-Es un secreto...-Sonrío, aquella leve y apenas curveada sonrisa carecteristica en su rostro, quería mantener escondido el nombre que rondaba sus pensamientos, aún se encontraba inseguro en su elección, tenía que ser precavido a quien le contaba tal sospecha, aúnque a la larga entendía tendrían que decirlo a todos.
Entre el ir y venir de sus pensamientos logro encontrarse con Buda, le escuchaba como podia oir el sonido la voz de aries, pero sabía que esté solo cohexistia en sus pensamientos y anidaba en lo profundo de su alma, abria su pensar para dejar entrar sus enseñazas, aquellas palabras que le ayudaban a decidir mejor el rumbo de sus acciones.
Él le había mostrado por que los hombres sufren, por que sus deseos los llevan a cohexistir en un mundo donde solo conocen el dolor y la pena, como alcanzar la plenitud y la felicidad, aquello que todos creian imposible y sin embargo alcanzable, entrar en armonia con el mundo, con la realidad y con su alma, eso dejaría las ambiones, el mal, el odio y la lujuria sin razón para existir, Buda lo había dicho, si el hombre extinguiera de su ser todo mal y las ambiones se purificaria, alcanzaría la paz interior y el paraiso en el mismo... el nirvana...
Y entoncés lo entendío.. quizás la solución fuera esa... quizás si consiguiera alejar todo pensamiento de la cabeza de géminis, Arles no tendría lugar en el cual residir.
-Mu...- Murmuro. -Se te ocurre alguna idea para que su excelencía deje salir a Saga del santuario o deberé llevarlo aún sin su permiso...-Saga se encontraba sumamente callado quizás pensando, solo esperaba que no debatiendose contra su otro yo.
Entre el ir y venir de sus pensamientos logro encontrarse con Buda, le escuchaba como podia oir el sonido la voz de aries, pero sabía que esté solo cohexistia en sus pensamientos y anidaba en lo profundo de su alma, abria su pensar para dejar entrar sus enseñazas, aquellas palabras que le ayudaban a decidir mejor el rumbo de sus acciones.
Él le había mostrado por que los hombres sufren, por que sus deseos los llevan a cohexistir en un mundo donde solo conocen el dolor y la pena, como alcanzar la plenitud y la felicidad, aquello que todos creian imposible y sin embargo alcanzable, entrar en armonia con el mundo, con la realidad y con su alma, eso dejaría las ambiones, el mal, el odio y la lujuria sin razón para existir, Buda lo había dicho, si el hombre extinguiera de su ser todo mal y las ambiones se purificaria, alcanzaría la paz interior y el paraiso en el mismo... el nirvana...
Y entoncés lo entendío.. quizás la solución fuera esa... quizás si consiguiera alejar todo pensamiento de la cabeza de géminis, Arles no tendría lugar en el cual residir.
-Mu...- Murmuro. -Se te ocurre alguna idea para que su excelencía deje salir a Saga del santuario o deberé llevarlo aún sin su permiso...-Saga se encontraba sumamente callado quizás pensando, solo esperaba que no debatiendose contra su otro yo.