Suspiro entre cortado, disfrutando del placer que este chico me entregaba. Me torcí al sentir sus dedos entrar en mi cuerpo, y sentirle rozar su miembro para posteriormente tener este mismo adentre mío. -Ca-camus...- susurre tomando conciencia exacta de todo lo que estaba cometiendo. No podía Camus seguía vivo, como era capaz yo de hacerlo esto?. Jamás me creí capaz de hacerle semejante cosa, me sentía indigno de el, y aun así lo amaba, siempre lo hice y lo haré, aunque no tenía perdón después de esto. No se donde quedaron mis palabras, la promesa, todo.
-Perdón, pero esto no es correcto..- Hable firmemente mientras me separé de el completamente. -Nunca debí hacer esto..- me dije a mi mismo, mientras me sentía avergonzado de mi mismo, de mi ser. Ni siquiera me sentía capaz de hablar a Camus. Aunque pese a eso necesitaba verlo, siendo si el sabía o no de esto.
-Lo siento Angelo, esto no debí hacerlo. Yo estoy en otra cosa...-reafirme mi uniforme y me fui directo al baño de la habitación. Me adentre a el presuroso y cerré con seguro la puerta del mismo. Me sentía sucio. Indigno. Me desvestí completamente y me entre sin rodeos a la ducha. Lave mi cuerpo completamente y terminado esto salí de la misma secando mi cuerpo con mi toalla. Me cambie de ropa interior, y me coloque nuevamente el tedioso uniforme requerido en este lugar, mientras saco el seguro al baño y voy nuevamente a la habitación. Sin fijarme en nada fui en busca del Libro que tenía, y sin mirar atrás salí de mi habitación. Antes que nada quería saber donde estaba.