─hace mucho que no tenía un motivo para sonreír, hasta hoy─
Sus palabras logran que una sonrisa aparezca en mi rostro, me alegra el saber que se siente tranquilo a mi lado, su abrazo me hace sentir como adormecido por lo cálido que se siente.
─Me alegra que te siéntas cómodo conmigo.─ Susurro sin moverme de mi cómoda posición. ─¿Que es lo que más te ayuda a relajarte?─ Le cuestiono deseando saber para poder decorar su templo.
─Quiero hacer de tu templo un santuario para ti, un lugar al que puedas llamar hogar.─ Hablo levantando mi rostro para observarle así, relajado, como deberìa estar siempre.
Le sonrio con suavidad deseando que este momento perdure aún en mis memorias, levanto mi mano para acariciar su rostro con suavidad recorriendo bebiéndome su imagen.