Sentir como lame mi pecho y juega con mi tetilla me arranca pequeños gemidos y logra que mis manos se aferren a su cuerpo pero sus palabras me enardecen.
—Tu tienes el control—
Sus palabras acompañadas por el sensual movimiento de sus caderas y sus atenciones a mi tetilla es demasiado para mi cordura, su voz ronca siempre me ha fascinado y no puedo evitar que mi cuerpo se estremezca cada vez que le escucho de esa forma tan sensual.
Comienzo a moverme suavemente sobre su cuerpo sintiendo sus caricias en mi pecho y sus manos apresando mis caderas, pequeños gemidos escapan de mis labios al sentir como llega a lo profundo de mi ser y comienzo un ritmo medio, intentando acoplarme a la posición.
—Saga... ven conmigo.— Susurro invitante a su oido levantando su cabeza para besarle mientras danzo sobre su virilidad.