pedir por el alma austera de mis compañeros, porque en su pena encontraran la absolución de sus pecados y en su conciencia hallaran el error de sus acciones.
-Prometo no volver a consentir que te hagan daño…-Deposite suavemente su brazo sobre su regazo y acomode sus largos cabellos lilas detrás de su oreja.
Me enfurecía de solo pensar en lo ocurrido, aunque también me sentía en parte culpable, quizás si yo le hubiese dejado más claros mis sentimientos a Aries antes de partir en aquella misión, él no habría tenido que proteger con su vida mi templo, ni pasar por todo lo que paso de boca de esos otros dos caballeros.
Pero tampoco calmaba mi enojo en contra de ellos, ignorar las palabras de Mu hasta pasar por encima de sus sentimientos e incluso llegar al punto de no interesarles el dolor que podrían causarle, no solo el físico sino el que se siente en lo profundo de su corazón, pero no valía la pena que yo Shaka de virgo me adentrara en aquel espacio en donde solo existía la ira, debía calmarme y serenarme bajo las enseñanzas de Buda, olvidar todo aquello que había ocurrido y pedir por el alma austera de mis compañeros, porque en su pena encontraran la absolución de sus pecados y en su conciencia hallaran el error de sus acciones.
-Prometo no volver a consentir que te hagan daño…-Deposite suavemente su brazo sobre su regazo y acomode sus largos cabellos lilas detrás de su oreja.